Pablo

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Y de nuevo estoy aquí, frente a la puerta del departamento de mi novia. Aunque esta vez es por un asunto delicado ¿Cómo rayos se atreve eae imbécil a amenazar a mi Kath?

Al abrir la puerta veo a mi chica muy nerviosa y me abraza fuertemente.

—Tranquila hermosa —susurro, mientras le acaricio el cabello— te aseguro que todo estará bien.

—¿Pero y si te pasa algo? Me moriría de saber que estás en peligro.

—No pasará nada. Anda vamos por tus maletas para que vayas a quedarte conmigo.

—Gracias mi amor —sonrío. A pesar de que no tiene ni tres días desde aquella noche en la que nos encontramos, peleamos y después confesamos nuestro amor; ya me dice amor y eso me encanta.

Llevo sus maletas hasta mi coche y emprendemos camino hacia el departamento donde vivo.

—Todo va a estar bien —le tomo la mano mientras manejo.

—Por favor no te vayas aún. No me siento segura si tú te vas. Tengo miedo.

—¿E irás a donde vaya?

—Hoy, mañana y hasta que te canses de mí.

—Pues eso va a ser por mucho tiempo.

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