Secrets and Lies {Completa}

Capítulo 65: Mi lugar en la guerra

*Emma POV*

Abrí los ojos despacio, todo se veía borroso. Tosí un poco al intentar levantarme mientras mi vista se aclaraba, cosa que no era fácil con el polvo rondando en el aire. Me dolía el cuerpo, especialmente el brazo derecho dónde tenía un gran corte provocado por un vidrio y las costillas izquierdas. Me acerqué despacio a mis amigos, quienes rodeaban a Fred. El tiempo pareció no pasar hasta que el chico abrió lentamente los ojos, tosió y sonrió. Se notaba que estaba un poco confundido.

-¡FRED! Gracias a Merlín, pensé que... Pensé...- Percy no pudo terminar la oración.

-¿Cómo...?- empezó a preguntar Ron, pero no hizo falta que terminara. Fred miró en mi dirección y los demás se giraron a observarme.

-¿Fuiste tú?- preguntó Percy, acercándose a mí.

-Eso creo...

Los brazos de Percy me rodearon, abrazándome. Ron también se unió. Fred se levantó con un poco de dificultad y también me abrazó, al igual que Hermione y Harry. Los tres pelirrojos me agradecían en susurros. Me solté unos segundos después, recordando que estábamos en guerra. 

-Gracias, Emma.- dijo el mellizo, despacio, para luego ser abrazado por sus hermanos y sus amigos otra vez. La escena parecía muy íntima, por lo que giré mi cabeza en otra dirección. Noté mi arco tirado un par de metros a mi izquierda, partido a la mitad. Iba a acercarme a el, pero Harry me detuvo.

-Estas sangrando- le dije, tocando su mejilla. Los Weasley y Hermione dejaron de abrazarse y se giraron a vernos.

-¿Cómo lo hiciste?- me preguntó Harry, restándole importancia a su corte. Me encogí de hombros, desconocía la respuesta aunque tenía una pequeña hipótesis. Había sentido que el maleficio iba en dirección a Fred y me tiré frente a él por instinto. Al abrazarlo, mi Marca se iluminó y un campo plateado nos protegió del hechizo, pero la fuerza con la que este pegó en el campo nos hizo volar por los aires.

-Muchas gracias, Emma- dijo Ron, Percy asentía detrás de él.

-Tenemos que movernos antes de que lleguen mas Mortífagos.- dije y todos asintieron. Comenzamos a correr, pero me detuve para colocar una tira de mi ropa en el brazo que me sangraba. Iba a seguir corriendo detrás de ellos cuando un grito me detuvo. Pensé en Draco y corrí hacia donde mi instinto me decía. Doblé en una esquina y paré en seco al ver a una chica de mi casa protegiendo a un estudiante de Hufflepuff. Un Mortífago se acercaba con la varita en alto, listo para matarlos. La Slytherin abrazó al estudiante detrás de ella, esperado recibir el maleficio en su lugar. Corrí en su dirección, con mi Marca brillando de nuevo aunque sabía que era inútil. El maleficio asesino brotó de la varita y bailó en el aire hacía su víctima. Noté como un rayo de luz plateado salía de mis dedos sin poder evitarlo e iba en dirección al rayo de luz verde; para hacerlo revotar y volver a su dueño. El Mortífago cayó muerto. 

-¿Están bien?- les pregunté, una vez que llegué a su lado. Rebecca, a quién conocía de mi casa, me miró asustada y sin dejar de abrazar al Hufflepuff. 

-Si, creo que sí. ¿Tu lo hiciste, Emma?

-Así parece...

-Gracias, de verdad. Pensé que Jack y yo... bueno... no íbamos a sobrevivir a esta.- dijo y luego se fijó que el chico estuviera bien. Me alejé de ellos después de decirles que buscaran un lugar más seguro. Cuando giré a verlos, se estaban besando. Pensé en Draco una vez más y en lo mucho que me gustaría besarlo una última vez. Quería hablar con Chowder, contarle todo lo que estaba pasando, pero era muy peligroso abrir la conexión ahora; aunque esta nunca se cerrara completamente y seguramente él estaba al tanto de todo. Miré hacía atrás, pero no vi rastro ni de Rebecca, ni de Jack, ni de mis amigos. Una vez más, estaba sola. Corrí por los pasillos, pesando seriamente en ese nuevo poder que mi tío había liberado. El campo, la luz... ambos lograron rechazar los maleficios más potentes. Podía usarlo para enfrentar a Voldemort, ningún maleficio podría dañarme. O lo usaría para buscar el Horrocrux que faltaba, fuera lo que fuera. Tal vez era para...

-¡Emma! ¡Cuidado!- gritó George, lanzándose en mi dirección con la varita en alto. Observé el peligro del cual me estaba defendiendo, una enorme araña se dirigía hacia donde me encontraba, dispuesta a todo. Mi Marca brilló de nuevo y una enorme serpiente salió, una vez más de mis dedos, y se colgó de la acromántula, que huyó aterrorizada.

-¿Cómo...?

Me encogí de hombros, aún fascinada por el poder. George me soltó y corrimos por los pasillos, esquivado maleficios y lanzando algunos. Los elfos domésticos se habían sumado a la batalla, con Kreacher a la cabeza. Me alegraba ver que Hogwarts y todas las criaturas que amaban al castillo se juntaban para pelear. El gemelo Weasley dobló en un pasillo, persiguiendo a un Mortífago, mientras yo doblé en otro. Mi Marca se iluminó por cuarta vez en la noche e hice aparecer mi varita para poder guiar mejor el encantamiento. Levanté el brazo izquierdo apuntando directamente a Yaxley, quien en ese momento se disponía a terminar con la vida de Lupin, Un enorme dragón se dirigió al Mortífago, quitándole su varita y lanzándolo por la ventana. Remus fue lo suficiente inteligente como para no preguntar que había pasado, aunque sabía que lo haría tarde o temprano. Murmuró un gracias y salió corriendo en busca de Tonks. Caminé hacia un pasadizo cercano, escondido detrás de un tapiz, y me dispuse a pensar en todo aquello. La Marca y aquel poder habían a aparecido en la misma situación. Sentí cómo algo dentro de mí se encendía al entender que significaba aquello, como una llama que jamás se podría apagar. Aquel nuevo poder me estaba dando la respuesta que había buscado por meses. Ese era mi lugar en esta guerra. No tenía que ayudar a Harry a destruir los Horrocruxes, ni matar a Voldemort, ni elegir un bando. Mi trabajo, mi deber, era ayudar a salvar todas las vidas que pudiera. Proteger a los estudiantes de Hogwarts, a los profesores, a los miembros de la Orden, a Draco, a Narcissa, a Hagrid y a todas las criaturas que lo merecieran. Cuidar la vida de mi hermano y todos sus amigos. Corrí hacía la oficina de Dumbledore, rogando que estuviera en su cuadro y esperando que mi hipótesis fuera la correcta.

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Espero que les guste, gracias por leer :)