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Abril

Camino por el césped húmedo del campus revisando si tengo las llaves de mi casillero en el bolso, siempre las olvido, un semestre entero no me bastó para dejar de olvidarlas, observo el edificio de varias plantas y paredes descuidadas al que he entrado tantas veces y he pasado los mejores momentos de mi vida, para algunos la universidad es tan solo un lugar por el que hay que pasar para lograr ser alguien, y con suerte pertenecer a fraternidades, para mi es el lugar que me llena del conocimiento que tanto quiero para poder cumplir mis sueños, y sobre todo es el lugar en el que están las personas más importantes de mi vida, me parece mentira que éste sea mi segundo semestre, miro la hora, diablos ya voy tarde y aún debo pasar por mi casillero, camino lo más rápido que mis piernas permiten hasta que alguien se interpone en mi camino.

—Disculpa—Un chico alto, de cabello oscuro y de fuerte contextura que jamás había visto en la Universidad me miró con ojos curiosos y no puedo evitar notar la tonalidad de azul casi irreal de sus ojos, son tan brillantes como el mismísimo cielo.
—¿Sí...?
—Lamentó molestar pero, ¿Podrías decirme donde queda el salón de anatomía?

¿Anatomía? Podría llevarlo, justo voy para esa clase... Estoy apunto de decirle que voy para el mismo lugar cuándo recuerdo que necesito pasar por mi casillero y decido darle indicaciones.

—Oh sí, al final del pasillo a la derecha está el área de ciencias, la 2B
—Gracias, lindo día.

Se acomodó la mochila y siguió su camino, debe ser nuevo, éste lugar es un laberinto aún para mi.
Fui a mi casillero corriendo por los pasillos encerados que hicieron que más de una vez resbalara, saqué mis cosas y corrí de nuevo pero ésta vez en dirección al aula 2B, odiaba llegar tarde a clase, en cuánto entré al aula, tomé mi lugar de siempre en la primera fila, justo a tiempo antes de que entrara el profesor Winney, un señor calvo de edad avanzada que siempre tenía cara de pocos amigos, saqué mis cosas y empezó su interesante introducción acerca del inicio del semestre y después sin mucho preámbulo, empezó a hablar de los músculos que constituyen nuestro cuerpo, tomé apuntes rápidamente y hacia los propios cuándo sentí que alguien ocupaba el espacio a mi lado.

—Hey, ¿Cómo se llama el profesor?
El mismo chico que me preguntó por la clase estaba sentado a centímetros de mi.
—Su apellido es Winney, es lo único que recuerdo—Continué con mis apuntes
—Winney suena a Winnie Pooh —Dijo el chico con cierta gracia y no pude evitar reír, tiene razón.
—Un poco, pero lo último que es el profe es eso.
—Pero se vería bastante guapo con un top rojo y tarro de miel—Rió

Miré al profesor Winney y no pude evitar imaginarlo con ese atuendo y reí, era asquerosamente gracioso, justo en ese momento el profesor puso una mano en la sien y me recordó más a Winnie Pooh.

—Y la forma en la que pone la mano en su cabeza, piensa, piensa, piensa—Hice una mala imitación de Pooh y el rió ante mi ridiculez
—Que buen sentido del humor, serias un buen Winnie Pooh
—Oh sí, podría comer miel todo el día
—¿Ese no es Tiger?
—Tiger sólo salta, es lo que hacen los tigers—Reí e intenté seguir poniendo atención pero eso era casi imposible con él hablándome
—Vale, en definitivo soy el conejo
—Soy piglet entonces—Reí levemente—O búho
—¿Eres tan lista?
—Dicen, no lo sé.
Me arrebató el cuaderno sin más y lo miré estupefacta
–Dime que has aprendido de lo que apuntaste
¿Qué he aprendido? Me estabas distrayendo
—No tengo porque probarte nada, devuélveme el cuaderno, has estado utilizando demasiado tu músculo orbicular—Extendí la mano para que lo devolviera y es lo que hizo.
—Bastante lista, me gusta eso—Sonrió de lado ligeramente divertido.
—Gracias

Seguí poniendo atención ¿En qué momento pasamos de los músculos de la cara a los del cuello? Miré de reojo al chico de al lado que al parecer estaba comiendo como si nada unas galletas y al instante puso una a mi lado.

Little time to LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora