Capítulo 16 "Voy a traer de vuelta a tu príncipe azul"

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[Matt]

Desde el numerito de Josh, Camile y Andrew, no he tenido más que migrañas, quejas y berrinches. Busqué a mi compañero, pero ni rastro de él, admiro bastante lo que hizo, aunque por otra parte es un completo idiota al dejarle al bastardo de Andrew, su chica servida en bandeja de plata.
He aprovechado cada situación dulzona de Andrew con Camile para convertirla en un fiasco, con solo decir "Josh" la cara de mi jefa cambia en mil emociones y Andrew no tiene otra opción que salir de ahí.
Un mes se cumpliría dentro de una semana y debía admitir que lo extrañaba, me dificultaba seguir el rastro de los narcotraficantes esos sin él, aunque solo era una excusa.

Luego de que el dejara al chico en el pavimento, Camile tomó la camioneta y lo dejó junto a mí a cargo en el hospital, alegué que fue un intento de asalto y que cuando llegué para impedir que lo mataran ellos ya se habían ido. Tuve que hacer mi declaración cuando llegó la policía y mentir fue una opción bastante sencilla.

Lya me había llamado diciendo que Cam chocó contra la fuente de la mansión y estaba en shock. Fue una conmoción toda esa semana y continuo así hasta la siguiente.

Normalmente debía rastrear el teléfono de Josh unas cinco veces al día, pero ni siquiera contestaba mis llamadas y francamente eso me confirmó que había cambiado de número.

(...)

Ahora mismo, me encuentro junto a mi jefa y Zackary, un viejo amigo que nos ayudará a confirmar nuestras sospechas en cuanto a nuestra próxima víctima. Estamos volviendo a la casa, luego de ir al supermercado, Camile está inmersa en sus pensamientos más de lo normal.

-¿Camile?...-Ella ni siquiera se tomó la molestia de mirarme, soltó un leve "Hmm" como respuesta- ¿Te sientes bien?
-Si- respondió amenamente.
-Pues no parece- soltó un bufido- No es que quiera meterme en tus asuntos pero...
-Entonces no lo hagas.- Y ahí estaba otra vez su temperamento
-De todos modos voy a meterme- Fruncí el ceño- Voy a traer de vuelta a tu príncipe azul- Sonreí.
-No sé de qué hablas- Claro, hazte la desentendida, te conviene no admitir tus sentimientos frente a su mejor amigo.

-Claro que lo sabes, estoy hablándote de Josh y de lo mucho que lo extrañas...- comencé recordándole.
-No lo extraño- respondió tajante.
-¿Ah no?- Enarqué una ceja- Eso no dicen las exactamente ciento cuarenta y tres llamadas perdidas que dejaste en su celular, y...- me interrumpió.
-¿Cómo sabes eso?- ahora si me miraba, y bastante feo.
-Se supone que es mi deber el estar al tanto de todo lo que entra y sale de esa casa.- Repetí como si fuera un código de supervivencia.
-Eso no implica violar mi privacidad.-Elevó la voz.
-¿Ya vamos a llegar?-intervino Zackary por primera vez durante todo el trayecto.
-Claro que lo implica- Ignoramos a Zack.
-No- tenía la mirada filosa.
-Si- no dejaría que me venciera.
-Vamos...- comenzó Zack.
-No- volvió a ignorarlo
-A...- continuo.
-Si- mi voz sobrepaso la suya.
-Llegar...- dijo entrecortadamente su frase.
-No- por poco salía fuego de sus orejas.
-¿Ya?- Se volvió insoportable Zack.
-¡Cállate Zackary!-Dijimos los dos al unísono.
-Sé que lo amas Cam.- sentencié feliz ante su despiste por regañar a Zack.
-¡¿Qué?!- soltó desprevenida.
-No finjas Foster, te conozco desde que usas pañales- la miré con aire acusatorio.
-Cállate- volvió a su inicial actitud.
-Aun no respondes...- despegué por unos segundos la vista del camino.
-Dije que no- se cruzó de brazos y miro al frente con el ceño fruncido.
-¿Es enserio? ¡Vas a ponerte en esa actitud de niña pequeña!- lo solía hacer cuando Dan no le cumplía sus caprichos de hacer fiestas en la casa.
-Déjame.- Giré el volante topándome con la entrada de la casa, mientras el portón se iba abriendo, seguí tratando de que me dijera la verdad.
-Lo amas, ¿o no?- cuestioné, sabiendo la respuesta de ante mano.
-No es de tu incumbencia- Estacioné frente a la casa y Cam intentó bajar, pero fui más rápido y le puse el seguro a su puerta.- Déjame salir, o voy a despedirte.

