CAPÍTULO 51: Adiós papa y chico inesperado

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Jane

Cuando estamos bastante cerca suelto su brazo y voy hacia el lado de mi madre, quien tiene un pañuelo en la mano, rodeo su brazo y apoyo mi cabeza en su hombro. El cura acaba de hablar y mucha gente deja rosas rosas encima del ataúd, mi madre se acerca y deja dos rosas blancas en el centro y besa el ataúd, vuelve a mi lado y entonces yo me encamino hacia el ataúd, dejo la rosa roja que me regaló Aaron y me agacho para besar el ataúd como ha echo mi madre.

-Te quiero papa.-digo, me levanto y voy hacia mi madre para abrazarla.

Cuando todos han dejado sus rosas, bajan el ataúd, y en este momento me doy cuenta de que no va a volver, me aferro más a mi madre y lloro como nunca lo había echo. Luego todos se van dirigiendo a sus coches, incluso mi madre, yo me quedo contemplando la tumba.

-Papa, te quiero mucho, quiero que sepas que cuidaré de mama y de mi futuro hermanito o hermanita, se que tu también nos cuidaras des de arriba...... Te amo.-unos brazos me rodean y un beso cae en mi cabeza, no me hace falta girarme para saber quien es.

-Él también te ama.-dice Aaron.

-Lo sé.-digo.  Acaricio sus brazos que están posados en mi cintura.

-Le diste mi rosa.-dice dejando un beso en mi mejilla.

-Él la necesitaba más que yo. Además, así le demostramos nuestro amor.-digo girándome.

-¿Eso quiere decir que tu padre nos aprueba?-pregunta.

-Si.-digo dejando un corto beso en su labios.

-Vamos.-dice cogiendo mi mano.


(......................................)


3 semana después

Increíble, hoy hace tres semanas que mi héroe se fue, tres semanas en las que nos hemos acostumbrado a estar sin él, tres semanas donde mi madre ha llorado, pero por suerte se va recuperando. Apartando lo malo y mirando el lado bueno, Aaron y yo estamos muy bien, estamos felices juntos, ahora vivo sola, mi madre quería vender la casa de mi padre, pero yo no quería, como también me quería independizar a sido una buena escusa para instalarme y no venderla, he remodelado el interior a mi gusto, el comedor es blanco y negro, con decoraciones grises, las habitaciones son de tonos grises, beige y blanco, con los muebles blancos.

 Estamos a dos días de Navidad y he decidido no irme al viaje, quiero estar con mi madre hasta que se recupere, a veces viene a dormir aquí o yo voy allí, depende. Muchos del instituto han venido a visitarme para ver como estoy. Otro lado intermedio es que al fallecer mi padre las empresas no tienen directores,  y los subdirectores no quieren dirigir, así que como hija del director me tengo que hacer cargo, menos mal que estudié dos años de empresariales, si no...... A parte la carrera de música también va bastante bien, mañana tengo mi primer concierto y mucha gente ya me conoce cuando voy por la calle. ¿Os preguntareis como lo hago todo, no? ¿Como soy capaz de tener la carrera de música y dirigir una de las mayores empresas? Pues la respuesta es simple, ni yo misma lo sé.

Ahora misma estoy en el sofá viendo Teen Wolf en Netflix, estoy rodeada de dulces mientras veo a mi querido Dylan  O'Brien, ¿¿como se puede estar tan bueno??

Pican a la puerta, pongo la serie en pausa y miro el reloj, las nueve de la noche, que raro, no espero a nadie. Me levanto del sofá y me miro en el espejo, leggins negros, calcetines de topos subidos hasta las rodillas, camiseta Nike de Aaron, se la dejó hace poco cuando estábamos pintando las paredes y tuvimos una guerra de pintura, esta limpia pero me la he quedado, por donde iva... Ah, si, y el pelo recogido en un moño mal echo, sin maquillar y con restos de azúcar en mi cara, perfecta, perfecta por si quiero asustar a alguien. El timbre no para de sonar y ruedo los ojos, voy hacia la puerta.

-¿¿¡¡A quien se le ocurre molestarme en mi sesión de Teen Wolf??!!-grito acercándome a la puerta.

Lo que veo a continuación de abrir la puerta me deja muy shockeada, tanto que pronunciar su nombre me dejó atónita.

-Jake.




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