Capítulo 14: Mr. Evans

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¿Preparados?

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¿Preparados?

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Landon

Gire el anillo que se encontraba en el dedo anular de mi mano izquierda.

Mr. Evans.

Tendría que acostumbrarme a eso, a que gracias a la desdicha de otros había actuado para conseguir mi propio beneficio.

Emily Western, la empleada más eficaz e intolerante que he tenido hasta ahora, la mujer que engañe cruelmente, la despedí en un impulso y cuando pensaba pedirle que se quedara mi padre llamó diciéndome todo esa mierda del matrimonio, estaba desesperado y lo único que coherente que pasó en mi mente me dijo que la solución estaba en mis manos, y así lo hice, la aproveché.

Pero no todo fue mi culpa, ella firmó sin leer, un acto demasiado estúpido de su parte.

¿Día difícil? Tal vez.

Desde que había perdido una secretaria y ganado una esposa mi vida se había complicado, pero se podría decir que en el buen sentido, sólo tendría que aprender a lidiar con ello.

El trabajo doble que tenía que realizar no era lo difícil del asunto, aunque debo de admitir que Emily si me era indispensable en la oficina, tendría que volver a contratar a alguien para que fuera mi secretaria.

Lo que me estaba jodiendo completamente era que desde el incidente que había pasado en mi oficina con Emily y Bárbara me encontraba en total abstinencia.

Aunque la escenita que hicieron ambas fue demasiado divertida, pero eso no compensaba como me habían dejado, ambas.

El consuelo que tenía era que al fin la herencia de mi familia ya estaba bajo mi dominio. Ya no tendría que soportar al hijo de puta de mi padre.

Y además para completar mi sin fin de problemas, desde el día anterior no lograba sacar a Emily de mi cabeza.

Estar en abstinencia me había afectado, con sólo haberme mostrado sus bragas y con un simple beso Emily de una extraña forma me estaba torturando

Ese vestido le quedaba jodidamente sexy.

Me levanté molesto, de sólo pensar en lo ocurrido el día pasado una parte de mi anatomía empezaba a despertarse.

Observe el panorama para tratar de tranquilizante, cuando me encontraba molesto observar a la gran ciudad de New York desde mi oficina lograba calmar mi temperamento de una manera asombrosa.

Mi Jefe es, Mi Marido | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora