Capítulo 29

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–Zachary, ven de inmediato a mi casa. Jason Statham está vivo, y llamó para amenazarme. Me ha dicho que matará a Ashley. Tienes que venir cuanto antes, necesito que veas algo–

Zac se quedó de piedra ante la llamada de Alyson a altas horas de la noche.

No se había sorprendido de saber que aquel bastardo seguía vivo porque en el fondo ya lo sabía.

–Voy para allá– dijo secamente y después colgó. Caminó directo hacia el armario y sacó una sudadera.

–¿Quién era?– preguntó Ashley confundida.

Era ya muy de noche, habían subido juntos a dormir, pero de pronto Zac había recibido aquella llamada, y evidentemente tenía pensado salir.

–Alyson– respondió sin más.

Ashley frunció el ceño.

–¿Y qué te dijo?–

–Tiene información de Jason. Ese maldito no murió–

Los ojos castaños de Ashley se abrieron de par en par. Fue un duro golpe saber que Statham seguía vivo, aunque de igual manera muy en su interior ya lo sabía.

–No vayas– miró a su esposo, suplicante. –Zac, por favor no vayas, déjale esto a los policías, y no me dejes aquí sola– suplicó al borde de las lágrimas. Ashley tenía un mal presentimiento. Su corazón permanecía hecho un nudo.

Zac la tomó de sus delicados hombros y la acarició para tranquilizarla.

–No voy a dejarte sola, y tampoco desprotegida. Sabes bien que mientras permanezcas dentro de la casa no podrá ocurrirte nada. Tengo a los mejores hombres armados ahí abajo velando tu sueño. Statham no podrá acercarse a ti ni a un kilómetro–

Pero no era miedo a que Jason fuese a buscarla lo que ella sentía, sino algo más. Algo de lo que no tenía idea. Se llevó enseguida la mano al vientre, y la apretó como buscando consuelo en el bebé que crecía en sus entrañas.

–Zac...– las lágrimas comenzaron a salir, los labios le temblaban. –Siento que algo malo va a suceder. Por favor no salgas–

El dolor en la voz de su amada le rompió el corazón. Pero atrapar a aquel maldito era ahora su razón de vivir. No podía permitir que siguiera con vida y continuara amenazando las suyas.

–Ash, me llevaré a dos guardaespaldas. Nada malo sucederá, preciosa, tranquilízate. Sólo iré a casa de Aly–

Ashley enjuagó sus lágrimas otra vez, el aliento atascado en su garganta. La presión que sentía comenzó a ser muy fuerte. El pánico y la angustia comenzaron a demolerla.

–Puedes ir por la mañana–

–Dijo que era urgente. Y todo lo que tenga que ver con ese cabrón tiene primordial urgencia. Necesitamos exterminarlo de una vez por todas. No puedo quedarme de brazos cruzados esperando a que él regrese por nosotros e intente hacernos más daño– los ojos azules parecían ahora atormentados, más oscuros que nunca. –¿No lo comprendes, nena? Te amo hasta no poder respirar. Lo eres todo para mí, y no permitiré que ese cabrón siga amenazándote. Estamos hablando de tu vida, y ahora también de la de mi hijo, y haré cualquier maldita cosa para evitar que ese bastardo te toque jamás otra vez. Jamás, Ashley–

 Jamás, Ashley–

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Paz Robada® (Zashley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora