Capítulo 44

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"Estoy entre lo que debo de hacer y lo contrario a eso, se suponía que pondría distancia y terminen en el parque; aunque me es agradable el día y sentir la naturaleza me alimenta el ánimo" observo la cámara "Sé que es buena, pero no era así como imaginaba que viviría este momento ¿Cómo debería empezar...?" miro a Demián correr tras una pelota, mientras una niña corre despavorida tras de él "Se mira tierno" tomo la cámara y aplico el zoom esperando poder capturar esa sonrisa juguetona que baila en su rostro, tomo un par de fotografías más y concentro en tomarlo completo al verlo dirigirse a mí.

—¿Qué tal salí? —su cabello desordenado cae sobre su frente —¿Me veo guapo? —le doy la cámara y divertido se sienta a mi lado

—El mérito es todo tuyo, la cámara no hace milagros —giro levemente la cabeza para verlo.

Las escasas gotas de sudor mojan su frente y la punta de esos mechones inquietos, bajo la mirada hasta sus cejas pobladas, sus abundantes pestañas y sus ojos, esos que inquietos ignoran mi acosadora mirada; las escasas y muy escondidas pecas que hay bajo sus ojos, su nariz perfectamente recta y por último sus labios...

—Es tu turno —se levanta y avergonzada desvió la mirada. Escondo el rostro del insistente flash que me deja ciega —Muéstrame esa hermosa sonrisa —insiste y cubro mi rostro —¡Vamos! —bajo las manos y lo miro fijamente.

Tras tomarme la foto baja la cámara y me mira por unos cortos segundos "No se merece que salga corriendo de nuevo" sonrío y veo el cielo, poco a poco las nubes se van arremolinando, presagiando un cambio de clima. Se sienta a mi lado de nuevo, pero esta vez nuestros hombros se tocan, volteo a verlo y el flash me ciega...

—Saliste con los ojos cerrados, aun así, te ves muy guapa —siento mis mejillas arder avergonzada —Hagámoslo de nuevo —esta vez se acerca e instintivamente alejo mi cara de él.

Levanta la cámara frente a nosotros y el flash sale una vez, provocando que cierre los ojos, cegada masajeo mis ojos "Si continua así, me dejará ciega".

—Déjame hacerlo —una gota cae sobre mi mejilla y levanto el rostro mirando el cielo

—Es hora de irnos —Demián se levanta y con rapidez recoge nuestras cosas.

Hipnotizada por las abundantes gotas miro a todos correr, refugiándose bajo sus paraguas y algunos huyendo a sus autos "Justo así estuvo nuestra noche, ahí una parte de ti relució; fingiste que no te importaba y, sin embargo, me ayudaste ¡Ay, Theo, hasta la lluvia me recuerda a ti!" Esa noche estaba tan perdida que no lograba entender los motivos de mis padres, me sentí perdida y herida; no había razones para sentirme así, realmente nunca conocí a mis padres y estar así de afectada era una tontería, al menos ahora me lo parece...

—¿Qué sucede? —pone su chaqueta sobre mis hombros —Te enfermaras si sigues bajo la lluvia —asiento sin moverme

—Es bellísimo ¿No te parece? —volteo a verlo y asiente convencido

—Lo es —caminamos hasta su auto.

"Hoy tendré mucho para contar, seguro estarías muy celoso".

Una vez dentro del auto la lluvia cae fuertemente, el frío se cuela poco a poco y de reojo veo como las manos de Demián tiemblan ligeramente; enciende el auto y comienza el recorrido de vuelta a casa "Hoy fue un buen día".

El trayecto a casa fue un poco tardado, la lluvia provocaba largos tráficos y a pesar de que nos encontramos bien, no hablamos más; supongo que él al igual que yo teníamos nuestra mente llena de pensamientos, palabras ocultas que no nos atrevíamos a pronunciar. Así que poco a poco avanzamos hasta llegar a casa, dónde probablemente encuentre un John muy molesto.

—Gracias por aceptar mi invitación —lo miro y sonrío

—Gracias a ti por invitarme, por ser atento con nosotros —me mira y rápido regresa la vista a la pista.

Hago lo mismo y veo el extenso bosque que cubre mi hogar, conduce hasta la reja que apenas nos llegamos se abren "Me estás esperando" sonrío al imaginarme a John pegado a la ventana, esperándome.

