Capitulo doceavo: Mathias el bombero.

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Capitulo doceavo: Mathias el bombero.

Su decisión de ser bombero había empezado tras ver como en una película un hombre vestido con el traje de esa profesión salvaba a un gato en un edificio en llamas. Le pareció maravilloso. Desde entonces se dedicó a su sueño.

Lukas no lo decía en voz alta pero estaba orgulloso de él, Tino lo acompañaba con frecuencia a sus entrenamientos matutinos por la época de su secundaria, iban junto a Berwald, su amigo y vecino desde que eran niños, esos tiempos se dejaron atrás cuando esos dos decidieron formalizar su relación, pero Mathias no podría estar más entusiasmado desde entonces, su sueño era ser bombero, ayudar a todos y verse genial, y su sueño se realizó una vez cumplió los dieciocho y dejo a medias su último año escolar para mudarse a la ciudad. Lukas no le hablo por mes y medio pero sabía que contaba con su apoyo.

Casi tres años después Tino y Berwald se comprometieron y se fueron a vivir a la ciudad, en donde técnicamente le obligaron a vivir con ellos, Mathias era el más feliz con esa situación por supuesto pero prefería seguir pasando sus noches en las habitaciones del departamento de bomberos, lo prefería así. Trabajaba en una tienda de veinticuatro horas por lo que no creía que le faltara nada, además sus amigos –aunque le diera algo de vergüenza aceptarlos- le regalaban costosos obsequios, como la ves en que Lukas le envió por paquetería una cafetera que más tarde descubrió que era casi una joya en precio.

El trabajo era duro, estresante, habían veces en que quería romperle la cara a los idiotas que en los incendios no hacían más que estorbar su trabajo o aprovecharse de la situación para robar cosas, Mathias detestaba a esas personas, pero su trabajo era salvarlos a todos, y sin importar cuantas veces pusiera en peligro su propia vida lo seguiría haciendo una y otra vez porque era lo que hacía latir su corazón. Berwald más tarde se le unió en el trabajo –pese a que le iba muy bien como paramédico-, Tino le confió en secreto que en realidad estaba muy asustado, no quería que pusieran en peligro sus vidas, egoístamente se permitió desear que ambos se retiraran, ese fue el día en que Mathias le hizo una promesa, la más grande de todas.

-dejare este trabajo cuando ustedes dos se casen de una vez- desde entonces Tino había pospuesto su boda hasta que llegara el día en que Mathias dejara demasiado de si en un incendio, se consideraba egoísta pero no le importaba demasiado, era como su hermano, para Berwald también, y ni hablar de Lukas, no podría soportar verlos a todos romperse si el rubio desaparecía de la tierra, apenas podía aguantar la ansiedad cuando escuchaba en su pequeña radio la información en vivo y en directo de los incendios y accidentes. Aun en medio de su trabajo en la oficina postal, se sentaba en donde fuera con las manos cubriéndole la cara, completamente tenso y conteniendo la respiración hasta que un mensaje de su prometido le confirmaban que aún estaban vivos. De vez en cuando se permitía llorar de alivio.

Cuando Lukas termino la universidad llego junto a Emil a la ciudad, se mudaron en la misma calle que Tino. El de origen nórdico pasaba más tiempo en el departamento de bomberos que en su propia casa pero jamás sería capaz de aceptar ese hecho, todos esos años sin ver a Mathias lo habían endurecido lo suficiente pero no pudo aguantar las lágrimas el día en que se volvieron a ver.

-creí que después de todos estos años al fin pude deshacerme de esos sentimientos inútiles que tenía por él en ese entonces- murmuro bajo su aliento, apenas alzando levemente la mirada a su confidente –pero supongo que es un imposible...mierda-

Tino se preguntaba si Lukas tenía la intención de confesarle sus sentimientos a Mathias, había posibilidades de que el sentimiento fuera mutuo pero entonces el nórdico se sentiría muy culpable de alejar al rubio de su sueño, entendía ese sentimiento cada vez que veía a Berwald volver a casa tras largas jornadas de trabajo.

the city, a place of fateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora