La vida está llena de historias; en muchas de ellas somos víctimas, en otras somos agresores, todo depende de la forma en como veamos y lo contemos. Lo mismo pasa de como recibimos cada cosa que sucede y de las cuales no tenemos posibilidad de cambiar, se trata de afrontar los retos, vacíos y de cómo finalmente echamos hombros atrás y nos levantamos tras una caída.
No siempre es fácil seguir, menos cuando nos han lastimado de forma tan íntima y personal, nunca es sencillo pero a pesar de lo complicado y doloroso que resulta; cada caída nos enseña algo, cada traición, golpe, herida, por muy profundo que resulte es beneficioso para no volver a lo mismo. Y duele más, cuando eso viene de alguien cercano, una persona en quién confiabas ciegamente.
Detrás del odio que mueve al mundo, de los esquemas irrompibles de la sociedad, hay personas que luchan por amar, por comenzar de nuevo y que tal vez en ese intento todo luzca mucho mejor.
Me equivoqué, de distintas formas, incluso de lo cruel que pude llegar a ser mientras el dolor y el odio solo se apoderaban de mí, hasta que vi al mundo con otros ojos y me levanté, con miedo pero al mismo tiempo con esperanza, la lucha interna que llevaba finalmente dio una victoria y di paso al doloroso luto, finalmente me di el tiempo de llorar y sanar.
Muy a mi pesar las cosas que hice me atormentaban las noches que estaba sensible, no podía solo olvidar la sensación que tuve al deshacerme de aquellos que declaré culpables; solo los enviaba a una parte donde el dolor se hacía un poco más llevadero y con las terapias eso mejoró bastante.
Ellos me acompañaron, todos ellos me sostuvieron incluso cuando nadie lo notaba, cuando las sonrisas se sentían vacías y solo quería estar lejos, era tan buena escondiendo el caos que llevaba por dentro, que cada abrazo se sentía como miles de algodones reconfortantes.
Me rompí una y otra vez aun así logré reconstruirme, lo había perdido sí, dolía como ni te lo pudieras imaginar, pero el recuerdo siempre seguiría allí, los buenos momentos como los que no fueron tan gratos. No me permitía seguir envuelta en esa bruma de melancolía, de dolor y con cada paso que daba salía del hoyo en el que me sumergí no hace tantos meses atrás.
Sí, perderlo fue desgarrador, me sentí tan sola y vacía sin esa luz que me caracterizaba pero gracias a ello era una nueva Camile, era una mujer fuerte, no la joven ingenua que desconocía el mundo en el que estaba sumergida. Papá era un hombre excepcional, lo veía cada día con aquella sonrisa, con sus abrazos cálidos cuando las cosas no andaban bien y era feliz.
El sendero que escogí aquel día en que me dijeron que no lo volvería a ver fue el del vengarme, sin imaginarme jamás que la persona que más daño me hacía estaba a nuestra sombra, esperando poder atacar una vez más. El odio movió los hilos de mi mundo, fui atando cabos sueltos que jamás esperé encontrar.
David era el tipo de persona que usaba a otros para cometer sus maldades, que se generaba por los celos de ver al que fue su mejor amigo cumpliera con sus metas. Era ese tipo de personas que de una u otra manera todos tenemos rodeándonos, personas que fingen querernos y luego son las primeras en clavarnos el puñal de la traición. No le importaba nada, ni nadie más que él y sus propios beneficios está claro que de seguir vivo, hubiera continuado con su cuota de odio en el mundo.
En la nueva casa nos gustaba recordar las cosas buenas en medio del caos, teníamos una pared compuesta de miles de instantáneas. Josh decía que contábamos la historia de nuestras vidas desde antes de conocernos, hasta el momento en que se formó nuestro amor. Fue uno de esos momentos cursis en que ni yo crecí que esas palabras salían de él.
Ni siquiera me imaginaba que el sexy de mi guardaespaldas podría llegar a sentir algo por mí, mucho menos las travesuras nada inocentes que hicimos a lo largo de todo este tiempo. Me sentía aliviada de entender a qué se refería Josh con que toda esa venganza no me llevaría a nada. Porque después de todo tenía las manos manchadas de sangre, cargaba con una culpa invisible que trataba de aligerar, pero al fin y al cabo no tenía aquello que me lo arrebataron, a aquel padre amoroso que tanto extrañaba.
Mis relaciones interpersonales comenzaron a mejorar, hice amistades en la facultad, como en el pequeño vecindario en el que estábamos viviendo, la novedad del pueblo eran los recién llegados.
Matt aún seguía creyendo que estaba embarazada y nos hizo jurarle que de ser así, sería el padrino de Liam o Penélope, nombres que él mismo sugirió.
Las cosas en definitiva eran una montaña rusa de emociones, el caos repentino de la mudanza, de las nuevas responsabilidades, nos pusieron el mundo de cabeza, pero me sentía parte de esto que estábamos haciendo, cómo si todo esto fuera lo justo en el tiempo preciso.
Te amo y donde sea que estés, sé que jamás te olvidaré.
-Los declaro marido y mujer puede besar a la novia- todos explotaron en aplausos. Mama soltó un par de lágrimas y sonreí de tan feliz que estaba.
Luego de que la ceremonia concluyó fui a abrazarla. Ella y el señor Collins se veían felices juntos y lo mejor de todo es que recuperó las riendas de su vida y se dio otra oportunidad para el amor.
-Nosotros debemos casarnos en secreto Cam- su voz ronca ocasionaba que ciertas partes de mi cuerpo reaccionaran- Y luego follar hasta perder la conciencia.
-Calla, que justo ahí viene Andrew y Matt.
-¿Pensando en cómo escapar de otra fiesta para andar de conejitos calenturientos chicos?- mis mejillas comenzaron a arder.
-Si pudiera hacerlo aquí mismo, ten por seguro que ni me movería Matt, pero no necesitamos esconder nuestras muestras de cariño, en cuanto a ti y Manuelita deberán esperar que llegue el final de la fiesta. Porque amigo, estas oxidado.
Resultaba algo raro, como los chicos se hicieron amigos, luego de la larga noche nos escapamos al igual que los recién casados y disfrutamos de una luna de azúcar que era solamente nuestra.
Fin

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Sendero de Venganza
ActionMuchas cosas cambiaron ese día, en un solo minuto se me esfumó de las manos a la única persona que me quedaba. Si no lo hubiera visto morir de aquella forma, tal vez intentaría superarlo. Nada de esto fue un accidente. Estuvo planeado por alguien...