Capítulo: 15

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[JIMIN]

Desde que sucedió lo de las piscinas, mi relación con JungKook... puedo decir que a veces era mala, muy mala, buena. Me gustaba molestarlo y que gritase molesto, pero cuando se mostraba como un conejito indefenso, me mataba.

Luego del incidente de las piscinas, comencé a acostumbrarme a estar junto a él, siempre lo molestaba de la nada para terminar correteando, e incluso él me provocaba para terminar haciéndonos cosquillas. Otras veces cuando él cocinaba le pedía que me diese a probar, realmente cocinaba rico.

—No me dejes solo— dijo como un niño pequeño, haciendo a mi corazón brincar. Sólo había salido por un paño húmedo y de la nada me hace un ataque de ternura. Cuando quería era tan tierno...

Realmente me sorprendió cuando se abrazó a mí, para que no me fuese, creí haber visto lo que realmente era... un niño indefenso.

Ese día, en el que me dio las gracias por no haberlo déjalo solo, me sorprendí, era la primera vez que Jung-egoísta-Kook me daba las gracias, estaba tan feliz, que incluso lo invité al karaoke.

Me alegró el que aceptara.

En aquel lugar nos divertimos, hablamos, Kukencio parecía disfrutar cantar, pero luego noté como se aburría y comenzaba a forzar su sonrisa, quería sentarme a su lado y molestarlo, pero antes que pudiera hacer nada salió para atender una llamada y cuando regreso se veía muy enojado.

Luego del karaoke, nos dirigimos a una casa embrujada, allí, luego de muchas cosas, como observa a JungKook correr por ella, como si fuese casa suya, o que me separa del resto al oír unas risas, me encontré con Kook en una habitación.

Entramos a un ropero, era bastante espacioso para los dos, pero preferí abrazarme a Kukencio, ya que tenía un plan, si un fantasma nos atacaba yo arrojaría al irrespetuoso conejo hacia el fantasma y correría.

Al final, cuando él dijo que estuvo siempre en la nevera y NamJoon le siguió el juego me paralicé, un poco más y convulsionaba. Al llegar a nuestro piso, tenía que cerciórame de que eso había sido una broma, por lo que lo derribé y quité su remera.

La situación se me fue de las manos cuando me llamo gordo, siempre he odiado que me dijesen que estoy pasado de peso o cosas como esas. Por lo que atrapé sus brazos sobre su cabeza y me aproximé a su cuello, olí su delicioso aroma, con mis labios rocé su suave y delicada piel y con mi lengua la probé, sacándole un gemido.

Me gustó, quería escuchar más de esos, más fuertes, más intensos, y sintiendo un calor recorrer todo mi cuerpo mientras volvía a besar su cuello, mientras imágenes provocadoras venía a mi mente, pero al no escuchar nada de su parte, porque se negaba a hacerlo, lo mordí.

Al pasar mi lengua por su herida, nuevamente lo escuché gemir, y no me detuve, continué recorriendo su cuello, pero repentinamente me sorprendí al sentir la cadera de JungKook levemente frotándose contra la mía, la sensación me gustó tanto que decidí tomar el control y luego de sujetar su cadera comencé frotar nuestras entrepiernas más bruscamente, sintiéndose tan increíblemente placentero, mientras continuaba besando y succionando su cuello.

Siempre había sido una persona con la cabeza en ideas para apoyar a mi familia, nunca pensé en nada más que eso, ni siquiera en el amor, por lo que nunca me había cuestionado que clase de personas me gustaba, ni el sexo, pero incluso si ahora el plantarme mi sexualidad o cualquier otro pensamiento aparecía en mi mente, eran totalmente opacados por el placer de frotar nuestras erecciones bajo la ropa, y también la necesidad que surgía en mí de querer escuchar más de esos gemidos por parte de JungKook.

Mi odioso compañero de piso [JIKOOK] [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora