cap. 34: "Burro con ala"

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Pov Seiya

Debo admitir que desde que conocí a SungJae nunca, pero nunca me ha caído bien. No tengo nada en contra de los homosexuales, sabiendo que Shun y Hyoga; dos de mis mejores lo son. Es solo que... No sé, esñe chico sur coreano, no me inspira confianza, digo una vez ya nos traicionó, ¿qué lo detiene a hacerlo nuevamente?

Sin embargo, su hermana, me parece muy linda y sincera, ella realmente es buena y creo que me agrada mucho. De hecho, pensamos en intentar tener una relación, pero aun no hemos formalizado nada, solo nos besamos en una ocasión y casi nos descubren, pero al fin y al cabo, nadie nos a pillado aún.

— ¡Hey!, si ya están bien... ¿nos podemos ir ya? —pregunté con un tono de voz algo fastidiado. Me gustaba el hecho de que Shiryu estuviese feliz, pero no me agrada ese chico.

— ¿Tenía que venir el burro con alas? —preguntó SungJae dejando escapar un resoplido brusco.

— ¿A quién crees que llamas así, niñato?

— ¿Tú quién demonios te crees para decirme "niñato", si eres mucho peor que yo?

Fue ahí cuando comenzamos a discutir a plabrazos con SungJae, cada vez le dedicaba más miradas de odio, pero no lo podía evitar, lo veo como una amenaza que intenta arrebatarme a mi amigo, aquel chico al que años atrás salvé de la muerte en el torneo galáctico, con el que desencadené tantas guerras por salvar a la tierra y proteger a Athena. Yo sé que no se puede confiar en ese joven al que habíamos conocido hace pocos meses, el mismo que nos había tendido una trampa en Corea del Sur para intentar acabar con la vida de nuestra diosa, aún no puedo confiar en el guerrero número uno de las tropas de la esposa de Zeus.

— Seiya... —oí una voz algo lejana, pero a la vez lo suficientemente cercana como para que captara mi atención—. ¿Por qué miras tan mal a Jae? —preguntó por fin Shun mirándome atentamente esperando por una respuesta.

— No me agrada, ese mocoso puede estar tramando algo nuevamente para acabar con todos nosotros y lo más importante con Athena y la tierra. —hablé con una seriedad no muy común en mis palabras, todos estaban acostumbrados a mi forma tan infantil e inmadura de ser, por lo que verme actuando con seriedad era algo con lo que aún se sorprendían; y bastante.

Durante la mayor parte del camino fuimos hablando sobre la actitud de SungJae, como éste le influenció a Shiryu y lo extraño que era; hace un rato noté como sus ojos cambiaron de color y eso no es algo normal. También me percaté de que el caballero de dragón y ese chico literalmente desaparecieron, creo que Athena tendrá que hablar seriamente con él.

Hyoga todo el tiempo estuvo mirando de reojo hacia Shun y yo, al parecer estaba experimentando los celos, porque su semblante estuvo tosco todo el tiempo, Ikki me miraba con cara de " Si por tú culpa mi hermano tiene problemas, te mato". Así que al final terminé diciéndole a Shun que nos aoresuraramos y fuéramos con los chicos. No quiero problemas; al menos no con ellos...

Un poco antes de llegar a la mansión Kido, vi a Min-Ah sentada en la plaza, así que me alejé de todos con la escusa de que había olvidado algo y que lo iría a buscar. Me alejé de ellos y corrí al parque donde estaba Min-Ah, al llegar me senté a su lado y la saludé con normalidad.

— ¿Cómo estás Min-Ah? —pregunté con una amplia sonrisa en el rostro.

— Umm, estoy bien, gracias por preguntar, ¿y tú cómo estás?

— Ahora que te veo puedo decir que estoy bien. -respondí viendo como sus mejillas se tornaban de color carmín. ¡Que linda se ve!, pensé mientras la miraba atentamente—. ¿Quieres ir por un helado?

— Está bien... —Asintió con la cabeza de forma lenta y me sonrió dejando a la vista sus pequeños hoyuelos que se formaban en sus mejillas.

La tomé de la mano con delicadeza para luego ponernos de pie y comenzar a caminar hacia una de las heladerías del lugar.

En el trayecto nos fuimos riendo, jugando y bromeando por cualquier cosa. Ya una vez en nuestro destino, abrí la puerta del local e ingresamos al interior de éste. Caminamos hasta el mostrador y pedí dos helado, uno de chocolate y el otro de sabor napolitano; nunca había oído sobre aquel sabor ni del helado con sabor a alfajor o de flan, yo al menos opté por un sabor tradicional, no tengo ganas de probar sabores extravagantes, al menos por ahora. Nos entregaron el pedido y yo cancelé.

¿Cómo es que siendo la gemela mayor, es tan distinta a SungJae?, Min-Ah, es dulce, cálida y en verdad parece una chica que necesita el cariño, protección y todo el cuidado que se merece una flor tan delicada como ella.

Tomé una de sus manos y la halé un poco para que caminara junto a mí hasta una mesa que estuviese desocupada, y para nuestra suerte había una justo a un lado de la ventana.  Nos sentamos en ella y comenzamos a hablar de todo tipo de cosas, desde temas de la escuela hasta las guerras santas que había sido partícipe, también hablamos sobre su hermano, realmente no sé ni tengo la mas minima idea de cómo fue que terminamos hablando de él, pero lo hicimos. 

Me sorprendió mucho que me djera que SungJae cuando era niño era tímido y que no respondía a las acusaciones que le podían estar haciendo, aunque fuesen mentiras. En una ocasión SungJae fue amarrado a una silla por su propio abuelo, quién azotó sus piernas para enseñarle una lección por no hacer lo que él quería. Hubieron muchas historias similares, creía que la infancia de Shun, Ikki, Hyoga, Shiryu y yo había sido difícil y dura, la de ese chico era el doble o mejor dicho el triple de difícil que la nuestra. Ser atado y golpeado hasta desmayarte, ser despertado por agua tan fría que te hace estremecer completamente solo para seguir con la tortura y no poder gritar de dolor, era como mucho y casi inperdonable e inhumano. Que en
todas las escuelas a las que había asistido era victima de bullying, tanto psicológico como físico.

Creo que debería cambiar mi actitud hacia él, después de todo fue obligado a ser como es por su padre y abuelo, literalmente creció solo y sin el cariño de las personas.

Sin darme cuenta el tiempo había transcurrido de forma muy ráìda, tanto que ya estaba llegando el atardecer y aún nos encontrabamos platicando en el mismo lugar, ambos debíamos regresar a nuestras casas pero a la vez no queríamos ya que teníamos el deseo de continuar con nuestra charla sobre todo y nada a la vez, pero finalmente terminamos yendonos antes de que anocheciera; no me gusta la idea de que a Min-Ah la vayan a castigar o regañar por mi culpa. Fui a dejarla a su casa, aunque me aseguré de que nadie me pudiese ver desde el interior de aquella mansión, le dí un casto beso en la mejilla y esperé a que ingresara a su hogar para poder irme luego de allí con una amplia sonrisa en mi rostro.

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Hola ^u^, espero les haya gustado el capitúlo, perdón por tardar tanto en actualizar y que sea tan cortito, pero mi celular se murió y tuve que cambiarme de casa, en pocas palabras no tuve tiempo para escribir ni para actualizar.

Enamorado de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora