Gracias

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No es culpable, por supuesto que no lo es. Pero el hecho de que recuperara los recuerdos, le demuestran que así es. No debió entrar en su vida, no debió mandarle ese mensaje pudo evitar el dolor que sufrió después...

Kath le mira y sabe que está a punto de llorar, lamentarse de todo lo que ha pasado... No quiere que se vaya, no desea que la culpa lo consuma.

Toma su rostro entre sus manos y acaricia su barba con sus dedos

—Escúchame, tú no tienes la culpa ¿Me oyes? Ni tú ni yo la tenemos, fue el destino, la obsesión de ese tipo conmigo. Lo que nos pasó fue sólo consecuencias de la locura de Leo. Esto no es tu culpa —susurra mientras las lágrimas corren por su rostro—. Llegaste a mi vida en un momento de cambios, yo realmente me iba a trabajar a Madrid. Estaba harta de las presiones sobre una pareja. Y cuando tú... estoy enamorada de ti ¡De ti! Te amo con cada poro de mi ser y créeme no te vas a deshacer de mí, fuiste y eres lo más preciado que tengo. Gracias por llegar a mi vida, gracias por amarme, Pablito.

El chico empieza a llorar, pero no es de tristeza, sino de felicidad.

—Kate...

—No te voy a dejar ir ¿Me escuchas? No te dejaré ir —no dice más porque siente los brazos de la persona que ama rodeando su cuerpo.

—No me iré. Vamos a construir nuevos recuerdos. Gracias por amarme, gracias por estar conmigo, gracias por llegar a mi vida.

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