Capítulo 28

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Jason Statham, un prófugo de la justicia.

Después de salir de Tisdale Concepts con la novedad de que Ashley había abierto la boca y lo había delatado, y sobre todo después de que uno de sus trabajadores le informara que algunas de sus cuentas habían sido hackeadas, Jason se temió lo peor, y se ocupó inmediatamente de borrar rastro alguno. Un helicóptero lo recogió a las afueras de la ciudad, y hasta el momento no se sabía nada más de él.

Aquello fue lo que la policía les informó.

Statham había huido del país, no conocían su ubicación, pero sospechaban que después de haberse movilizado por los aíres había salido vía marítima en algún barco de la costa de San Francisco.

–No es algo seguro, pero lo sospechamos. Tenemos vigilancia en carreteras y aeropuertos de todo el estado, y además ya hemos boletinado su fotografía a las aduanas del país. Hasta hace una hora no había vigilancia en la costa, y aquello pudo darle a Statham tiempo suficiente para huir– informó el oficial Perry.

–¡Pues hagan algo! ¡Manden a los marinos en su busca! ¡Pagaré lo que sea!– exigió Jhon furioso.

El oficial Perry comprendía su exasperación, pero intentó transmitir calma.

–Ya lo hemos hecho, señor Tisdale, y le aseguro que están haciendo su mejor esfuerzo. Statham no sólo se metió con su familia sino también con el país. Ha tenido tratos con terroristas, y la Armada quiere que pague por ello. Sin embargo conocen los términos meteorológicos de este día...–

Sí, era un día lluvioso en la ciudad, y habían informado que se avecinaba una tormenta.

–Si es verdad que Jason escapó por barco, le espera una dura escapada. Dudo mucho que pueda librarla. Según me han informado la marea comienza a subir en grados importantes–

Si Jason moría en esa tormenta se acabaría la pesadilla. Zac no quería que muriera porque todo su ser le pedía a gritos que él fuera quien hiciera que pagara, sin embargo en ese instante le deseó lo peor.

>Ojalá te coman los tiburones, cabrón<

Y algo muy similar le deseó Jhon.

–¡Oficial Perry!– lo llamó uno de los policías. –¡Hay noticias!– exclamó.

De inmediato el oficial corrió para ocuparse.

Aquello dejó demasiado ansioso a Jhon y a Zac. Esperaban que fuesen noticias de Jason, donde les informaran que había sufrido de una muerte espantosa.

Ashley sintió que podía desmayarse en cualquier instante, y Sandra deseó estar en cualquier lado menos ahí.

–Deberías llevarlas a casa, Jhon– le dijo Zac a su suegro, y él estuvo de acuerdo.

–No, no quiero moverme de aquí sin Zac­– respondió Ashley de inmediato. No quería separarse de su esposo. Se sentía más segura si permanecían juntos. No sabía por qué, pero tenía un mal presentimiento.

–Yo tampoco me iré si mi hija se queda– secundó Sandra.

Zac y Jhon se miraron pero prefirieron no discutir.

De pronto el celular de Zac comenzó a sonar con una llamada proveniente de su abogada. De inmediato se alejó para contestar.

–Alyson, al fin apareces. He estado toda el maldito día intentando localizarte–

–Tenía el celular apagado, dime qué demonios ha pasado, y por qué están tan alterado. ¿Ahora qué hiciste, Zachary?–

–Yo no hice nada– argumentó.

Paz Robada® (Zashley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora