perfume || park jimin [editando]

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Jimin.

Me miraba de pies a cabeza en el espejo. Ayer, Hye Lee y yo nos movimos al hotel en el que nos casaríamos. No puedo asimilar que toda esta mierda pasaría hoy. La ceremonia ya no sería tan "espectacular" como planeaba la hipócrita de mi suegra debido a que se suponía que sería en unos días más, pero al parecer Zephyra es una amenaza demasiado fuerte en los planes de Hye Lee. Y eso que solo fueron juegos tontos...

Mis manos temblaban y mis labios estaban resecos. Quiero imaginar que esto pasará en unos segundos y que no tendré que pensar en el futuro una vez que cruce el altar pero obviamente no era como funcionaban las cosas. Si aún la quisiera, esto no sería tan difícil. Pero no lo hago, no me enamoré de la criminal que es ahora. No puedo creer que realmente esté haciendo tanto drama por la política. Se supone que había salido de aquí para alejarme de todo esto, sin embargo, otra vez estoy metido en todo esto. ¿Qué fue lo que hice que debo pagar con esto?

Toc toc.

Caminé en seguida hasta la puerta para encontrarme con Jungkook y Namjoon frente a mí. Me sentía bien al saber que había venido hasta aquí para apoyarme, desde que salimos de Nueva York no nos habíamos visto hasta ayer y tuvimos una reunión con los demás chicos. Fue reconfortante, pero no lo suficiente para evitar pensar en este problema.

–Es hora –dijo Namjoon con pesadez. El estrés aumentó.

–No quiero –susurré y ellos palmearon mi hombro. Jungkook en una situación así diría algo que me ayudara a calmar pero no, se quedó en silencio.

Ninguno de mis amigos sabía lo que sucedía, no quería divulgarlo y hacer que el demonio salga a las calles. Ellos solo me lanzaban maldiciones por desaprovechar la oportunidad que tenía al lado de Zephyra.

–Vamos, entonces –suspiré mientras cerraba la puerta. Mientras sentía cada segundo que pasaba como un fuego en mis venas, me calmé un poco más porque mi abuelo estaría allí. Todas esas personas que amo y aprecio de verdad estaban allí porque sabían que los necesitaba más que nunca. A excepción de Zephyra, ella no estaba. Tal vez no soportaría esta estúpida falsa.

–¡La novia llegó! El novio debe entrar para que demos inicio –avisó la planificadora de la ceremonia. Mientras entraba al gran salón, mis pies pesaban con cada paso que daba. Más, más y más. Mi abuelo me acompañó hasta el fondo sin decir una palabra, pero una vez que estábamos allí de pie en completo silencio por fin habló.

–Eres más mi hijo de lo que tu padre es. Sé fuerte, Jimin, ya eres un hombre y puedes soportar un poco más. Te prometo que pronto todo estará bien.

–¿Por qué estás tan seguro? Me voy a casar, abuelo. No precisamente con la mujer que amo.

–¿Hay algo que te haya prometido y no haya cumplido? –No lo había. Si hoy en día tengo un presente estable es gracias a él. –Eso pensé.

Mantuve mi frente en alto tratando de calmar mi respiración. Esa música, esa marcha nupcial estúpida me aturdía mientras Hye Lee caminaba dramáticamente. La verdad es que estaba hermosa, ojalá la maldad opacara su belleza.

–¡Jung Hye Lee no de un paso más y ponga las manos en alto!

Mi boca cayó cuando dos oficiales norteamericanos entraron armados al salón. Todos los que estaban allí comenzaron a murmurar sin parar y la prensa se alborotó.
Hye Lee me miró desesperada tratando de buscar culpabilidad en mí pero yo no tenía nada que ver en esto. Sin vergüenza alguna, ella giró tomando la cola de su vestido y se rió.

–¿Perdón? –preguntó como si fuera una tonta.

–¿Eres idiota o te haces? –Mi corazón se aceleró cuando escuché su voz. Zephyra entró seguida de una patrulla surcoreana, segura de sí misma y vestida como si realmente estaba en la ceremonia antes de lo que ocurría ahora. No puedo creer que ella de verdad se haya involucrado en toda esta mierda. –Estás detenida Hye Lee, te dije que irías a tu propio infierno.