Si Max hubiera sabido lo que conllevaba su regreso, lo hubiera pensado dos veces antes de volver ahí.Si Max hubiese recordado porque se había ido, él porque había salido corriendo quizá en estos momentos no tuviese que estar ocultándose en los pilares detrás de las iglesias, quizá si hubiese recordado como era de buitres la gente de ese infierno frío, hubiese pensado mejor al asistir a los novenarios de su padre.
Era irónico, ni siquiera podía ir a rezar al hombre sin ser un asesino de él también... malditos hipócritas, hace dos días hasta hacían filas para hablar con él, pero ahora el velo del luto se había corrido de sus rostros revelando los idiotas que podían llegar a ser...
¿Cómo podían juzgar sin ni quiera saber algo a ciencia cierta?
¿Cómo podían crucificarlo de esa manera?
De regreso a la mansión, Tomás conducía vertiginoso entre las colinas heladas a velocidades no tan considerables para el terreno, los ojos de Max viajaban mucho más allá de ese lugar, en el único sitio donde no era un monstruo donde era amado, respetado y adorado por lo que más amaba, escribir.
Su teléfono vibró con insistencia en su bolsillo derecho, la llamada entrante era de Emily, con nerviosismo contestó.
- ¿Se puede saber si alguna vez me llamarás como acordamos?- Preguntó su mejor amiga, Max suspiró con fastidio.- Nada de suspiros señorito, ¿Qué clase de mejor amigo eres si ni siquiera llamas por teléfono?
- Em, bájale a tu mal humor, ¿Puedes? No tuve un buen día...
-¿Sucedió algo?- Una vez más exhaló el aire que sobraba en sus pulmones.-¿Max?
Se tomó un momento antes de responder, pegando su frente al frío cristal, su vista flotaba en los páramos congelados.
- Sí- Dijo quedamente-, necesito pedirte un favor.
Sofi regresó del colegio helada, sus labios estaban hasta morados, las manos que a pesar de estar enguatadas temblaban con consistencia, toda ella era un témpano de hielo.
-¡Ya llegué!- Gritó energética, a pesar de estar helada su madre tenía una regla en su casa, nada de abrigos húmedos en la sala, así que se tuvo que quitar su mojado abrigo de color azul marino, también la bufanda y el gorro rojo que tanto le gustaban y dejarlos en el perchero, luego aún sin contestación por parte de su familia corrió hasta la sala y se sentó en el suelo de alfombra justo al lado de la chimenea. -¡Ya llegué!- Repitió mientras se arropaba con el calor de los leños, extrañada por la ausencia de su madre volteó su mirada a la cocina- ¡¿Hola?!- gritó-¡¿Mamá?! ¡¿Mattie?!
-¡Shhh!- Dijo una vocecita a su lado.
-¡Ay!- Exclamó asustada. A su lado mirándola desde el nivel de la alfombra Mattie trataba de ocultarse detrás del sofá, Sofía que tenía el corazón destrabado alzo una ceja interrogándolo- ¿Pero qué...?
-¡Shhh!- la volvió a silenciar con su dedito en los labios, Sofi puso los ojos en blanco- ¿No ves que hoy estoy de espía?
-¿De espía?- preguntó divertida, Mattie en efecto estaba vestido de negro y en sus cachetes rojos había dos líneas negras en sus pómulos- ¿Y a quién espías?
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Más Allá del Cristal
Mystery / ThrillerMás allá de las colinas cubiertas de nieve, existe un pueblo entre los montes de hielo. Ahí, el tiempo pasa lentamente marcado por el reloj de la enorme muralla que lo rodea. Pocas cosas se saben de aquel lugar y pocas cosas logran salir de sus al...