Capítulo: 2

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[JIMIN]

Esto sí que era un desafío, el convivir con ese chico lo era. Este lugar era un desastre, no literal, pero ese chico fastidioso abatía mí día a día.

Cuando fui a vivir a ese lugar no imaginé que tendría que soportar a un chico irritante y quejoso de todo; hasta si respiro le molesta. Y es que me quema la mente pensar que en el primer instante que lo vi casi desnudo pensé que era... joder, mejor ni lo mencionó.

Ya había pasado una semana desde que me mudé ahí, era temprano en la mañana, y me levanté por café, aunque fui por café y habiendo recibido previamente amenazas por parte de ese chico, la tentación me ganó y terminé comiendo de los postres que tenía él en la nevera.

Y que se joda, esos recipientes con postres de chocolate ocupan 2/3 de la nevera, y ¿acaso él pensaba que ni siquiera los miraría? y más que son todos bajos en calorías, ¿cómo iba a negarme a comer algo delicioso y light? Además, me gusta fastidiar a JungKook, desde que puse un pie en este lugar y vi lo cretino que era me lo prometí, y desde entonces lo llevo haciendo todos los jodidos días.

—¡No comas mis cosas! — oí el grito de Kook desde su dormitorio, el muy bastardo ¿había escuchado cuando abrí la nevera?, que buen oído entonces.

Aunque los gritos de ese moreno se oyeran enojados no me detuvieron y continúe abriendo esos pequeños envases y comiéndolos a grandes cucharadas.

—¡Te dije que pararas! — habló irritado entrando a la cocina a pisotones.

—Piérdete, hay una nevera llena, ¿realmente crees que no los comeré? — dije y llevé otra cucharada a mi boca haciéndolo enojar.

—Si quieres, ¡cómprate los tuyos! — dijo y se acercó a quitarme el que tenía en mi mano, que fácilmente esquivé. La cara de dormido y además de fastidio que tenía, sólo me provocó una sonrisa burlona.

—¿Para qué?, aquí ya hay suficientes— le dije señalando hacia la nevera. Cuando volteó hacia esta pareció notar la pila de recipientes vacíos en la basura. Si, ya había comido como 7 u 8 más de esos.

En ese momento cuando JungKook parecía que iba a explotar, el celular su bolsillo sonó, este con fastidio observó su pantalla, y cambió de expresión a una seria. Me preguntaba si era un mensaje.

Creo que JungKookie notó mi mirada curiosa ya que me observó fijamente como lo solía hacer, sabía qué hacía eso para tratar de incomodarme, pero jamás lo lograra, no soy esa clase de persona débil.

Vi como el moreno daba un fuerte suspiro, volteaba sobre sus talones y se iba, dejándome sin entender nada, sólo lo observé como se regresaba a su habitación, ignorándome.

¿Cómo es esto posible?, ni quiera intento insultarme, ¿se habrá rendido?, nah una persona tan egoísta como él, renunciar a fastidiarme, no me lo creo. Y ¿si estaba pensando un plan para hacerme desaparecer?, eso sí me lo creo.

Al final regresé mi vista a la nevera, quería más postres. Realmente sentía como si esto fuera un sueño, nunca antes había tenido una nevera lleva de postre.

—¡Oye! — lo oí gritar nuevamente al volver a abrir la nevera. Sólo reí por lo bajo ya que sabía que no regresaría.

Algo que me sorprendiese de vivir con JungKook era que, desde que nos conocimos, la situación no había cambiado y aun nos llevábamos mal. Generalmente con agradables palabras, les agrado a las personas, pero si intentaba eso con JungKook me insultaría y no funcionaria, él parecía ver a través de mí y sabía que era falso si lo intentaba.

Mi odioso compañero de piso [JIKOOK] [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora