¿Hola?

Dudas

Kath

Todo esto es una locura, apenas llevo unas horas en Nueva York y todo estaba cambiando. Acabo de tener las primeras pistas sobre lo que pasó antes de mi accidente, conozco a un chico del cual tengo una agradable sensación cuando estoy hablando con él y, sobre todo, me agrada esa sensación.

Veo que es tarde y decidimos quedarnos a ver películas en Netflix, el instinto infantil sale a flote y vemos La Bella y la Bestia. A pesar de estar viendo la película, mi cabeza está más al pendiente del rompecabezas que está haciendo. Mi amiga está segura de que estoy dando con las pistas correctas, pero no entiendo por qué no estaba cuando yo desperté ¿Acaso terminamos muy mal?

Y esa es la respuesta que nunca me pudo dar Claire, dice que algo pasó, porque me fui a trabajar a Madrid y luego de ello fue el accidente.

—Deja de forzarte —me regaña— te provocarás más dolores de cabeza.

—Lo sé, pero es que no puedo evitar que esté pensando en él. No sé, algo en sus mensajes me atrapó. Tú dices que estoy en el camino correcto, pero me pregunto ¿Por qué no estuvo cuando desperté? ¿Por qué no se presentó dentro de estos dos meses en los que enloquecía por recordar? —baja la mirada— entiendo que digas que esto fue muy importante para mí, pero una parte de mí está dudosa a esto.

—No sé... para ello debes recordar un poco más y quizás te puedas reunir con él.

—Puede ser... creo que es mejor que le siga mandando mensajes, además... él no está en Nueva York. Así que no hay forma de que nos reunamos.

—Cierto... —de pronto, comienzo a sentirme mareada... pequeños flashes de mensajes están pasando por mi mente y tengo que sentarme para asimilarlas. Claire me mira angustiada— ¡Kath! ¿Estás bien?

—Él es de Málaga... acabo de recordar que es de Málaga y tiene 27 años.