[Josh]
El suave sonido de la lluvia, me despertó, sin sentido de la hora me dirigí hacia el pequeño balcón de la habitación del retrasado de Andrew. No podía creer lo que mis ojos veían, Camile, MÍ CAMILE sentada en el regazo del gilí* de Andrew, y no solo estaba sentada sobre él, sino que también lo estaba abrazando y para colmo llovía como en el típico cliché.
Me sentía indignado, primero me besaba y dormía en mis brazos, para luego correr a los brazos de otro. No lo iba a soportar un segundo más, baje dolor no solo físico, sino que también sentimental, no la entendía, ella ¿me quería solo como un amigo?
Tomé una cobija del armario y bajé las escaleras, topándome con ambos abrazados y completamente empapados, bajo el marco de la puerta.
La ira me consumía, pero yo no era quién para reclamarle a Camile, tal vez nuestro beso no significaba tanto para ella como lo hacía para mí. Debo admitir que parecía ser feliz con él. Y no iba a intervenir.
Tome la cobija y se la lance a Andrew, provocando que ella volteara y me viese sorprendida, con los ojos abiertos de par en par.
-Josh... puedo explicarlo- dice con la voz entrecortada.
-No tienes nada que explicar, no somos nada- dije por finalizando el asunto.
Subí las escaleras rápidamente, saltándome algunos peldaños. Cuando comencé a avanzar por el oscuro pasillo un ruido capto mi atención, era una mezcla de gritos, llantos y sollozos desesperados. Sin darme tiempo de dejar atrás aquello, la niñera de Andrew salió de una de las habitaciones.
Lucía terrible, las bolsas debajo de sus ojos estaban hinchadas y recubierta por una capa del maquillaje negro corrido, su rodete enmarañado daba a relucir que se lo había estado estirando sin piedad por el dolor. Me quedé quieto sin saber que decir, había estado escuchando como se lamentaba y de un momento a otro había sido pillado.
Avanzo, pero termino cayendo al suelo, dejando que más lágrimas se escaparan, trato de levantarse pero al ver que no podía hacerlo me acerque a ayudarla, una vez que la tuve de pie, me miro a los ojos, los suyos rojos y cansados.
-Ayúdame...-suplicaba en apenas un susurro- la va a matar.
-¿A quién van a matar?- dije desconcertado.
-Mi hija- siguió lamentándose- a C...
-Oh, por Dios- dijo una voz a mi espalda era Camile.
Andrew se acercó a retirarla de mi agarre, la miro y por un momento estuvo igual de desconcertado que yo, Cam se quedó callada mirando un punto fijo.
-¿No tomaste tus pastillas?- le preguntó suavemente. Ella negó, pidiéndole disculpas con la mirada. Este solo asintió y la llevo hasta su cuarto.
Incomodo de haber presenciado un ataque psicótico o quien sabe que, entre en la habitación que me habían asignado. Cruce al baño y examine mi herida, parecía que había vuelto a sangrar por haber prácticamente corrido escaleras arriba. Hice el proceso de curación que nos habían enseñado ya hace años y luego volví a cubrirla rogando porque no se infectara.
Me puse una remera, de las que tenía Andrew, a duras penas he de decir, pero mejor que nada. Incluso con la calefacción encendida se sentía el viento entrar por las paredes de yeso.
Sabía que no me podía quedar toda mi vida encerrado así que baje en busca de Matt, encontrándolo en la cocina, sentado junto a Cam, hablaban de no sé qué, mientras que tomaban chocolate caliente.
-Es hora de volver- decía Camile aun dándome la espalda, sin percatarse de mi presencia- ya me han llamado de casa y las niñas están...
-¿Interrumpo algo?- dije ciertamente sabiendo que lo hacía- Matt necesito hablar contigo, es importante y debo hacerlo ya.
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Sendero de Venganza
AcciónMuchas cosas cambiaron ese día, en un solo minuto se me esfumó de las manos a la única persona que me quedaba. Si no lo hubiera visto morir de aquella forma, tal vez intentaría superarlo. Nada de esto fue un accidente. Estuvo planeado por alguien...