19. De las promesas y cristales congelados

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" A veces sentía que toda la tristeza del mundo, la llevaba dentro. A veces el mundo frío en el que había nacido lo sentía tan arraigado en los huesos que se temía, la mayor parte del tiempo, que jamás podría coincidir con la idea, de amar por completo.

A veces se sentía que había envejecido mil años, muchas de las ocasiones sentía que su alma no era más que un pedazo de espejo roto por el cual estaba condenado a mirar reflejos incompletos.

A veces, John sentía que no se podía enfermar más de tristeza por que moriría. Se preguntaba si las personas que se sentían lágrimas, podían aferrarse algo.

Pero entonces, cuando había perdido toda esperanza de ser más que colores apagados, llegaba a su lado una niña de cabello de oro y le acariciaba su cabeza mientras jugaba con él entre sus manos de ángel, llegaba y le sonreía de esa manera suya, de esa que piensa nadie se dará cuenta de que está triste, lo mirará con esos ojos de mar tan preciosos y le sacudirá los hombros mientras lo toma de la mano y lo saca de las sombras que lo tienen atado del alma.

Daniela era un sol en un mundo de páramos congelados y a veces, cuando sólo se sostenían de las manos en esas colinas de ese viejo internado, sentía que había encontrado la cura a todos sus males. ¿Cómo era posible que algo tan simple cómo tomarse de las manos, sea la cura perfecta para la soledad?

- Tú me salvaste- solía decirle Dani mientras retrancaba su cabeza sobre su hombro.

No- pensaba John, mientras le acariciaba su mano con la suya. - Tú fuiste quien me salvó. Era un témpano de hielo y tú, sin saberlo, sin siquiera inténtalo, derretiste mi corazón."

- Es hermoso, Max- lo felicitó Emily al otro lado del teléfono. La voz de su editora escondía cierta emoción mezclada entre lágrimas. Maximiliano sonrió en el auricular.

- ¿Lo crees?- preguntó humildemente-¿No es demasiado... cursi?

- ¡Es demasiado cursi, sí!- afirmó entusiasmada- Pero eso lo hace ¡Perfecto!- Max ensanchó la sonrisa- Tus fans lo van a amar, ¡Es justo lo que se espera de ti!

- ¿Me estás diciendo que odiarían una novela que no sea súper romántica?

Emily se rió por lo bajo.- Les va a encantar, Maxxie, ellos te aman, a ti y a tus preciosas letras- dijo- Estoy segura que hasta leerían tu lista de compras si las publicaras.

Max rodó los ojos con fastidio, aún consciente de que estaba hablando por teléfono y que por lo tanto, era imposible que Emmy lo mirara.

- No te creas- le contestó mientras se sentaba en una silla cerca del lago congelado, Max había salido un momento con su portafolio de borrador a caminar, hoy hacía frío y el cielo era una sábana gris que todo lo cubría de un color pálido, pero Max necesitaba aire libre para pensar mejor- Mis lectores no son fáciles de complacer, estoy seguro que si doy un paso falso, mi carrera se iría al caño.

-¡Hombre, no pierdas la fe! Ellos te adoran...

- No... adoran la versión que dejó ver para ellos- respondió, sus ojos grises se perdieron el la superficie de agua congelada. - Sólo ven la parte que quiero que ellos vean, la versión que he construido para ellos entre mis letras...

-Max...¿Estás bien?

Un silencio sepulcral.

Un suspiro que se vuelve bolitas al viento por el frío que hace.

Más Allá del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora