Evan: Almas Inmortales. [TERMINADA]

Ashland.

–Quiénes son ustedes?
: Por qué tanta urgencia en saberlo?

~Apenas y pudimos observar quién estaba frente de nosotros, cuando la luz se acercó más esa presencia era como un guardián o el Rey de ahí mismo.

–Quién los ha enviado aquí?
Braiden: [Nervioso] Cornelius.. fue quién nos ordenó que viniéramos aquí.
–[Burlándose] ¿Cornelius?.
: Sí..
–Están perdidos, en especial tú¡ [Señalando a Evan]…
Cornelius nunca te lo digo?
: [Enfadado pregunté] Decirme qué? De qué está hablando?
–[Serio contestó] Así como él es protector de su patético mundo de los inmortales, yo soy el protector de Ashland.
El inframundo de los mortales como tú..
Encuentras alguna diferencia entre éste mundo y el de Cornelius?.
[Levantando la voz] Por supuesto que la hay.  Este mundo es el infierno mientras que ángeles y demonios como ellos [Señaló a Goldsman y Braiden] Viven con Cornelius, a pesar de que son cárceles para ellos.

:No lo entiendo, esto debería ser al revés.
–Pues ya ves que no es así.
Y si quieres pasar a mi mundo me temo que tendrás que pasar por pruebas y aquél que ha cruzado por aquí ha muerto en el intento porque no se resisten a mis pruebas.
[Riendo] Mejor vete niño antes de que te aplaste¡

~Jamás pensé en las consecuencias en esta misión.

: Pon las reglas y condiciones y te venceré¡
–Antes, dime. Cuál es tu peor temor, aquello que no quieres que nunca suceda?
: […]
–Lo tengo¡

~El hombre también tronó  sus dedos y me envió a una habitación como una interrogación.
Pero esta vez estaba sólo, sin mis guerreros.
Después de mirar toda la habitación algunas luces se encendieron como un camino.

–Anda muchacho, camina hacia la luz¡ [Riendo]…
~Obedecí al hombre y caminé hacia dónde mi instinto me señalara.
Escuchaba murmullos y llantos pero no se veía del otro lado del camino.

–Hijo¡
–Evan, ayudanos¡
: Madre?