Los foraneos deben morir!

1 0 0
                                    

Al día siguiente avanzamos más de prisa, estába desesperado al no encontrar ningún lugar dónde hayan personas aún vivas.
El sol me hacía alucinar cada vez más, en cada árbol veía que alguien me vigilaba, cómo queriendonos linchar.

Dean: Es mi inaginación o hay un hombre vigilando nuestro camino?

Dean nos señaló con su mirada a aquel hombre que ciertamente nos estába siguiendo, estába ahí escondido esperando nuestra reacción del qué haremos ahora.
De pronto unas flechas comenzaron a dispararse y caer cerca de nosotros, corrimos a toda velocidad tratando de que no nos derrivaran.
El hombre no estába solo, estába acompañado calculando unos cinco hombres más.
Se alejaron de nosotros, y miramos unas grandes rocas que dejaban un camino pequeño, había una grieta como conduciendo a una cueva segura.

Tom: [Exhausto] Quién eran esos tipos?
Dean: [Contestó con mismo rítmo de su voz] No lo sé, parecían monjes o pertenecientes a un club de ocutismo.
Frank: [Escalando la gran roca]...
Madisson: Frank? Qué estás haciendo?
Frank: Debemos entrar, quiero ver si hay alguien con vida!
Dean: [Mirando a Madisson] Quiere nuevos amiguitos, sigamos pues!

El camino era pequeño, pero se podía iluminar y verse mejor con la antorcha que tomé en la entrada, entramos todos juntos y al llegar unas escaleras nos hacían bajar, parecía una iglesia dentro de la cueva, pero no era una iglesia en la que creyeran en Reymond, sino en alguien maligno.
La representación era obvia, era una simulació  de muerte.

Dean: Qué diablos es eso?
Tom: Parece un ser maligno, quien quiera que sea propietario de este lugar no es alguien de quién podamos confiar, son personas que practican el ocultimos, magia negra.
Madisson: !Deberíamos irnos de aquí!

Me quedé viendo unos instantes la representación y en mi oído escuchaba una voz distorcionada hablando en latín, podía comprender todo lo que decía pero no me atrevía a repetirlo.

Madisson: Hey, Frank! Tenemos que irnos!
Frank: Sí, está bien!.

Encontramos la salida, era fácil salir de ahí y por fortuna del otro lado de la cueva se veía un pueblo, era casi el atardecer y habíamos caminado mucho, felizmente caminé más rápido para poder hablar con alguien de dicho pueblo.

Sam:[Susurrando] No se separen! Hagan lo que hagan no, se, separen.

Llegamos con los pueblerinos, algunos nos miraban como bichos raros, podía entender eso ya que no eramos parte de ellos.
Algunos tenían miradas de odio y de rencor.

Tom: No son de fiar...
Madisson: Tom, no te separes de mí.

-Ustedes que hacen aquí? [Voz de hombre detrás de ellos]
Dean: Hola, que tal? Nosotros somos de...
-Quiero hablar con el lider!
Frank: No venimos a hacerles daño, sólo queremos descansar y conocerlos.
-Ustedes no pertenecen a mi pueblo, no tienen derecho a permanecer aquí.

Aquel hombre nos desafiaba, no se le veía su rostro, parecía que era el tipo que nos lanzó flechas en el camino.

-La obscuridad mana por sus venas, usteded no son dignos de estar aquí, no son almas puras.
Dean: Cómo estás tan seguro hombre? No eres Dios para juzgarnos malditos, quien te crees que eres? [Enojado]

Sam tomó el hombro de Dean haciendolo que se calmara, el otro hombre sólo chasqueó.

-Quizá tengas razón, yo no puedo juzgarte... pero él sí.






Evan: Almas Inmortales. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora