Así paso el tiempo, aunque Atasuke no podía sacar a Silvana de donde estaba pero podía visitarla frecuentemente, el se pasaba los días entre visitar a Silvana y estar con Akanael, todo transcurrió tranquilo hasta que llego un día, ya la pequeña Eri Tenia unos 3 años de edad era aun muy pequeña, pero un poco malcriada, le gustaba mucho estar a la regazo de su madre y Akanael le cantaba de vez en cuando, Eri se fascinaba con su canto, solo se quedaba escuchándola embobada hasta que su madre se daba cuenta de que estaba dormida. Esa niña estaba encariñada seriamente con su madre, ella quería mucho a su padre pero con su madre, era otra cosa. Ese día todo cambio para esta familia. Akanael esperaba un niño quizás 4 meses tendría ya, como era de costumbre Atasuke desayunaba con Akanael y Eri. Ya Akanael sabia lo sucedió con Erilette y conocía la existencia de Silvana, le molestaba un poco todo el asunto, pero el hecho de que el se quedara a su lado aun tras estas circunstancias la hacia olvidar el asunto
-Akanael: hoy iras a visitar a Silvana???
-Atasuke: mas que visitarla, espero un día traerla con nosotros
-Akanael: nunca me explicaste por que la tienen prisionera
-Atasuke: es algo muy complicado amor
-Akanael: que puede ser tan grave como para que me lo ocultes prácticamente desde que ocurrió
Akanael puso su mano sobre la de Atasuke y mirándolo le dijo
-Akanael: soy tu esposa, no importa lo que sea estoy aquí para ayudarte con ello, no me dejes por fuera, no me gusta verte mal
Atasuke guardo silencio mientras terminaba de comer sin mirar directamente a Akanael
-Akanael: Atasuke!!!
Atasuke se levanto tomo su hoz se dio la vuelta y antes de salir por la puerta de la casa dijo
-Atasuke: ella es el precio que tuve que pagar para traerte de vuelta a la vida
al decir esto Atasuke cerro la puerta tras de el y ella conmocionada por lo que escucho se levanto de golpe y se lanzo a perseguirlo, en cuanto pudo abrir la puerta solo se veía la silueta e el alejándose volando, sin poder hacer mas nada que esperar su regreso Akanael se deja caer suavemente arrodillada al piso mientras la pequeña Eri se levantaba de su silla y se acercaba caminando a su madre para sostenerla del brazo y llamar inquietada su atención
-Eri: Mama, mama, mama
Ella no hizo mas que tomar a la pequeña niña y abrazarla con fuerza. Atasuke se dirigió a la caverna de Moiras donde esperaba ver a su hija custodiada como siempre por las hermanas del destino pero cuando llego se dio cuenta de que la costumbre se había roto. Las Moiras se encontraban sumamente enojadas y las tres empezaron a Atacar a Atasuke
-Moiras: esto es tu culpa jinete, si la hubieras dejado en paz esto jamas hubiera pasado, la pagaras por tu osadía
extrañado por la situación lo primero que hizo Atasuke fue buscar a Silvana pero no la veía por ninguna lado
-Atasuke: donde esta mi hija???
-Moiras: huyo, rompió nuestro trato contigo, ahora tu pagaras el precio de haberlo hecho
-Atasuke: esperen, yo no la libere, no pueden hacerle nada a Akanael
-Moiras: Anurian morirá
Atasuke al escuchar esto no perdió tiempo y corrió al lado de Akanael, voló lo mas rápido que pudo, fuera lo que fuera nadie le pondría un dedo encima a Akanael, cruzo los cielo hasta finalmente llegar a casa donde consiguió a Akanael descansando en cama con la pequeña Eri dormida a un lado un alivio recorrió su pecho, mientras en la caverna las Moiras se preparaban para cobrar su venganza. Tomaron el hilo de Akanael y lo levantaron y con sus tijeras se dispusieron a cortarlo, una vez lo hicieron Atasuke recibió como un choque, de repente sus ojos se pusieron como vacíos, perdidos como si nadie estuviera presente, entonces tomo su hoz y sin pensarlo la clavo en el vientre de Akanael de golpe abrió los ojos y vio como Atasuke con un jalón cortaba desde el vientre hasta el hombro acabando con su vida nuevamente y esta vez no solo con ella sino con el niño que estaba creciendo dentro de ella. Confundida y dolida solo le dijo
-Akanael: por que???
entonces Atasuke volvió en si y al ver todo se desespero y decía una y otra vez
-Atasuke: no, no, no, no...
Akanael se desmayo y detrás de ella se abrió un portal, dejando pasar un hombre de pelo blanco largo, ojos totalmente blancos, vestido con una túnica y un báculo en sus manos, este extendió una de sus manos liberando una onda de aura tan fuerte que lo arrojo contra la pared. Entre toda la conmoción la pequeña Eri despertó, el sujeto tomo en brazos a Akanael y se dispuso a irse cuando ella empezó a golpear sus pierna
-Eri: deja a mami, déjala, suéltala...
el hombre se inclino y poniendo su mano en el rostro de ella le dijo
-Darsien: no te preocupes, la volverás a ver, cuídate mucho, te amo linda
el sujeto cruzo el portal llevándose consigo a Akanael. Las moiras daban por cumplida su misión, pero al suceder este incidente poco después el hilo de vida de Akanael se volvió a unir y esta vez por mas que las moiras intentaran romperlo este no podía ser cortado
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El Ángel caido (Por edicion)
RomanceLa cacería de uno de los ángeles del cielo llevara a Xilio a proteger a una extraña mujer que consigue herida en una catedral. Viéndose en medio de una guerra entre cielo e infierno por obtener a Ivette, donde solo el y los jinetes podrán defenderla...