Mi odioso compañero de piso [JIKOOK] [EDITADO]

Prólogo.

[JUNGKOOK]

Oí el incesante, molesto y chirriante timbre sonar nuevamente, era la sexta o séptima vez que lo hacía y no parecía querer parar.

Obviamente si la persona del otro lado de puerta, tenía algún tema importante que tratar conmigo, tendría que esperar a que terminara de tomar mi habitual baño de 'belleza', o que simplemente se vaya por donde vino.

... ¿Baño de belleza?

Sí, baño de 'belleza', allí utilizaba productos para dejar mi cabello hermoso digno de envidia, también utilizaba cremas hidratantes, para tener mi piel como la de un bebé... sé que esto sueno raro, muy, muy raro, pero yo antes era normal, sólo me daba una ducha y ya, pero se me pegaron las costumbres de mi antiguo compañero de piso, él sí exageraba en cómo cuidarse, como todo un, como diría yo, 'princeso'.

Irritantemente para mí, el timbre volvió a sonar, obviamente esa persona parecía divertirse con él, ya que ahora lo tocaba con más insistencia.

O sea, mi cuerpo es más importante de lo que tenga que decir la persona del otro lado de la puerta...

Malditos bastardos me hacen sonar tan puto, todo por su culpa, y es que no les quedo claro que no me molesten a estas horas que es cuando me encuentro en mi santuario. Yo y mi cuidado personal somos más importante que cualquier otra persona. Si soy un narcisista.

Envolví desde mi cintura una toalla y me encaminé a la puerta con pasos pesados y sonoros... mala idea, me resbalarme y caí varias veces.

La persona detrás de la puerta pareció escucharme en alguna de mis caídas porque dejo de fastidiarme con el maldito timbre.

...En cualquier momento romperé esa cosa, el maldito ruido chillón que hace cuando alguien viene a fastidi... digo visitarme, es irritante.

Giré la llave y abrí la maldita puerta.

—¿¡Que mierda quieres!? — exclamé fastidiado.

Sentía que golpearía a esa persona sin considerar quién demonios era. Ni siquiera me tomé la molestia de observar su cabello naranja o su rostro, sólo clavé mis ojos en los suyos de forma amenazante.

Esa otra persona sólo me miró de arriba abajo antes de clavar sus ojos en los míos, al parecer no le incomodo mi mala mirada.

—Soy tu nuevo compañero de piso, Park Ji Min...—

Ni siquiera lo dejé terminar que ya me encontraba a punto de darle un portazo en la cara. Ese fastidioso chico puso el pie para evitar que cerrara la puerta.

—¡Interrumpes mi baño para esto! — solté con fastidio mientras empujaba su pie para afuera con el mío; un poco más y regresaría a mi relajante baño —No estoy de humor para bromas, ¡pequeño! — le dije a punto de lograr echarlo.

No entendí como lo hizo, pero de un momento a otro comenzó a hacerme retroceder mientras empujaba la puerta, sentí como si fueran varias las personas empujando del otro lado.

Yo me consideraba una persona muy fuerte, pero nunca imaginé que alguien más bajo que yo pudiera conmigo. Cuando me di cuenta la puerta estaba completamente abierta y ese chico me sujetaba del hombro para hacerme bajar, algunos centímetros, a su altura, para que nuestros ojos estuviesen a la misma distancia.

—Intenta llamarme pequeño nuevamente y te haré mierda— habló de forma muy amenazadora, mientras notaba la gran fuerza con la que apretaba mi hombro.

Ese chico me pareció aterrador por unos segundos, mientras miraba sus ojos, pero cuando le presté atención a todo su rostro vi que estaba completamente rojo de ira.

No pude evitar echar una carcajada, creo que se escuchó en todo el edificio, ya era de noche y todo estaba en completo silencio.

—Amena... amenazarme... ¿Estas amenazándome a mí? — solté entre fuertes carcajadas y aquel chico comenzó a quedar aún más rojo de la furia.

Con una mano solté su agarré de mi hombro, y con la otra, la apoyé sobre su cabeza como fuera un niño. Observé como tensaba su mandíbula por el acto, al parecer odiaba ser tratado como niño.

—Ahora regresa con tus padres, deben estar preocupado. No me hagas llamar a la policía sobre un mocoso perdido—

Luego de que aquel chico liberase su ira con un gran grito rabioso, sujetó fuertemente la mano con la que yo tocaba su cabeza.

— ¡Bastardo! — gritó furioso —Soy tu compañero de piso, deja esa actitud infantil y madura imbécil, o a los que deberíamos llamar son a tus padres—

—Sigues con eso, no recuerdo haber aceptado compartir nada y menos con ningún enano. Y no pienso hacerlo tampoco, así que vete— sentencié mientras me alejaba de él para regresar al baño.

—Este es un edificio estudiantil idiota, si anteriormente aceptaste tener un compañero tú ya no eliges sobre nada, así que, si a ti no te gusta, ¡vete tú! —

Observé a ese enano con odio, se atrevía a querer echarme de mi propio piso.

Camine rápidamente hacia a él y a empujones lo saque del departamento. Luego de comenzar a contar mentalmente para calmarme me dirigí nuevamente al baño.

Presentía que esto no se quedaría así.

Enjuagué mi sexy y sensual cuerpito de esas cremas para la piel, me sequé y me vestí rápidamente. La remera negra que se ajustaba a mi cuerpo dejaba ver las ventajas de hacer un poco de ejercicio diario. No estaba exageradamente corpulento ni musculoso, al contrario, era bastante delgado, aunque tenía marcado los músculos lo necesario para atraer la atención y envidia ajena. Me coloqué un short por encima de mi bóxer y salí del baño.

— ¡Oh! — exclamó un hombre bastante anciano al verme —JungKookie, ¿podrías al menos intentar llevarte bien con tu nuevo compañero? —

¡Maldición!, maldito enano, fue a pedirle al portero que le abriera. Y ¿cómo iba a negarse ese viejo metido que sólo le gusta fastidiarme? Al final mi mal presentimiento fue acertado...

—Con su antiguo compañero fue igual, pero la situación mejoro, sólo necesita adaptarse, es un niño terco— continuó ese viejo hablando de mí, frente de mí, que descarado —Incluso conmigo fue difícil, y soy sólo el portero—.

Y antes de que pudiese decir mi opinión con respecto al asunto, se fue.

—...Ya acéptalo 'JungKookie', yo no me iré y sé que tú tampoco— me dijo encaminándose al cuarto que estaba disponible.

No me quedó más que patear algunas cosas con rabia. Ese chico arruinaría mi vida... y claramente yo la suya.