Capítulo tercero: el restaurante italiano sobre ruedas.
Feliciano acababa de mudarse de Venecia a la ciudad en la que su hermano mayor y su abuelo vivían hace cinco años.
Él aún era menor de edad cuando su hermano movido por una ferocidad salida de lo más recóndito de su corazón decidió que haría realidad su más reciente ambición de juventud. Abrir un restaurante. La idea no se quedaba solo en eso, quería un restaurante sobre ruedas, vender pasta de cinco estrellas hecha en una cocina dentro de un vehículo grande como un bus y que lo reconocieran como el mejor. Lovino lo quería, Lovino lo tenía.
Por un instante el italiano de cabello castaño oscuro pensó que no podría cumplir su ambición pero fue entonces cuando su nonno cariñoso con el cual estaba resentido apareció con unos boletos de avión, una laptop abierta en una pestaña que mostraba un viejo pero funcional Volkswagen Combi que estaba en un muy accesible precio y una confiable sonrisa . Ambos partieron entonces dispuestos a triunfar a su modo en la vida, ambos completamente cegados por la emoción del momento dispuestos a todo por un sueño del cual Feliciano unos años más tarde formaría parte también.
Los tres ahora vivían juntos, aunque se hubiera mudado hace unas muy pocas semanas al departamento estaba más que acostumbrado a la rutina de sus 'maestros', después de todo no se diferenciaba demasiado a su vieja rutina de vida cuando vivía con ellos o cuando vivía solo con una tía. Los tres tenían hábitos muy parecidos a pesar de sus personalidades un tanto diferentes.
De los tres solo Feliciano estaba 'capacitado' con un certificado de una escuela culinaria, su hermano mayor jamás había terminado su clases de diseño y composición de vestuario, en las cuales destacaba por mucho, y su abuelo era una suerte de abogado mujeriego que después de sentirse 'completo' en la vida renuncio al bufet en el cual trabajaba y se dedicó a sus nietos. Estaban bien de dinero aunque no eran de los que gastaban demasiado.
-¡escúchame bien bastardo pomodoro! ¡Que no se te ocurra volver a llamarme 'tierno', escúchame, no te rías! ¡Antonio! Maldito seas- como cada mañana la salita de estar era inundada de los ruidos mañaneros, el noticiero de la mañana dando sus típicas malas noticias camufladas con farándula, los sonidos de los gatos maullando por comida o para salir al balcón, el 'tin' del microondas, la eufonía del café cayendo gota por gota, el estrépito de los cubiertos usados para cocinar chocando como en una contienda medieval y por supuesto, como olvidarse de los gritos de su sonrojado hermano y la carcajada nada disimulada de su nonno dándole al ambiente ese toque de cotidianidad familiar.
-demonios, ese bastardo me colgó ¿Qué se cree? ¡Feliciano!- grito al punto de un ataque, su hermano atino a responder con su tic verbal para servirle un plato en su correspondiente puesto en la mesa, mostraba completa atención a pesar de su confundido rostro -hoy iras a buscar los ingredientes que faltan solo, tienes el día libre después de eso y si Antonio te pregunta...-se cortó sus propias palabras para dejar escapar un chasquido con la lengua y bajar el humo de su mal humor que comenzaba a quemarle -no importa, solo haz eso y no te pierdas ¿cappici?-
-ve~ por supuesto fratello... no me perderé, te lo prometo- sonrió y cantarín como solo él podía ser le sirvió el desayuno a su abuelo y a él para continuar así con la familiar y cálida mañana en su tercera semana viviendo en esa ciudad.
''
Los vegetales y algunos otros ingredientes usados en el restaurante sobre ruedas de su hermano eran entregados por un español de bronceada piel y verdes ojos, su cabello siempre era un desastre sedoso y ondulado pero eso solo lo hacía verse aún más apuesto de lo que ya era, cuando Antonio le vio llegar aun con esa enorme sonrisa en el rostro Feliciano logro intuir que se encontraba decepcionado de no ver a Lovino con él.
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the city, a place of fate
Fanficmuchas parejas, muchas personas, muchas vidas en un montón de capítulos separados que de una u otra forma se relacionan ¿cómo? todos viven en la misma ciudad en un mundo que es pequeño ¿como no haberse topado en un lugar donde todo puede pasar aun s...