Ivette y Albio pasaban casi todo el tiempo juntos, una que otra vez desee acercarme pero no sabía cómo hacerlo, el me temía demasiado y no quería hacerlo sentir peor de lo que ya estaba. Aquel día Amaranta me pidió que la acompañara en una clase junto a sus discípulos, la clase no fue gran cosa, me enseño algunos movimientos con la espada y algunas posiciones que desconocía, pero una vez terminado todo los estudiantes se fueron y solo quedamos nosotros 2, me pido que me quedara sentado en la sala mientras ella volvía, al verla llegar note que junto con ella venia Albio, ella lo traía de la mano y en la otra tenía una espada de madera
-Amaranta: a partir de hoy ustedes dos entrenaran conmigo a solas, no me importa que haya pasado con ustedes antes de esto, pero desde hoy pasaran todo el tiempo que puedan junto, los quiero juntos al entrenar, juntos al comer y juntos al dormir, quiero que se conozcan bien, más de lo que ya lo hacen que aprendan todo lo que haga falta y al final ambos se enfrentaran, para probar sus habilidades
-Xilio: Pero…
-Albio: lo hare
Después de escucharlo guarde silencio, no esperaba que el deseara pasar ese tiempo conmigo, quizás me perdía de algo, pero si él estaba decidido yo también lo haría, tal vez no esté muy convencido pero esta era mi oportunidad de acercarme nuevamente a él. Así Amaranta empezó a entrenar a Albio y yo era su pareja de entrenamiento, nos tomó alrededor de 2 meses pero Albio avanzaba rápido, al principio no nos dirigíamos la palabra, pero a medida avanzaba el entrenamiento, él tenía dudas las cuales consultaba conmigo y eso dio pie a que poco a poco se volviera abrir conmigo, pero aunque él y yo podíamos compartir juntos de nuevo, aún existía un distanciamiento entre ambos, las cosas no iban a ser iguales pero estaba seguro que si seguíamos así pronto podría ver a mi hermano nuevamente sonriendo.
Finalmente llego el día del combate, Albio estaba más que listo, se notaba que en su rostro había decisión y que daría todo en este combate
-Amaranta: en este combate quiero que des todo por salir adelante Nedio me has demostrado ser muy hábil ahora muéstrame lo que aprendiste
Ambos tomamos posiciones y Albio se lanzó al ataque, me limite a bloquear sus ataques pero entonces note que en su cara se podía observar una ira que nunca antes le había visto, sus golpes eran muy fuertes, me sorprendí bastante, no creí que se volvería tan fuerte, pero entonces el mismo se detuvo y me grito
-Albio: PELEA EN SERIO QUIERO ENFRENTARTE CON TODA TU FUERZA!!!!
Era eso, el decidió entrenar para enfrentarme, paso estos dos meses conmigo para poder conocerme y enfrentarme este día, no sé si fue su plan o de Amaranta pero él estaba decidido a derrotarme, al darme cuenta de esto me dispuse a atacar al mismo tiempo que el lanzo su ataque pero en vez de golpearlo hice mi espada a un lado y deje que me golpeara de frente, cuando lo hizo me deje caer arrodillado ante el
-Xilio: has lo que desees, tienes todo el derecho
-Albio: levántate
-Xilio: no…
Albio soltó la espada y salto a golpearme con sus manos vacía
-Albio: porque lo hiciste???, porque??? Nedio no lo merecía
Albio siguió así un rato y Amaranta no dijo nada solo vio como sucedía todo. Albio se cansó y no tenía más fuerza entonces cayo arrodillado junto a mí y entonces golpeado extendí mis brazos y lo abrace
-Xilio: ya paso, siento todo esto, nunca quise que esto pasara, si tomar mi vida es lo que necesitas para sentirte tranquilo, cuenta con ello, estaré aquí esperándote para que vengas por ella
Albio empezó a llorar y me abrazo en respuesta
-Amaranta: Ivette me conto lo que paso, no podía permitir que dos hermanos se separaran por esto, aparte se notaba que te hacía falta estar con el
-Xilio: Gracias
Tras un rato allí nos levantamos, nos fuimos a limpiar y nos dispusimos a ir a comer, ya las cosas entre Albio y yo se había arreglado pero no esperábamos lo que pasaría después
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El Ángel caido (Por edicion)
RomanceLa cacería de uno de los ángeles del cielo llevara a Xilio a proteger a una extraña mujer que consigue herida en una catedral. Viéndose en medio de una guerra entre cielo e infierno por obtener a Ivette, donde solo el y los jinetes podrán defenderla...