Un golpe en la puerta. No, eran 5 golpes en la puerta, fuertes,
insistentes.
Siempre logro sacar conclusiones por la forma de golpear una puerta. A
veces, si me da mala espina, no contesto.
Aquella forma de golpear sólo me dio media mala espina.
–Entre –dije.
La puerta se abrió de pronto. Era un hombre de algo más de cincuenta
años, rico a medias, nervioso a medias, los pies demasiado grandes, una
verruga en la parte superior izquierda de la frente, ojos marrones, corbata, 2
coches, 2 casas, sin hijos, piscina y aguas termales, jugaba a la Bolsa y era
bastante patoso.
Se quedó allí de pie sin hacer nada, sudando un poco y mirándome
fijamente.
–Siéntese –le dije.
–Soy Jack Bass –dijo– y...
–Ya sé.
–œQué?
–Usted cree que su mujer se acuesta con otro o con otros.
–Sí.
–Ella tiene unos 20 años.
–Sí, quiero que usted me dé pruebas de que lo hace y luego pediré el
divorcio.
–œPara qué molestarse, Bass? Divorcíese simplemente.
–Sólo quiero pruebas de que ella... ella...
–Olvídelo. Ella conseguirá la misma cantidad de dinero de cualquiera
de las dos maneras. Es la Nueva Época.
–œQué quiere decir?
–Es lo que llaman el divorcio sin culpable. No importa lo que cada uno
haga.
–œCómo es eso?
–Agiliza la justicia, despeja los juzgados.
–Pero eso no es justicia.
–Ellos creen que sí.
Bass se quedó simplemente sentado en la silla, respirando y
mirándome.
Yo tenía que resolver el asunto Céline y encontrar al Gorrión Rojo y
allí estaba aquella bola fofa de carne preocupado porque su mujer estaba
echando un polvo con alguien.
Por fin habló.
–Sólo quiero saberlo. Sólo quiero saberlo por saberlo.
–No salgo barato.
–œCuánto?
–6 dólares la hora.
–No me parece mucho.
–A mí, sí. œTiene una foto de su mujer?
Rebuscó en su cartera, encontró una, me la pasó.
La miré.
––Dios mío! œEs realmente así?
–Sí.
–Se me está poniendo dura sólo de verla.
–Eh, no se pase de listo.
–Perdone, pero tengo que quedarme la foto. Se la devolveré cuando
acabe.
La metí en mi cartera.
–œElla sigue viviendo con usted?
–Sí.
–Y usted œse va a trabajar?
–Sí.
–Y entonces, a veces, ella...
–Sí.
–œY qué le hace pensar que ella...?
–Cosas, llamadas de teléfono, voces dentro de mi cabeza, sus cambios
de comportamiento, gran número de cosas...
Empujé un cuaderno de notas hacia él.
–Escriba la dirección de su casa y de la oficina, y el teléfono de casa y
de la oficina. De ahí lo sacaré todo. Le pillaré el culo contra la pared.
Descubriré todo el asunto.
–œQué?
–Acepto el caso, señor Bass. Tras su cumplimiento, le informaré.
–œCumplimiento? –preguntó–. Oiga, œestá usted bien?
–Yo estoy normal. œY usted?
–Oh, sí, estoy muy bien.
–Entonces, no se preocupe. Soy su hombre. Le pillaré el culo.
Bass se levantó lentamente de la silla. Fue hacia la puerta y luego se
volvió.
–Barton le recomienda mucho.
––Ah, ya entiendo! Buenas tardes, señor Bass.
La puerta se cerró y él se fue. El bueno del viejo Barton.
Saqué la foto de la cartera y me quedé allí sentado mirándola.
So puta, pensé, más que puta.
Me levanté y eché la llave a la puerta. Después descolgué el teléfono. Me
quedé allí sentado, tras mi escritorio, mirando la foto.
So puta, pensé, te voy a pillar el culo. –Contra la pared! –No habrá
piedad para ti! –Te voy a coger en medio del asunto! –Te voy a coger! So puta,
so zorra, so puta.
Empecé a respirar entrecortadamente. Me bajé la cremallera. Y entonces
comenzó un terremoto. Tiré la foto y me refugié debajo del escritorio. Era
uno de los fuertes. Tendría una intensidad 6. Debió de durar un par de mi-
nutos. Después paró. Salí de debajo del escritorio a gatas, aún con la
cremallera bajada. Recogí la foto, la volví a poner en mi cartera, me subí la
cremallera. El sexo es una trampa, un engaño. Es para los animales. Yo era
demasiado sensato para ese tipo de mierdas. Volví a colgar el teléfono, abrí la
puerta, salí, cerré con llave y me dirigí al ascensor. Tenía trabajo que hacer.
Yo era el mejor detective de Los ˘ngeles y Hollywood. Apreté el botón y esperé a que el jodido ascensor subiera.
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Plup
Science FictionÚltima novela del escritor Charles Bukowski. Aún no termino de pasarla, y falta editar los textos. Gracias por leer.