Se había llegado Acción de Gracias, definitivamente el día más importante en los Estados Unidos.
Familias completas se reunían con sus familiares para celebrar y agradecer, era una costumbre muy vieja desde que los primeros colonizadores se asentaran en Boston.
Era una tradición que cada equipo líder de cada confederación se enfrentara a un juego especial en Día de Gracias.
Desde luego 49ers de San Francisco debía estar en dichos partidos pues en lo que iba de la temporada se encontraban justo en el ranking número uno de la confederación Este.
Se habían enfrentado esa misma tarde a los Broncos de Denver en un partido bastante disputado llevado a cabo en el Sports Authority Field at Mile High de dicha ciudad.
Se mantenía un marcador favorable para el equipo liderado por Zac, sin embargo debido a las fuertes temperaturas que comenzaron a descender y a que era ya imposible regresar al campo inundado de nieve, los jefes de confederaciones se vieron obligados a cancelar.
Parecía como si el clima se hubiese puesto a favor de Zac, pues no se había sentido con el suficiente ánimo para continuar el partido.
Después de que el estadio comenzara a vaciarse, los jugadores de 49ers junto con todo su equipo técnico arribaron al hotel.
Acababan de avisarles que el aeropuerto se encontraba cerrado por culpa del vendaval, así que no podrían regresar a casa a celebrar con sus familias.
Jim Carrey anunció que darían una cena banquete ahí en el hotel para celebrar el día, sin embargo nadie tenía ánimos para festejar cuando les dijeron que pasarían una noche más ahí en Denver.
La mayoría de los jugadores se marcharon directo a su habitación. Una mínima parte se quedó a la cena junto con todos sus entrenadores, personal y técnicos.
Zac fue de los que decidió que no le apetecía celebrar ni siquiera un poco, sin embargo no subió directo a su suite, sino que en vez de eso decidió salir a las calles de Denver a pesar de la fuerte tormenta de nieve.
Algo que después lamentaría sería no haber subido aunque fuera sólo a tomar una chamarra.
Se encontraba únicamente en un par de pantalones jogger grises, una sudadera roja del equipo, un felpudo gorro cubriendo su cabeza, también del equipo, y sus tenis de deporte negros.
Zac se dijo que si le daba una pulmonía no le importaría ni un carajo.
Daba igual.
Comenzó a caminar, y caminar. Se entumeció de frío, pero eso no lo hizo detenerse ni regresar.
La ciudad se encontraba demasiado solitaria esa noche, pero no era de extrañarse, pues además del clima helado y nevado, cada una de las personas debían estar resguardados en sus casas cenando pavo y disfrutando de la compañía de sus familiares.
La mente de Zac se encontraba en blanco, cuando de pronto una sombra negra salió de la oscuridad.
Despertando por completo sus sentidos, Zac se giró para hacerle frente, y a pesar de que lo habían acorralado de sorpresa, detuvo el puñetazo que le fue lanzado, con facilidad.
Lleno ahora de adrenalina, Zac evaluó el peligro.
Cuatro hombres grandes, podría decirse que igual que él, pero a final de cuentas cuatro.
Las medias de seda negras sobre los rostros hacían que parecieran grotescamente aplastados.
El más bajo de ellos se lanzó hacia Zac desde el costado, pero Zac se movió hacia un lado mientras advertía su olor fétido y repugnante. Lo tomó de los hombros, y logró lanzarlo como un muñeco de felpa contra el segundo que tenía una infinidad de vellos negros en los dedos de su mano. Ambos cayeron resbalando en la nieve del concreto de la calle.
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Paz Robada® (Zashley)
RomanceRío de Janeiro... Todo un paraíso. Un lugar exótico y único, donde los días están llenos de color y vida, y las noches oscuras son iluminadas con la luz de la luna... Playas preciosas, clima tropical... Un lugar lleno de fantasías y emociones, ideal...