-¡Ay! Que miedo, mira como tiemblo- fingí estremecerme.

-No estoy jugando contigo- respondió seca.

-Tampoco yo- le dije en el mismo tono.

-¿Si te digo me dejas ir?- asentí- bien pero te lo diré al oído para que Zack no escuche ¿bien?- asentí nuevamente. Ella se levantó de su asiento y se acercó a mi oído- Yo...- cerré los ojos, iba a decirlo... por fin- te dejaré sin hijos si vuelves a hacerme esto otra vez- ¿Pero qué?

-Esa no...- mis hijos, me golpeó aún más fuerte que mi novia de la secundaría cundo le dije que su amiga estaba más buena que ella.

Bajó del auto y me dejó lamentándome, mientras Zackary reía en la parte de atrás.

-Es una fiera- su risa ostentosa se escuchaba por doquier.

-Lo sé- y mis pelotas también.

¿Quieres que traiga hielo?- decía mientras me dejaba en la sala.

-No estoy bien- me senté en el sofá y Zack me imitó.

-Así que... esta es la casa, eh- miraba por todos lados.

-Así es- dije ahogado.

-¿Por qué no me dijiste que no podías encontrar a Josh?

-No sé- me encogí de hombros.

-Si quieres puedo encontrarlo.

-¿Cómo?- el rodó los ojos y me miró como si fuese idiota.

-Solo dame su nombre completo y yo me encargo de encontrarlo.

-Bien.

(...)

Otra vez estábamos en la camioneta, pero ahora estábamos yendo rumbo a las afueras de la ciudad, como nadie hablaba se escuchaban los llantos y golpeteos por parte de James, uno más de los tipos que Cam mataría para vengar a su padre.

Como ya no lo soportaba más puse un poco de música y golpeé el volante al ritmo de ella. Al llegar bajamos y abrí la cajuela, ahí seguí el tipo, golpeado y llorando por su vida, la sangre corría a través de su rostro.

-¡Sácalo!- ordenó Camile seria- llegó tu hora James, lo hubieras pensados dos veces antes de matar a mi padre.

Él intentó gritar pero solo salió un sonido ahogado, ya que su boca estaba cubierta por cinta industrial. Sus ojos se agrandaron, aguardando lo obvio hacía sí mismo.

Pensé que luego de los anteriores esta vez sería diferente, pero no, ella tenía sed de muerte más que de venganza, porque fácilmente podría hacer un ajuste de cuentas y nadie sabría, ni sospecharía nada, de la difunta Camile.

El cañón apuntaba directo a su cráneo, el gatillo estaba a milésimas de ser tirado y la respiración del joven se agitaba aún más cuando ella se aseguró de darle fin al asunto, él calló contra el suelo semi-mojado. Inerte, con los ojos abiertos, y aún con vida.

Su mirada suplicaba piedad, algo que Cam no estaba dispuesta a dar. Comenzó a hacer muecas, todas indicaban que quería hablar. ¿Era un soplón? Luego de tantos golpes y electrochoques al fin sería capaz de confesar algo útil como el nombre de su jefe.

Le saqué la cinta, sin remordimientos de haber arrancado varios pelos de su barba en el proceso.

-Por favor señorita...- Cam le golpeó el ojo y la detuve- perdóneme la vida y le podría< ser útil en lo que necesitase.

-Sabes algún día tuve 'piedad- tomó su rostro- era muy distinto en ese entonces, también tenía a mi padre pero tú fuiste parte de que todo termine.

-Me amenazaron- escupió algo de sangre, era probable que tuviera una hemorragia interna y muera pronto- no tenía otra opción, no todos lo hicimos porque lo...- volvió a escupir- fue D...- salió más sangre de su boca, nariz y sus ojos se quedaron sin vida alguna.

-¡Joder!- Camile lo pateó, varias veces-¿quién les mandó? ¡Quién! Te hubiera matado.

Estaba histérica, gritando como loca, le agarré de la cintura y le saqué el arma de sus manos, evitando cualquier desastre.

Sendero de VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora