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Abril

Logramos salir hasta la madrugada, le dije a Cam que tenía algo importante que hacer y huí cuánto antes de esa burbuja de sensaciones que me ciegan, ya no puedo negar lo que siento por Cam, no puedo y menos después de sentir por primera vez sus dulces labios, tan dulces como las galletas que prepara e igual de alucinantes... Fue maravillosamente perfecto... Y doloroso, por más que quiera dejarme de llevar tengo miedo de lo que está por pasar, y no dejo de preguntarme si será la decisión correcta...
Entré al departamento y pasé directamente al cuarto, Perci estaba dormido como un tronco y babeando, lo miré durante unos minutos y empecé a empacar, si terminamos no debemos vivir juntos, tomé la ropa que pude con manos temblorosas y la acomode en las maletas, es probable que Perci no quiera ni voltear a verme y realmente lo entiendo, yo tampoco querría verme, un nudo que tengo que tragarme se forma en mi garganta cuándo recuerdo el día en que me pidió que me mudara con él, Trallison y nosotros fuimos a las montañas a acampar, durante el mejor momento de nuestra relación, nadabamos, nos besabamos, buscábamos tiempo para poder estar juntos y a solas, esa noche dormimos juntos en una casa de campaña y como buenos enamorados no desaprovechabamos el tiempo, esa noche hicimos el amor como nunca lo habíamos hecho antes y fue cuándo me lo pidió en medio de besos eufóricos, realmente esos días nos prometimos muchas cosas, demasiadas y no sé en que momento, de un pronto a otro, todo eso cambió... Quizá lo hostigué demasiado, no, yo soy una maldita que se enamoró de otro, supongo ya no importa; terminé de empacar y lo miré dormir hasta que amaneció, limpié su baba con el pulgar como cada día y me levanté a hacerle el desayuno como pocas veces por miedo a incendiar la cocina
Empecé a caminar y caminar después de terminar de prepararlo sin soltar la perla que en el inicio de nuestra relación Perci me había dado hasta que bajó
—Hola...—Dijo somnoliento y el corazón me dió un vuelco
—Hola... Te hice el desayuno
—Que rico amor, gracias—Sonrió dándome un pico y me sentí la persona más perra del mundo
Tomé el tenedor y empecé a darle de comer notando como se me dormían las manos, vamos Abril, no puedes venir aquí y sentarte como si nada, dile todo, no vas a mentirle...
—Te amo... Te amo más que a mi vida...—Mi voz sonaba débil
—Te amo mucho más—Sonrió y dejó otro beso en mis labios, haciendo que se me cristalizaran los ojos—¿Estás bien?—Preguntó y tomé sus manos para después besarlas
—No me odies, te amo y por eso no quiero... M..mentirte
—Sea lo que sea dilo—Entrelazó nuestros dedos y lo abracé aspirando su olor con miedo a que me odiara, me separé besando su mejilla y tomé valor
—Hueles a mar—Susurré
—Me preocupas, amor ¿Está todo bien?
—Pasa que... Debo decirte algo...—Intenté no llorar—Perdóname
—Dime lo que quieras—Su expresión decayó
—Cuándo no estabas... Pasé tiempo demás con Cameron
—Oh
—No te engañé, no quiero hacerlo—Dije apresurada—Por eso te lo estoy diciendo...
Soltó nuestras manos, y bajé la mirada
—¿Terminamos o sólo quieres un tiempo?—Noté la tensión de su voz
—Sólo un tiempo...
Asintió y se levantó
El mundo se hizo pesado
Creo que susurré un perdón
Lo último que hice fue salir y huir, ¿A dónde huí? Sólo sé que no paro de llorar.

Cameron

Pasó al menos una semana desde nuestro primer beso (me siento como un virgen de catorce años recordando cómo y con quién fue su primer beso) y la verdad es que los días posteriores a ese suceso no me pude sacar sus alucinantes labios de la cabeza.
Pero tampoco puedo decir que esos días me aburrí demasiado porque me la pasé en casa de Travis y Ali, viendo las peleas de la UFC. A veces Trav me veía feo, creo es porque mi presencia hacía que él y su mujer no pudieran tener actos sexuales. Lo que él no sabía es que se estaba convirtiendo en una de las personas favoritas de mi vida (algo así como un mejor amigo).
En uno de esos tantos días, culo rubio Ali por fin salió del cuarto junto con culo rojo Abril, donde al parecer se habían metido toda la semana.
Travis preparaba el desayuno y yo las saludé a ambas muy alegremente, un puente se acercaba, sí, esos días en que algún patriota hizo algo de cojones que gracias a él faltamos a la universidad y yo tenía un viaje en mente.

—¿Sabes cazar? —miré a Travis.
—¿A los idiotas que ven a Ali? —rió—Seh.
No pudimos evitar reír. —Amor —Ali rodó los ojos (común en ella).
—¿Qué harán en el puente? —pregunté mirándolos a cada uno.
—Nada —sonrió Ali.
—¿Quieren ir a cazar? —miré a Trav—No humanos.
—Uy, así que chiste —sonrió Trav.
—¿Venados? —Ali hizo un puchero junto con ojitos mirando a Trav —Eso no me gusta.
—Pobrecitos —soltó Trav poniendo los ojos en blanco.
—Patos —aclaré.
—Cierto, temporada de patos —por fin dijo algo mi mes, ha estado demasiado callada.
—Sí y si no tienen nada que hacer, podemos ir a cazar los días del puente.
—¿A dónde? -cuestionó Trav.
—A Virginia.
—Eso es bastante lejos, niño.
—¿Y?
Él se rascó la nuca. —Tendrás que dejarme pensarlo.

Ali de nuevo hizo puchero extremo con ojitos de perro hambriento.

—Mira el puchero de tu mujer, esa es una señal.
Abril jugaba con su comida
Se rascó la nuca nuevamente. —Déjame pensarlo.
Miré a Abril. —También vendrás.
—No lo sé... —me miró —Virginia queda bastante lejos.
—Diablos, que complicados son...
—Si ellos van, obvio voy —declaró.
—Será un día —también le hice un ridículo puchero a Travis.
—Está bien —dijo Trav de mala gana.

Miré a Ali hacerle la maleta a Travis, tardó al menos una hora entre que le escogía chaquetas, jeans que le combinaran con sus camisas y esas cosas. Abril y yo ya teníamos lista la maleta, así que al llegar la noche, metimos todo en la cajuela, los metí a ellos en el coche y comencé a manejar a nuestro destino: Virginia.

Little time to LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora