Capítulo 21

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Era mediodía cuando llegaron a la casa del lago de los Efron, ubicada en un pueblito de Oklahoma.

Zac había conducido por diez horas atravesando cinco estados hasta poder llegar a su pueblo natal.

Finalmente, Zac estacionó la camioneta Jeep frente a la cazona. Salió de ella, después abrió la puerta trasera para dejar salir a Browser que salió disparado, y luego la rodeó para abrirle la puerta caballerosamente a su esposa.

La camioneta era grande, y había bastante distancia entre Ashley y el suelo, así que él la tomó de la cintura y la bajó. Ashley se mantuvo tranquila, y si la intimidó el contacto, no lo demostró.

Iban progresando.

–Así que aquí creciste– espetó Ashley mientras lo miraba todo con emoción y curiosidad.

–Los tres Efron nacimos y crecimos aquí. Interesante, ¿no?– le guiñó un ojo.

Ashley sonrió.

–Es más fácil imaginarte haciendo travesuras estando aquí–

Zac soltó una risotada.

–¿Ves ese árbol?– señaló el más alto del campo, y ella asintió. –Yo tenía 4 años, y acababa de ver Tarzan en la tele, así que decidí que quería ser él, y trepé hasta el tope de ese árbol–

Ashley abrió la boca impresionada.

–Es demasiado alto, Zac, pudiste matarte– dijo verdaderamente preocupada.

–Y no te he contado la peor parte– sonrió. –Uno de mis pies se atoró en una rama, y yo quedé colgado de cabeza, amenazando con caerme desde esa altura y descalabrarme–

–Cielo santo, tu madre debió morirse de la angustia–

–Cuando mamá salió de la cocina, yo reía, porque para mí fue divertido, así que la saludé muy sonriente, ella me buscó con la mirada hasta que me vio colgado boca abajo, y soltó el peor grito que pueda recordar. Enseguida se desmayó–

Ashley se impresionó aún más.

–¿Y qué pasó después? ¿Cómo te bajaron?–

–El coronel salió enseguida, y vio a mamá desmayada, luego me vio a mí. Su comandante se encontraba de visita, así que él ayudó a mamá mientras mi padre me bajaba con una escalera. Recuerdo que El Coronel me regañó muchísimo, y cuando mamá despertó yo esperaba otro regaño peor, pero lo único que ella hizo fue abrazarme y llorar–

–Le diste muchos sustos–

–Demasiados, y me arrepiento de muchos. No sabes la fortuna que tienes de tener una madre, hasta que la pierdes–

Ashley lo miró con ojos enternecidos, luego acarició su mejilla como si fuese lo más natural del mundo.

De pronto se miraron fijamente como si fuesen a besarse. Sin embargo aquello no sucedió.

Zac le sonrió.

–Ven, vamos adentro. Quiero que veas mi casa– la tomó de la mano, sin pensar en que durante todo su matrimonio jamás lo hizo.

–¿Y Browser?–

–Oh, descuida. Lo he traído varias veces, conoce el lugar–

Ambos se adentraron en la casa.

Mientras se encendía el sistema, Zac observó a Ashley, que deambulaba por la sala, mirándolo todo.

En el momento en que Ashley entró se sintió como si estuviese en el hogar más acogedor del mundo. Era una casa sencilla, sin lujos, una casa en la que nadie creería que el famoso y multimillonario quarterback de 49ers de San Francisco creció y vivió.

Paz Robada® (Zashley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora