¿Hola?

Ámame

Ella trata de zafarse de ese agarre, no se reconoce a si misma. No entiende lo que está pasando, simplemente hace caso a las reacciones de su cuerpo. Finalmente, logra escapar de aquellos brazos.

Pablo no da crédito a lo que está pasando. Nunca pensó que la rechazaría de esa manera pero... ¿Por qué? Si ella estaba feliz esta mañana, si habían tenido el amanecer más hermoso que han vivido.

Se gira para pedirle una explicación, cuando ve sus ojos llorosos.

—Amor... —se acerca a ella con sumo cuidado. Se ha dado cuenta de que este momento, parece una muñeca frágil— ¿Qué es lo que sucede?

Su Kate no puede hablar, solamente solloza. Quiere abrazarla, pero tiene miedo al rechazo.

—Por favor, dime algo —susurra, aún no consigue que pueda hablar. Esto no debió ser así y, sin embargo, ya sabe lo que debe estar sucediendo— recordaste el accidente ¿Verdad?

No dice palabra alguna, simplemente corre a abrazarlo como si no hubiera un mañana.

Siente su calidez, en sus brazos está protegida, no tiene miedos, pero sí dolor. Quiere deshacerse de ello, necesitan construir nuevos recuerdos.

—Ayúdame mi amor, bórrame el dolor, quítame los malos recuerdos, crea nuevos. Lléname de caricias, besos, abrazos. Ámame como nadie lo ha hecho y como nadie lo hará. Dime que me amas... dime qué te quedarás conmigo —besa su cabello, acaricia su espalda con ternura, tratando de infundirle calma.

—Te amaré hasta el último momento que tú me permitas. Y aunque me alejes de ti, seguiré amándote. De eso no dudes nunca.