Abadon

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Papa había salido y solo estábamos los muchachos que estaban dormidos, Ivette y yo, no s habíamos establecido en una casa pequeña en el área central de la ciudad de Xenodia. Papa tenía que cerrar algunos tratos y entregar algunas armas a los ángeles, así que me encargo hacer algunas compras en la ciudad, quise ir solo pero Ivette no quería despegarse de mí, y seré sincero no me molestaba para nada que ella me acompañara, es más lo deseaba, así que aprovechando que mis hermanos dormían fuimos a hacer las compras antes de que despertaran.

Al parecer esta ciudad había sido el objetivo de migración de varias personas, se podía ver como mucha gente llegaba en carretas y descargaban sus pertenencias

 -Ivette: Xilio, tu padre que nos encargó comprar???

 -Xilio: no muchas cosas tu sabes algunos alimentos, será sencillo, la lista no es muy larga

 -Ivette: si no es nada del otro mundo por que me sigues pidiendo que lleve esta bufanda y traes tu espada???

 -Xilio: es que creo que te vez bien así, te agrega algo de misterio en la mirada y la espada es por si acaso aun estando en una ciudad que esta algo alejada de los combates, no nos deje fuera de cualquier peligro

 Ivette sujeto mi brazo mientras me halaba para que bajara la vista y la mirara

 -Ivette: en serio te gusta cómo me veo con esta bufanda???

 En realidad si le quedaba bien, pero el objetivo de ella no era exactamente que se viera bien sino que le ocultara la cara, sé que parecerá algo paranoico pero hasta no saber exactamente quién es prefería que su cara permaneciera escondida.

Después de un rato caminando llegamos al mercado allí nos dedicamos a comprar lo ms pronto posible, en realidad me hubiera encantado estar un rato más a solas con ella, pero me preocupaba que los muchachos despertaran y se pusieran a jugar, no me preocupa que jueguen pero esta ciudad no la conocen y si se pierden sería un problema. Mientras hacíamos nuestras compras un hombre con aspecto de humano entro en el mercado, seguido de el estaban 2 demonios, su forma era casi humana pero su piel era escamada, sus ojos amarillos en su totalidad y en vez de manos tenían garras. El sujeto se aproximó a nosotros mientras no estábamos prestando atención, a medida el avanzaba a gente temerosa se hacía a un lado hasta que él estuvo lo suficiente mente cerca para dirigirnos la palabra  

 -Abadon: que tenemos aquí una bella señorita que oculta su rostros, déjeme decirle que solo ver su mirada desde el otro lado del mercado mi atención se vio robada por ellos y ahora que estoy cerca de ti puedo sentir tu esencia, oh que esencia tan embriagante

 Al escuchar eso sentí una molestia que me hizo voltear de golpe para dirigirme a él tomar a Ivette de la mano e irnos de allí

 -Xilio: lo siento pero tenemos prisa, vamos Ivette

 El hombre sujeto a Ivette de la mano y la detuvo mientras los dos demonios que venían con el  me lanzaron al suelo de un empujón

 -Abadon: niño yo hablaba con la señorita no contigo por favor no me interrumpas

 -Ivette: Xilio!!!

 Molesto por eso me levante tome mi espada para enfrentar a los demonios

 -Xilio: suéltala ahora

 -Abadon: Jajajaja el chico tiene agallas acábenlo

 -Ivette: Xilio!!!!

 Uno de los 2 demonios lanzo un ataque hacia mis piernas que me hizo saltar hacia atrás para evitarlo mientras que a su vez el segundo aprovecho mi salto para darme un patada en un costado y arrojarme contra uno de los puestos de venta de frutas que habían cerca destrozando la mesa de madera y dejando caer las frutas que estaban sobre ella.

 -Ivette: Déjenlo en paz!!!!

 -Abadon: tú has silencio mi preciosa señorita y concéntrate en mi

 Furioso me levante lleno de fruta y sin una mínima señal de auto control en mi mirar y me lance contra el demonio que me ataco con una patada y clave mi espada en su estómago atravesándolo de un lado al otro, la criatura desesperada solo podía chillar una y otra vez con fino y desgarrador grito tratando de sacarse la espada del estómago, así saque de golpe la espada dejándolo caer al suelo revolcándose en un charco de su propia sangre que cada vez se hacía más grande. En ese momento un grupo de ángeles entro en el mercado, de los cuales su líder grito

 -Lax: Aquí esta Abadon captúrenlo de inmediato

 -Abadon: disculpe señorita pero deberé irme

 Abadon beso la mano de Ivette y huyo junto con el otro demonio que lo acompañaba mientras los ángeles lo siguieron con excepción de su líder que se nos acercó mientras Ivette estaba a mi lado abrazándome asustada

 -Lax: están bien???

 -Xilio: no se preocupe no fue nada

 -Lax: no se preocupe nos encargaremos de esos demonios pueden seguir con su compras tranquilos

 Cuando el dijo eso Ivette empezó a sentir un dolor de cabeza muy fuerte que la hizo sujetarse la frente

 -Xilio: estas bien???

 -Ivette: si no te preocupes solo es un pequeño dolor de cabeza, debe ser el hambre

 -Lax: si quieren puedo invitarles a comer algo

 -Xilio: lo siento será en otra ocasión, tenemos algo de prisa

 Así tome a Ivette y salimos de allí inmediatamente, no quería ser grosero pero si de alguien quería esconder a Ivette era de Ángeles y demonios y comer con un ángel no era la mejor manera de esconderla, así que tome a Ivette y sin terminar las compras la lleve a casa. Una vez en casa puse las cosas que pudimos comprar en la cocina y me dispuse a ver como seguía Ivette

 -Xilio: Dime aun te molesta la cabeza???

 -Ivette: un poco pero me ha dejado de molestar un poco

 -Xilio: estas segura, no necesitas nada????

 -Ivette: no tranquilo, quizás un poco de agua

 Serví un vaso de agua lo antes posible y se lo entregue

 -Ivette: gracias

 Ivette empezó a tomar y tras un sorbo suspiro y me dijo

 -Ivette: creo que conozco a ese hombre

 -Xilio: a cual al de los demonios???

 -Ivette: no al otro, el ángel, su cara me es muy familiar cada vez que trato de recordar de donde mi cabeza empieza a doler

 Un golpeteo en la puerta llamo mi atención y me dirigí a ella para ver quien llamaba gran sorpresa que me lleve cuando al abrir la puerta el ángel estaba tras ella

 -Lax: hola, mi nombre es Lax, disculpa pero me siento culpable por lo sucedido temprano en el mercado y quería…

 En ese instante el ángel guardo silencio y miro casi sin palabras a Ivette dejando escapar únicamente una palabra de sus labios

 -Lax: Erilette…

El Ángel caido (Por edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora