Little time to LOVE

12

Abril

Tres días después todo había vuelto a una relativa normalidad, los días seguían su curso, la universidad seguía siendo muy básicamente la misma. Trav y Perci están recuperando el tiempo perdido y no se despegan, de hecho están más bromistas que nunca, ésta mañana Perci saldría con Trav y yo había quedado ésta tarde con Cam para ayudarle a preparar el almuerzo para Alison y Trav, y de paso aprender un poco acerca de las artes culinarias, es mi amigo y no he de perderlo por tonterías, le dije que no se libraría de mi, además Cam es un experto en la cocina, y yo soy un lamentable fracaso, realmente necesitaría mucho de su ayuda para preparar algo decente sin que se quemara. Es la tercera vez que me acomodo el cabello frente al espejo e intento no verme exagerada... ¿Porqué me arreglo? Mis mejillas enrojecieron frente al espejo y alejé el pensamiento, es tu amigo Abril, no lo arruines...
Me detuve con nerviosismo frente a la puerta y toqué, un minuto después gritó
—Abierto
—Podría entrar un ladrón —Entré y fuí con él hasta la cocina
—Bueno, no lo dejaría pasar de la puerta, supongo —Rió—Te ves bastante guapa
Sentí mis mejillas arder e intenté ignorar el comentario mirando todas las cosas que tenía sobre la mesa
—¿Para qué soy buena?—Pregunté sonriendo
—Pásame la leche y esas papas de ahí... Pero—Me miró descaradamente—Creo eres buena para muchas cosas
—Ni te imaginas. —Reí tomando las papas, se las pasé y él empezó a pelarlas
—No dejes mi imaginación volar
—Lo que pase con tu imaginación no tiene que ver conmigo. —Reí y comencé a ayudarle
—Serías culpable directa
Puso las papas en el bol e hice lo mismo, después me pasó una especie de cuchara para aplastar las papas —Tu tarea es sencilla, aplastar las papas
Reí—Suena divertido
Empecé a aplastarlas y era realmente divertido, amasa, aplasta, aplasta, aplasta, él le echaba leche conforme yo iba aplastando con toda la inspiración del mundo.
—Aplastas muy bien. —Rió y echó cosas que ya tenía picadas
—Aplastadora profesional—Reí y él lo hizo conmigo, hasta que por un momento sentí su mirada sobre mi
—Se ve rico—Lo miré y sus bellos ojos azules me miraban fijamente y no pude evitar sonrojarme y sentirme tonta, tiene una bella mirada, unos hermosos ojos... Miré el puré... Una bella risa
—Te ves hermosa. —Siguió batiendo y no pude evitar ponerme aún más roja, santo cielo.
La siguiente media hora hicimos un delicioso cheese cake, el postre favorito de Trallison, aprendí sobre la existencia de quesos y me conocí nuevos niveles de rojo en mi rostro, no sé como hacía para sonrojarme tanto
—Y tú, ¿Qué quieres de postre?—Sonrió Cam recostandose en la barra, mi mente jugó mal y la respuesta al aire de mi mente hizo que riera —Nada
—En serio, pide algo—Sonrió—Ya estoy consintiendo el paladar de nuestros amigos, quiero complacer el tuyo
—Umm ¿Un brownie? —Sonreí—No tienes que hacerlo, Cam, sólo vine a ayudarte
—¿Con nuez y chispas?, igual hay que complacer a las mujeres
—Sin nuez—Sonreí—Que caballeroso
—Soy alucinante
—Nunca lo admitiré
—Algún día lo harás—Rió y se puso manos a la obra preparando la mezcla
—Cierra los ojos
—Me llenarás de chocolate—Reí
—No lo haré
—Si lo haces me vengaré
Cerré los ojos esperando que me llenara de mezcla y chocolate
—Abre la boca—Pude imaginar el boceto de su sonrisa por el tono en su voz
Abrí los labios con duda y aún sin saber que quería, sentí el metal frío contra mis labios, una mezcla de chocolate y chispas se disipó en mi boca, al probarlo y saborearlo sentí lo que seguramente era lo más delicioso y adictivo que había probado en mi vida, Dios, sabía delicioso...Era... Era... Era alucinante.
—Hay cosas que crudas saben bastante bien
—Y ésta es una de esas—Abrí los ojos cuándo sacó la cuchara de mi boca, su mano viajó directo a mi rostro y su pulgar recorrió mi labio, de nuevo sentí mis mejillas arder y el corazón contra mi pecho hasta que se separó y solté la respiración que no me había dado cuenta que estaba reteniendo
—Exacto—Rió
—Aprenderé mucho de esto contigo—Sonreí y vi como lo metía al horno
—Serás toda una repostera—Sonrió al incorporarse y de nuevo y sin razón, sentí mis mejillas arder.