—Adiós Demián, gracias por el día —escucho la puerta del auto abrirse.

"Que desesperado".

—Hasta pronto, Marily —asiento y tomo la mano que John me extiende.

Soy arrastrada hasta el interior de mi casa "Ni siquiera pude decirle adiós" John es un...

—¿Cómo te fue? ¿Te divertiste? —deja el paraguas a lado de la puerta.

Miro su incomodidad y la preocupación inundar su rostro, frunzo el cejo confundida y él evade mi mirada.

—¿Pasa algo John? —camino a la sala y dejo mi bolso en el sofá

—No —responde

—John...

—Debes de morir de frío, iré por un chocolate caliente —me interrumpe y apresurado escapa a la cocina.

"Debo confiar en que si algo sucediera él me lo diría, si comienzo de paranoica la duda me hará ver cosas dónde no las hay. John jamás haría algo para dañarme y menos ocultarme algo importante" me convenzo de que es la verdad y recojo mi bolso del sofá "Escribir me relajara, eso debo de hacer".

Camino hasta el estudio y me detengo frente a la puerta "¿Qué estará haciendo?" sigo hasta la cocina y en silencio me asomo; John está frente a la estufa con una barra de chocolate en sus manos, su mirada fija en el caso frente a él, ni siquiera se mueve, de hecho, parece que ni siquiera esta respirando "¿Qué lo tendré tan preocupado?" me escondo apenas lo veo moverse, lo que menos quiero es que crea que lo espió "Mejor me voy" en silencio me escabullo hasta el estudio, giro varias veces para confirmar que no me vio, abro la puerta y procuro no hacer ruido al cerrarla "Por poco y me descubre".

Con el corazón agitado me acerco al escritorio, dejo mi bolso a un costado y enciendo el ordenador.

—Hoy habrá mucho que contar —ingreso la contraseña y voy hasta el portapapeles.


"Hola, cariño...

Sé que te he abandonado, pero no tenía cosas buenas para contar, hasta ahora claro está, hoy fue un día hermoso y encantador; hacía tanto tiempo que no me sentía como yo misma, como la misma de antes, hoy hice fotos para el álbum de nuestro bebé, haré tantas como pueda y me aseguraré de traspasar nuestro amor... Sé que esto podría ser sorpresivo, pero, comí tanto como pude y estuve lejos de sentirme llena, es sorprende como puedes cambiar tanto a causa del embarazo, mi cuerpo, mis hormonas y mi comportamiento son distintos, te sorprendería ver cuánto he cambiado, aunque no sé si eso sería bueno.

Demián se a portado muy amable, incluso él ha traído obsequios para nuestro bebé, me convenció para que volviera a tomar fotografías, me animo tanto verlo con la cámara que no pude con la tentación... Por otro lado he sufrido continuos gases, los tengo todo el tiempo y son imposibles de aguantar, créeme que hago el esfuerzo de no hacerlo en público; es muy vergonzoso.

Por primera vez hable con nuestro bebé, le hable de ti y tus gustos, le conté tus sueños y la felicidad que sentirías ahora por saber de su llegada... Le hablé sobre nuestro infinito amor, evite decirle sobre nuestra peculiar forma de unirnos, pero le aseguré que nos amamos con fuerza y sinceridad, le dije que aspiro a que cuándo sea grande amé y sea amado de igual forma.

Ojalá estuvieras aquí, tengo tanto que contar y consejos que pedirte, las preguntas me torturan la mente y solo sirven para hacerme ideas erradas, incluso estoy confundida sobre cómo debería sentirme por la traición de Martha, quién no he podido encontrar; no sé qué hacer para que vuelva, no se me ocurre nada y tengo tantas preguntas que quiero hacerle... Debería de olvidar todo y seguir adelante, pero siento que si lo hago te estaré dejando atrás y aún no estoy lista para hacerlo, no creo estarlo nunca. Temo que con el paso del tiempo olvide tu sonrisa y el olor que constantemente busco en tu ropa. Tengo miedo Theo y no te tengo aquí para que me ayudes.

Te amo Theo, siempre lo he hecho y siempre lo haré".

VENGANZA © (Segunda parte de AMOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora