Capítulo 7

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<–Me violaron–> Le había dicho Ashley aquella segunda noche de su luna de miel, y desde entonces sus vidas habían sido transformadas.

Eran las cinco de la madrugada, cuando Zac había decidido que era inútil intentar dormir.

Había estado la noche entera dando vueltas y vueltas. Estaba inquieto, intranquilo, y su mente también lo estaba porque pensaba en Ashley.

Tres semanas habían pasado desde el primer juicio, lo siguiente habían sido debates y monitoreos, pero el segundo y definitivo sería esa misma mañana en unas cuantas horas más.

Incorporándose hasta quedar sentado en el sofá, se había pasado las manos por el cabello, sorprendido al notar el sudor en su frente, la sequedad de la boca, y el nudo que tenía en la garganta.

Se había colocado una sudadera encima de su torso desnudo, y se había calzado con sus tenis deportivos. Había salido del departamento sin hacer ni un solo ruido para no despertar a su esposa que dormía encerrada en su habitación. Una vez ya en la calle, había comenzado a correr con rapidez.

Correr por las mañanas era algo que Zac siempre hacía, era un hábito que había adquirido desde adolescente, para mantenerse en forma, además del montón de horas en el gimnasio y por supuesto sus pesados entrenamientos, pero esta vez la razón por la que necesitaba correr no se debía a nada físico.

«Ashley»

Se trataba siempre de Ashley. No podía dejar de pensar en ella, en todo lo sucedido hasta entonces, y en que él nunca se había imaginado todo eso que les depararía el destino al llegar a Brasil...

Todo era una pesadilla, una completa pesadilla que para su horror todavía no terminaba.

Zac había sido el hombre más feliz del universo desde el día en que la conoció. El hombre que había sido con anterioridad se había transformado completamente, y todo gracias a ella...

>Ashley<

Tan bonita, tan pequeña, tan delicada, tan llena de luz y de ángel.

Tan bonita, tan pequeña, tan delicada, tan llena de luz y de ángel

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Zac nunca antes se había enamorado de aquella manera, de hecho nunca antes había pronunciado siquiera la palabra amor, pero con Ashley todo había sido distinto desde el primer instante. Ella había sido distinta a todas las demás, y por eso él había sabido perfectamente que una mujer como ella no podría ser nunca para un hombre como él. Pero había sucedido, Ashley había correspondido a su amor, y había aceptado ser su esposa... Él había prometido en el altar que la amaría y que la protegería por siempre, pero a tan solo unas cuantas horas esa segunda promesa se había ido al infierno.

¡Joder!

La ira y la frustración emanaron de él en ardientes oleadas.

¡¿Por qué ella?! ¡¿Por qué Ashley?! ¡¿Por qué ella debía sufrir de esa manera?! ¡¿Qué había hecho para merecer eso?!

Paz Robada® (Zashley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora