Una promesa rota

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Haru entró a la biblioteca de la escuela, se sorprendió mucho al ver tantos libros, pues llenaban las paredes y las orillas de las ventana; devoró un libro tras otro, la mayoría son de ciencia ficción, comenzó a admirar los héroes de la historia deseando ser algún día como uno de los personajes de los libros, rescatar a varias doncellas en peligro, encontrar el amor verdadero. En eso la bibliotecaria ya había observado a Haru por su interés en los libros, así que le dijo que podría llevar los libros a la casa donde se hospedaba cuando quisiera, a Haru le encantó esa idea que tenía que traer un carrito para llevarse los libros a casa.

Por supuesto, Haru llenó la sala de libros que ocupaban toda la mesa de en medio.

Marcus entró y vio la montaña de libros.

-¿De dónde salió todo esto?-preguntó

Haru levantó la vista y le sonríe-Bienvenido.

-Ah Haru ¿Tú trajiste todo esto?

-Sí

-Oye ¿y no te aburres?

-¿Eh? Para nada. Es interesante leer.

-si tú lo dices-mira un libro-¿Matemáticas? ¿Geografía? ¿Ortografía?

"Este chico es un nerd" pensó Marcus.

-Es probable que soy un alumno ejemplar, por alguna razón no puedo soltar un libro hasta terminarlo, es como tener una televisión en tu cabeza-le brillan los ojos.

-mmm...

-Desearía ser un protagonista. Como los héroes de los libros, valientes...

-Podrías serlo, si quisieras

-No-baja la cabeza-No podría.

-¿Eh?

En eso, entran los demás líderes.

-Ya llegamos-dijo Tagiru mientras estiraba los brazos y bostezaba.

Vieron la montaña de libros.

-¡Wow! En serio te encanta leer-dijo Taiki con una sonrisa.

Haru asintió.

Tocaron la puerta.

Taiki se encargó de abrir la puerta.

-Yugi-dijo-pasa.

-Gracias-sonrió-¿Está Nicole?

-Se fue a una misión

-Ya veo.

-Te ves cansado ¿Estás bien?

-Sí. Sólo tuve pesadillas toda la noche.

-¿Soñaste con él?-preguntó Tai serio.

-¿Eh? No.

Haru levantó la mirada y ve a Yugi con la cabeza baja; por alguna razón, al observar sus ojos amatistas, percibe algo. Algo que quizá no creyó sentir.

Sentimientos ajenos, al principio creyó que era su imaginación, pero al parecer no.

Yugi se siente solo, un vacío que no le permite ver sus verdaderos sentimientos.

Eso es, tiene el don de percibir los sentimientos ocultos de los demás, pero no puede controlarlos, sólo los percibe.

-¿Quieres algo de beber?-preguntó Marcus.

-Gracias-respondió el tricolor

-Toma asiento-dijo Takuya-Ignora la montaña de libros, tenemos un inquilino fanático de la lectura.

EL HEREDERO DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora