-¡Matt! ¿Me oyes? Joder, responde amigo- prácticamente grito en susurros.
-No puedo disparar, buscar archivos y contestarte al mismo tiempo- responde cabreado- ¡eres peor que mi ex novia!
-Sal de allí ahora- vuelvo a verificar por la abertura. Sé que no deberíamos levantar sospechas pero si algo llega a pasarle a Matt será únicamente mi culpa- O entraré.
-¡No!, estas herido, no serías de gran ayuda- su voz es cada vez más agitada delatándolo por completo, él está nervioso.
Escucho disparos y no son de Matt porque nuestras armas tienen silenciadores, comienzo a sudar y ni siquiera los fétidos olores del lugar logran que despeje mi mente y confié en mi compañero.
-Maté a todos- dice luego de unos minutos- entra hay algo que quizá y quieras ver.
Salgo lo más rápidamente que mi herida me lo permite, y al entrar veo varios cuerpos esparcidos por toda la estancia, sangre manchando los pisos.
-¿Qué es eso que querías que viera?- miro a mi alrededor pero nada parece tan interesante. Ni computadoras, ni cajas fuertes, ni siquiera archivos, esto más bien parecía esos usuales lugares para drogadictos rebeldes.
-Ven- dice señalándome con sus guantes- es el mismo tatuaje, todos lo tienen, sin excepción- es vedad y coincidían con los que Cam había encontrado antes.
-Entonces...- empiezo decir, pero Matt ya lo sabe.
-Sí, pero eso ya lo sabíamos, lo que no sabemos es para quien trabajan- responde adivinando o acertando lo que iba a insinuar.
Aún con los guantes puesto podía percibir mis manos temblando, el olor se la sangre recién emanada de los cuerpos comenzaba a ser demasiado perceptibles. El sonido de sirenas irrumpió el silencio, alertándonos de que era hora de huir, lo extraño era que no había vecinos, ni personas alrededor.
Nos miramos nerviosos debíamos huir ahora mismo, porque si nos atrapaban joderiamos todo el plan.
Corrimos hasta la puerta trasera y tropecé cayéndome sobre l herida, sentí más de una punzada y no pude evitar soltar un gruñido.
Matt examinó con lo que había tropezado y abrió un entrad que parecía parte del piso, sabíamos que no teníamos otra opción, entramos no había tanto espacio, a penas podíamos movernos.
A lo lejos lográbamos ver faroles y de repente bajamos del estrecho pasillo a un lugar abierto.
Había pilas y más pilas de droga, lo largo de todo lo que podíamos ver. Estábamos en una situación bastante apretada.
L policía tras todos, los cuerpos muertos incriminándonos y aquí en la mina de drogas sin escapatoria. Pero como si fuera anillo al dedo recordé que entre las "cargas" siempre había escotillas de ventilación, aunque esta venía del mismo lugar por donde entramos recientemente, y unas salidas en caso de "emergencia"
Con la poca claridad de luz traté de buscar una salida, una efectiva, los latidos acelerados me indicaban la poca calma que no estaba teniendo y los ladridos de los canes no ayudaban bastante a la gran inyección de adrenalina.
Y ahí, casi inexistente, tan pequeño como si fuera mentira, la luz del día se filtraba a través de una escotilla en lo alto. Indique a Matt que me siguiera mientras subimos por una herrumbrada escalera vieja. Cuando sentí el aire en mis pulmones, fue como si estuviera vivo otra vez. La calle estaba desierta caminamos rápido tratando de no levantar sospechas y seguimos a la multitud que estaba enfrascada en sus propios asuntos.
Paramos un taxi y le dimos la dirección de la casa de Andrew.
-¿Qué le diremos a Cam?- pregunté un tanto nervioso.
-No lo sé, pero podría explotar si se lo decimos- Asentí, mientras un sudor helado se deslizaba por mi frente y toda mi espalda.
-Entonces propones que se lo ocultemos- sabía que ella podía matarnos por esa noticia, y últimamente estaba muy nerviosa y cambiada.
Llegamos frente a la puerta de la casa en silencio, la culpa cargándonos en la conciencia y cuando tocamos el timbre deseamos que cualquiera abriera menos Camile, pero la vida era muy injusta y su semblante cansado delataba más acusación hacía ambos.
-¿Dónde estaban?- dijo enojada.
-Caminado y haciendo algo de ejercicio- respondió Matt súper natural. Incluso llegaría a creerlo si no supiera toda la historia.
-¿En medio de esta lluvia?- Pude notar el sarcasmo en su voz, nos miró a ambos desde el marco de la puerta y luego se hizo un lado para que pasáramos.
-Que te digo Camile- Matt caminaba hacía las escaleras y antes de subirlos volteó- tengo que mantenerme en forma, las chicas dejaran de mirarme, o mejor dicho admirarme, si no lo hago- Subió completamente las escaleras y nos dejó a ambos solos, no tenía ganas de escuchar ningún tipo de discurso que me tenía preparado por lo sucedido ayer.
Subí a mi habitación, tomé una larga ducha para deshacerme del horrible olor que cubría mi cuerpo, para luego limpiar la herida y seguir con mi rutina.
(...)
Era lunes de mañana, una leve llovizna caía sobre el parabrisas de nuestra camioneta, había pasado al menos dos semanas de nuestra "misión basurero" como Matt la denominaba. No hubo grandes cambios, Andrew y Camile eran cada vez más cercanos, mi compañero estaba intentando dejar su pequeña adicción a los cigarrillos comunes, en lugar de ellos comenzó con los mentolados, la investigación no dio ningún avance y en lo que a mí respecta, comienzo a cansarme aún más de Andrew, quien cree tener el derecho de darme órdenes.
-Josh detente en la librería, necesito cosas para la clase de Literatura Avanzada- la insoportable voz que salía de su estúpida boca me genera ganas de golpearlo, él se había convertido en el primer lugar en mi lista de futuros asesinatos
Cuando me di cuenta ya habíamos pasado la librería.
-Acabamos de pasar la librería regresa- no le di importancia- dije...- comenzó a asomar su rostro entre los asientos del piloto y el copiloto- QUE TE DETENGAS- tomo el freno de mano y lo puso en funcionamiento, las cubiertas resbalaron por el asfalto y esa fue la gota que rebasó el vaso, baje de la camioneta y abrí l puerta trasera, presione el cuello de la sudadera del idiota y yo obligue a bajar, Camile bajo junto a él.
-Suéltalo- dijo calmada, pero al ver que no lo soltaba subió el tono autoritario de su voz- ¡Josh suéltalo! No me obligues a despedirte- ¿despedirme? Nunc había pensado en eso, era mi oportunidad de liberarme de toda esta carga que agobiaba mi existencia.
Era mi oportunidad, si iba a despedirme, le daría un buen motivo. Sin previo aviso solté el cuerpo de Andrew estrellándolo contra el asfalto, le di un par de puñetazos, él no se quedó atrás, rompió la comisura de mi labio inferior. No podía detenerme, había soportado tanto tiempo, la sangre del rostro del noviecito de Camile pintaba mis puños, no sé en qué momento Matt me alejó de él, pero cundo me di cuenta, Camile estaba gritándome y Andrew se encontraba inconsciente tendido en la calle.
Solté el agarre de Matt y corrí donde se encontraba la mujer que sacaba todo de mí, de quien he estado desde el primer momento en que cruzamos palabras y la besé, la besé como jamás había besado nadie, no me importa lo mucho que golpeaba inútilmente mi pecho, la tome de la cintura y la pegue más a mí, antes de soltarla completamente susurre sobre sus labios- renuncio- después de tanto tiempo volví a sentirme bien, caminé solo al costado de la ruta, sin preocuparme por lo mucho que me arrepentiría más tarde, cuando me diese cuenta de lo estúpido de mis actos, había hecho lo que quería y nada más importaba.
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Sendero de Venganza
AçãoMuchas cosas cambiaron ese día, en un solo minuto se me esfumó de las manos a la única persona que me quedaba. Si no lo hubiera visto morir de aquella forma, tal vez intentaría superarlo. Nada de esto fue un accidente. Estuvo planeado por alguien...