¿Hola?

Lo que construimos

Kath

Sus dedos suben y bajan de mi espalda desnuda, su calor me envuelve y su voz me tranquiliza. Por fin amanecemos sin dolor, ni miedos. Nos quedamos dormidos en medio del salón. Estábamos tan exhaustos de hacer el amor que decidimos dormir allí.

Los primeros rayos del sol nos baña y, a pesar de que nos molesta un poco, no queremos romper nuestra burbuja. Beso su pecho repetidas veces, logrando que su piel se erice y suspire.

—Este es el amanecer más perfecto que he vivido.

—Quiero amanecer así cada instante de mi vida —le miro y me sonríe para luego besarme en los labios.

—Te amo mi amor. No quiero salir de la cama, siento que todo esto se va a desvanecer en cualquier momento.

Me coloco encima de él, sin dejar que nuestros cuerpos dejen de tocarse.

—Esto es real, cariño. Nuestro reencuentro, los besos, las caricias, nuestra noche juntos todo ha sido real. Ya no hay nada que nos pueda separar. Sí, me iré a mi casa para cambiarme de ropa y estar el día con mi amiga Claire, que por cierto... de no ser por ella, ni siquiera hubiera tenido motivos para seguir luchando por esto —confieso— me alegro mucho que se hubiese atrevido a contarme parte de la verdad. 

—¿Por qué lo dices? —me apega a su cuerpo, como si quisiera fundirlo con el mío. 

—Porque no podía recordar, es más decían que las posibilidades eran mínimas. Los golpes del accidente, y lo que haya pasado después, fueron tan fuertes que era casi seguro de que no podría recordar. Claire estaba en el momento que el médico me lo dijo y casi se ponía a llorar. Después de que saliera, me platicó que yo había o estaba pasando por algo muy fuerte y muy importante. No podía olvidar lo que había construido con esa persona. 

—Entonces le debo agradecer que te devolviera a mi vida —me mira con los ojos brillando de la emoción y vuelve a besarme—. Bueno... 

—Vamos a vestirnos... y a ducharnos —me mira pícaro y me lleva entre sus brazos a la habitación. Vaya que estamos recuperando el tiempo perdido.