VENGANZA © (Segunda parte de AMOR).

Capítulo 16

JAKE.

¡Estoy harto! no puedo más con tanta mierda, no debí meterme en esto, debí salir cuando pude, pero no, mi orgullo no me lo permitió. Competir por un estúpido premio que va a condenarme más de lo que ya estoy "Fui muy estúpido" bebo todo el whisky de un trago y aprieto el vaso, lo que necesito ahora es olvidar toda la mierda que cargo y más a la culpable de mi desgracia. Él es un hombre poderoso, conoce perfectamente las reglas y sabe usarlas para su beneficio, no es alguien con el que puedas jugar, y por si eso no fuera suficiente del otro lado tenemos al imbécil de William; ambos llevan muchos años compitiendo y la experiencia que poseen solo se las puede dar las vivencias, ninguno dejará de lado el atrevimiento de interponerme en su camino "Estoy jodido por ambos lados, la pregunta es ¿Quién es preferible que me encuentre?".

Dos personas dispuestas a aplastarse para mostrar su poder y regocijarse con el prometedor trofeo y luego está ella "Ojalá pudiera tomar mi avión y largarme de aquí, pero ninguno pasara por alto mi ofensa" estrello el vaso contra el suelo furioso "¡Soy un maldito idiota!".

—No puedes seguir aquí encerrado, deja que sea yo quién se ocupe de tus preocupaciones —sirve un trago nuevo y pone frente a mí el vaso

—Mejor cállate, no te conviene jugar con mi poca paciencia —se sienta en el escritorio frente a mí

—Nene, no te molestes conmigo...

—¿En serio? vete y no regreses hasta que yo te mande a llamar —se inclina dejando ver su pronunciado escote 

—¿Estás seguro? —miro sus abundantes pechos y su sonrisa traviesa. Posa su mano sobre mi miembro y lo masajea provocativamente, atrevida se acerca más y sin pudor alguno se siente ahorcajadas sobre mí; sus oscuros ojos me miran con fiereza y deseo —Lo necesitas tanto cómo yo —ronronea en mi oído

—Basta —intento detenerla, pero se aferra a mi cuerpo y absorta en su placer ignora mis palabras "Me has obligado a hacerlo" —¡Te dije que te fueras! —grito y la aviento contra el suelo

—¡Eres un idiota! —se levanta con la poca dignidad que le queda y sale azotando la puerta.

"Todas las mujeres son un maldito dolor de cabeza, en especial ella" no sirve de nada lamentarse, mejor voy pensando en cómo manejar mis cartas y hacer que todo marche bien, quizás así salga sin sufrir daño alguno; solo tengo que mantenerme sereno y seguro ante ella, no me puedo permitir caer de nuevo en sus finas garras, porque me a convertido en su títere, no sé a quién trato de engañar, todo lo hice plenamente consciente de a dónde iba, solo ella puede hacerme sentir cómo lo hace, es cautivadoramente adictiva, toda ella es una perdición atrayente... Esa sonrisa torcida llena de maldad, sus ojos azules, su figura, su cabello rojo... Su ser, toda ella me ha enamorado atrozmente.

—¿Pensando en mí? —su suave y calmada voz entra en mi mente cómo una bala.

"Lo que me faltaba".

—Tal vez ¿Qué haces aquí? —volteo a verla y se detiene frente a la puerta.

Su delgada y fina figura me vuelve loco, el aroma de su perfume es embriagador; menea su cadera a un lado y quita el cabello de su rostro. Bajo la vista hasta sus zapatillas negras y las subo con lentitud hasta sus piernas largas, continúo hasta su muslo desnudo y así hasta su estrecha cintura que esta sujetada por un cinturón negro, ese pegado vestido color verde militar hace que su hermosa melena pelirroja resalte a un más "¡Dios esas cautivadoras pecas!" miro labios delgados que tiene ese color cereza que me ínsita...

—Deja de verme de esa manera, vengo a hablar de negocios, no de placer —se quita los guantes negros y camina deteniéndose frente al escritorio.

Y ahí están, esos dos grandes ojos azules, tan brillantes y vacíos al mismo tiempo, tan huecos y carentes de emoción; un mar en medio de una tempestad "Con gusto me ahogaría en esos inmensos ojos".