La partida de Akanael

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Desde que mama se fue con los muchachos mis ánimos se fueron contra el piso, estaba en un silencio casi sepulcral, del cual solo se salvaba Ivette que podía escucharme cuando estábamos en nuestra habitación, Amaranta, Akanael y Atasuke decidieron continuar mis entrenamientos para que mi mente se despejara del tema, Atasuke y Amaranta me entrenaban físicamente y como siempre Akanael se centraba en lo espiritual. La situación duro casi un mes pero los cambios no se detendrían, esa noche sin decirnos nada Atasuke y Akanael se preparaban para salir de viaje

-Atasuke: estas segura de que quieres hacer esto????

-Akanael: si, si no lo hago de esta manera de seguro intentaran detenerme y si me quedo no sabemos cómo podría reaccionar Erilette al saber que yo tengo un hijo tuyo

Atasuke la abrazo desde su espalda mientras acercaba su cabeza a su oído para decirle

-Atasuke: no importa cuando, si me necesitas estaré allí, ya verás nunca te hare falta

Akanael tomo los brazos de Atasuke y los presión contra si misma con fuerza

-Akanael: no me quiero ir, pero si me quedo nuestro pequeño estará en peligro

Atasuke cabizbajo tomo su guadaña y tomando la mano de Akanael dijo

-Atasuke: entonces te escoltare personalmente

Ella tomo el brazo de Atasuke y se fueron caminando con sus brazos cruzados entre sí, pero antes de irse Akanael procuro dejar bajo la puerta de la habitación de su madre una carta, en ella le explico exactamente todo lo que sucedía. Sin más que hacer allí ambos se fueron sin decir adiós. La mañana siguiente Amaranta nos dijo porque ellos se habían ido

-Xilio: Amaranta tú no sabes dónde se encuentran??

Amaranta bajo la mirada y dijo

-Amaranta: esos dos fueron a cumplir una misión, es posible que por un largo rato no veamos a Akanael, pero de vez en cuando Atasuke volverá, mientras tanto ustedes deberán quedarse conmigo hasta poco después del parto de Ivette

Todo era muy misterioso pero sin la más mínima pista de su paradero, solo nos quedaba espera por su regreso. Junto con ello Amaranta saco un colgante que guardaba, tenía un dije en forma de cruz y se lo entrego a Ivette, ella estaba extrañada por toda la situación, pero ese dije se le hacía familiar así que lo acepto , desde ese momento sintió un alivio muy grande que le llenaba el pecho , no sabía muy bien la razón de ese alivio pero le alegraba sentirlo

El Ángel caido (Por edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora