The Coffee Shop《Yoonmin Lime》

17

JIMIN: Se mete en el baño y se da una ducha lo más rápido posible, pasando de secarse el pelo. Va a su cuarto y abre el armario.
Nunca se había preocupado demasiado de su vestuario, pero tampoco quería que Yoongi le viese como cualquier día. Ya, sabía de sobra que esto no era una cita, pero aún asi, quería estar bien.

Sacó unos jeans nuevos de color negro y una camisa de  lino blanca perfectamente planchada.

"Demasiado simple y bicolor" pensó. "Nah, la elegancia está en la sencillez, Jimin"

Se puso unas botas de cuero de estilo militar, pero no excesivamente brutas, y salió al salón, con su inseparable cazadora doblada en la mano.

-Listo. Nos vamos?

En ese momento sonó el timbre.

A buenas horas llegaba el maldito repartidor.

-Dame un segundo.

Indicó mirando a Yoongi, quien seguía en el sofá.

Abrió la puerta y ahí estaba el repartidor con la pizza en las manos. Le miró de arriba a abajo boquiabierto.

-Wow, estás...estás vestido.

Jimin sonrió.

-No te acostumbres a ello.

Dijo coqueteando levemente , obviamente a modo de broma, mientras le quitaba la caja de las manos y le pagaba.

Regresó al salón y dejó la pizza sobre la mesa.

-Perdón, había pedido pizza, pero la comeré mañana, vayámonos ya a la feria.

YOONGI: "Wow". Jimin estaba muy guapo, joder, debió comprarse ropa o pedírsela prestada a Tae o algo, porque no había punto de comparación.

-El... ¿el repatidor te ha visto desnudo? -pregunta, tratando de sonar lo más impasible que puede-. Es que desde aquí se escucha, no pretendía ser cotilla -se excusa mientras se levanta-.

JIMIN: -Oh, no no no, por dios! - dice riendo, por primera vez en el día alegre. -Tan sólo me ha visto igual que tú al llegar. No suelo ponerme más ropa en casa. De hecho a veces ni si...

Se calla. Aquello no le interesaba a nadie.

-Lo siento.

Dice algo avergonzado.

YOONGI: Yoongi se siente molesto, y quiere echarle las culpas al estrés que lleva en todo el día. Será mejor que no piense en ello.

-No te disculpes, no has hecho nada malo -mejor cambia de tema-. ¿Cómo iremos a la feria?

JIMIN: Mira su reloj de muñeca.

-Será mejor ir en coche o no habrá comida cuando lleguemos.

Dice riendo. Le abrió la puerta a Yoongi, y mientras éste se dirigía al ascensor, Jimin se aseguró de tener aquello en el bolsillo. (LECTORAS, NO, NO ES UN CONDÓN) Una vez que lo palpeó, siguió a Yoongi.

Montaron el el coche de Jimin y se dirigieron hacia el río Han, que se había llenado de pequeños puestos de comida de todo tipo, y una masa de gente ocupaba todo el lugar.

Jimin aparcó algo alejado de la zona, debido a la gran cantidad de coches y se dirigieron hacia los puestos andando en un silencio algo incómodo.

Jimin se aclara la voz para hablar.

-Gracias por venir, y por cierto...-le mira a la cara, algo nervioso- estás muy guapo.

Baja la cabeza rapidamente.

"Jimin, dejarás de cagarla algún día?"

YOONGI: Sus mejillas toman color al escuchar su halago.

-Gra...gracias... -dice avergonzado-, aunque tú estás mejor -ríe debido a la vergüenza, sin ser capaz de mirar al menor-.

Se tambalea un par de pasos con algo de discreción para poder pegarse al menor. Quería tocarlo, necesitaba abrazarlo como había hecho hace unos días. Sacude la cabeza, tenía que tomarlo con calma.

JIMIN: Yoongi se acerca discretamente a él, y de no haber sido Jimin gay, no se habría dado cuenta, pero siéndolo y en una sociedad como Corea del Sur, tu vida dependía de ello.
Lamentablemente, Jimin había pasado buena parte de su adolescencia siendo discreto.

Jimin se acercó tambien hacia Yoongi, e hizo que sus dedos se rozasen al caminar durante unos segundos, para luego volver a separarse.

Aquel juego de tocarse poco a poco siempre le había gustado.

YOONGI: Su piel se eriza cuando sus dedos se rozan, ¿había sido a propósito? Jimin vuelve a poner una distancia entre ellos y Yoongi no se siente lo suficientemente valiente como para volver a establecer la cercanía de nuevo.

Su mente se olvida de toda preocupación al ver un puesto de comida que parece llamarlo a gritos. Agarra el brazo de Jimin y tira de él para acercarse al puesto.

-Hoy pago yo, que todavía te debo esa cena -dice sonriendo mientras lo incita a pedir lo que quiera-.

JIMIN: -Está bien, está bien.

Sonríe y ambos comienzan a coger pequeñas raciones de un poco de todo.

A lo largo del río hay cientos de mesas de madera para que la gente pueda comer tranquilamente.
Jimin señaló una pequeña mesa para dos y Yoongi asintió. Justo cuando se sentaron, uno en frente del otro, cientos de farolillos colgados en unas cuerdas en lo alto de cada puesto se encendieron.

Jimin sonrió ampliamente. Aquello era precioso, pero entonces descubrió algo mucho más precioso aún: La sonrisa de un Yoongi ilusionado mirando al cielo.

Aquella era su nueva imagen favorita.

-Pareces un niño de 8 años.

Dice mientras le roba una patata frita.

YOONGI: Sus ojos viajan hasta el rostro de Jimin.

-Deja de meterte conmigo -dice con la sonrisa en la cara-. Ya es la segunda vez que me dices que parezco un niño -ríe y arruga la nariz al ver cómo le roba una patata-. Pero tú te pareces todavía más -se burla-.

JIMIN: -No me meto contigo, simplemente me resultas adorable.

Yoongi arruga su nariz.

-Lo ves? Hasta cuando haces eso te ves bien.

Le roba otra patata.

-Solo quería captar tu atención, estaba celoso de las lucecillas - revuelve en ketchup su patata- yo tambien quiero que me mires asi.