Celos

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Desde que Lax se mudó con nosotros nos dimos cuenta de que al parecer tenía una conexión con Ivette, no sé quién era este tal Lax pero no me caía bien, sentía que entre más tiempo pasaba con ella más trataba de llevársela, no crean que eran celos, es solo que el pasaba demasiado tiempo cerca de ella e incluso empecé a sentir que quien la cuidaba ahora era él y no yo. Esa tarde Ivette se acercó a mí que estaba a fuera afilando mi espada

 -Ivette: Xilio de casualidad no has visto a Lax o no sabes si se fue a patrullar???

 Tengo que admitirlo ese comentario me saco me molesto, ahora prácticamente lo que le escuchaba era Lax esto  y Lax aquello, pero sin demostrar mi enojo le dije

 -Xilio: no tengo idea

 -Ivette: te pasa algo te escuchas raro

 No sé cómo lo noto, la verdad trate de hablar lo más normal posible

 -Xilio: a que te refieres???

 -Ivette: es que pareciera que algo te molestara

 -Xilio: no para nada, que podría molestarme

 Mi espada estaba lista así que la tome y me acerque a un árbol con ella

 -Ivette: es que tienes un tiempo raro, no se siento que te has distanciado de mí

 Volví a sentirme molesto con el comentario de Ivette y lo único que pude hacer para disimular fue golpear con toda mi fuerza el árbol frente de mí, lo cual me hizo derribar de un solo tajo el árbol

 -Ivette: XILIO!!!!

 -Xilio: no me pasa nada si

 Yo decía esto entre dientes, tratando de no voltear y dar la cara a Ivette

 -Ivette: deja de mentirme se te nota, algo te molesta dime que es

 Clave mi espada en el suelo 

 -Xilio: lo siento Ivette, no es nada solo quiero estar solo un rato

 Al decir esto me retire hacia las afueras de la ciudad donde había un bosque en el cual pude acostarme y ver al cielo mientras trataba descansar un poco y relajar mi mente, pero no importa que, siempre terminaba pensando en Ivette y como ese tipo estaba siempre encima de ella. Acercándose a mí escuche a Ivette que me hablaba y se sentaba a mi lado

 -Ivette: puedo sentarme???

 -Xilio: si quieres

 -Ivette: Xilio que pasa, no eres tú mismo, dime que pasa no me siento bien contigo así

 -Xilio: en serio Ivette no es nada, solo no me siento de ánimos es todo

 -Ivette: si hoy, y ayer??? Y anteayer???? Xilio tienes tiempo extraño, me preocupas dime que pasa???

 En ese momento no aguante y se lo dije

 -Xilio: Es ese ángel, no confió nada en él, siento que se acercó demasiado a ti y que en cualquier momento tratara de llevarte

 -Ivette: pero por qué??? Él no es malo, solo está pendiente de mí y platica conmigo, es muy buena persona no sé qué te preocupa

 En eso Lax entro al bosque y se acercó a nosotros

 -Lax: aquí están los niños me dijeron que los encontraría por aquí

 -Ivette: Hola Lax

 Ahora también donde debería estar tranquilo, decidí mejor levantarme y dejarlos solos

 -Xilio: saben que mejor me voy

 -Ivette: pero que pasa???

 -Xilio: nada Ivette tranquila estoy bien, aprovecha de hablar con Lax no lo estabas buscando???

 Así me di la vuelta y me fui a casa molesto y me acosté en mi cama. Tras un rato me dormí y cuando desperté sentí como alguien a mis espaldas me abrazaba, al dármela vuelta note que era Ivette que se había dormido a mi espalda, entonces Lax entro en el cuarto

 -Lax: ya despertaste????

 -Xilio:…si

 -Lax: ella estaba muy preocupada por ti, dice que te nota raro, y la verdad según lo que ella me cuenta de ti se estas algo raro

 -Xilio: Tú qué sabes tú no me conoces

 -Lax: tal vez pero ella siempre me habla de ti, me parece que has dejado una muy buena impresión en ella y creo que te quiere mucho

 -Xilio: entiendo…disculpa si parezco algo grosero pero podrías dejarme a solas con ella???

 -Lax: está bien

 Lax se fue del cuarto y nos dejó a los dos allí acostados yo me di la vuelta y puse su cabeza sobre mi pecho  mientras acariciaba su cabeza, tras un rato ella despertó y vio que yo me había quedado dormido entonces se acurruco a mí y me susurro al oído

 -Ivette: deja los celos

 Entonces beso mi frente para volverse a dormir mientras yo dibujaba una sonrisa que ella no lograba ver por estar acurrucada en mi pecho, si seguía despierto 

El Ángel caido (Por edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora