¿Hola?

Paradise

Kath

—Ser mía... —suspira— ¿Te parece si cenamos en el suelo?

Sonrío y tomo sus manos.

—Por supuesto, además así hablamos de nosotros.

—Tendré que besarte —me pega a su cuerpo y funde sus labios con los míos. Sus manos recorren mi cintura mientras que yo acaricio su espalda— te amo Kate.

—No sabes lo que mi corazón late cada vez que te escucho decir que me amas, me encanta —escucho gruñir mi estómago y ambos reímos— creo que es mejor que vayamos a cenar.

Movemos los sillones hacia un lado y Pablo trae sábanas, cojines y un colchón mientras que el cielo neoyorquino nos ilumina a través del ventanal. Trae vino y la pizza que hemos encargado, además de chocolates. Deja todo a un lado y se sienta rodeando mi cuerpo con el suyo. Respiro profundamente, siento esa paz que tanto he estado buscando... es como si mi mente ya no se cuestiona el qué fue lo que sucedió hace dos meses. Basta con estar en sus brazos para sentirme protegida.

—Me encanta sentir tu calor —susurro— y estas maravillosas vistas están haciendo más especial este momento.

—Anhelaba respirar tu perfume —responde y hunde su rostro en mi cuello— necesitaba tanto sentirte.

Me da suaves besos en mi cuello y nuevamente mi cuerpo se altera. Pero debo controlarme, vamos a ir lentamente esta noche y por ahora comeremos la pizza y nos mantendremos abrazados.

Eso sí, me siento en el paraíso con él.