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Cameron

Alex no dejaba de preguntarme que mierda me pasaba, estaba harto de que lo hiciera. Pensé en golpear su cabeza contra la barra para ver si así se callaba, luego recordé que era un ex militar y que sería más probable que él me golpeara a mí.

—Cam, ya son casi las dos y has estado tomando demasiado.
—Es tu puto bar, ¿no?, puedes cerrar por un amigo cuando quieras -rodé los ojos y tomé hasta la última gota de licor que había en el vaso.
Alex suspiró. —¿Peleaste con Abril?
-Vaya eres militar, bartender y ahora también adivinador -suspiré y me levanté como la vida me lo permitió — Se quiere ir...
—Bueno, sabíamos que en un futuro eso podría pasar...
—Alex, le estoy dando, dejé todo por ella —los ojos me ardían, no sabía si ya estaba llorando —¿Por qué ella no puede dejar todo por mí?, ¿No es lo que los enamorados hacen?
—Sabes que en una relación siempre uno es más estúpido y ama más... Alguien siempre sacrifica más, da más, quiere más... Y al parecer eres el estúpido.
—Ella no a dejado de amar a Perci —me pasé el puño por el ojo, tallándolo, estaba llorando 

— ¿Por qué no pude hacer que lo olvidara?

—Fue su primer amor, Cam... Es obvio que le cueste olvidarlo —Alex suspiró y me miró.
—Él era un jodido cabrón, ostras, Alex, le estoy dando una relación que parece una de 90 minutos y creo ella no lo está entendiendo... Así que ¿qué más puedo hacer?
—Ahorita ir a descansar, estás muy ebrio, hablas mañana a primera hora con ella -tomó las llaves de su camioneta — Yo te llevo —pasó mi brazo por su hombro y me arrastró hasta la camioneta.
—No quiero verla, le voy a rogar, no, le voy a implorar que no se vaya que la amo y que es lo único puro que he tenido en mi vida... que la amo y que quiero que sea mi esposa y la madre de mis hijos -suspiré- que quiero hacer realidad nuestro sueño de un hospital al que todos puedan tener acceso... Que quiero verla cumplir sus sueños, estar a su lado hasta que yo deba tomar viagra...
Alex me cortó. —Cam, deja de llorar, todo eso pasará pero habla tranquilo con ella por la mañana... Ahora, cálmate.

Asentí sin ganas, aún no salía el puto sol, seguía escondido mientras la luna se veía en todo su esplendor. Cerré los ojos, imágenes de Abril inundaron mi mente, sus ojos, sus sonrisas, su hermoso cabello. Tardamos unos cinco minutos más y ya estábamos fuera de casa, todo estaba tan malditamente oscuro, ¿Cómo no lo estaría?, seguro debe estar dormida, preocupada, mientras yo soy un maldito saco de alcohol. —¿Te ayudo a bajar? —preguntó Alex.
—No, gracias hermano. Nos vemos en la semana -abrí la puerta de su camioneta y bajé.
—Cam, llámame cualquier cosa, lo que sea.
—Lo haré, pero mañana por la tarde ya estaremos bien y todo estará como antes —sonreí con ilusión.
—Te creo, eres un maldito cursi —rió —Me cuentas en que acaba
Cerré su puerta. —En un jodido orgasmo.

Esperé a que se fuera para después entrar a casa, dejé las llaves donde siempre. Tuve la maldita intención de subir al cuarto, hacerle el amor, decirle que la amaba y que era lo más especial que tenía en mi vida. Pero no, debe estar molesta y yo ebrio. Me acosté en el sofá, esperaría a mañana para poder hablar tranquilamente con ella, me acomodé y creo caí profundamente dormido porque no recuerdo nada.

Little time to LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora