Primer libro de la Duología: Matrimonio Evans.
¿Qué pasa cuando firmas un contrato sin leerlo para que no te despidan? ¿Y qué ocurre si ese contrato consiste en que te casaste con tu Jefe? ¿Y qué pasa cuando tu jefe se convierte en tu marido?
Eso es...
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#NuevoRivalParaLandon
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—No creo que sea buena idea Alex.
—Vamos Emily, me debes un favor.
Suspire resignada —Pero hay otras formas de pagarlo ¿con un regalo tal vez?
—No, la única forma de pagarlo es está.
Hice mi último intento tratando de que recapacitara —Soy una mujer casada, si Landon lo sabe me va a matar.
—Descuida el no se va a enterar.
—¿Por qué una cita doble?
—Porque el hermano de mi cita es un loco hermano celoso que no se despega de su dulce hermanita para nada.
—¿Y yo que tengo que ver?
—El tipo va a venir como chaperón a la cita.
Lo mire incrédula —Eso es del siglo pasado.
—Dímelo a mi, ahora to no puedo tener una cita con una linda chics sin que su hermano este presente. Supongo que su familia es un tanto "conservadora"
—¿Y qué tengo que ver yo aquí?
—Se me ocurrió que si alguien venia conmigo para distraerlo, sería mas fácil tener mi momento a solas con ella.
—¿Y por qué no le pediste el favor a una de tus amigas?
Me dio una sonrisa ladina —Porque la mayoría de mis amigas son ex novias mías.
—¿Y qué tiene de malo eso?
Bufo exaspero —¿Cómo va a sea buena idea venir con tu ex a una cita con tu nuevo ligue?— miro detrás de mi y sonrió emocionado —Shh, ya entraron y viene para acá.
—Alex.— escuche un chillido femenino a mis espaldas.
Cerré los ojos esperando que no fuera otra de sus zorras, los abrí lentamente y me sorprendí con la imagen que estaba frente a mis ojos.
La mujer que estaba enfrente de mi no era para nada el tipo de mujeres que frecuentada Alex, era una mujer bella pero sencilla, no llevaba maquillaje para nada exagerado solo era uno simple y su vestimenta era un bonito vestido que le llegaba a las rodillas floreado.
Estaba sorprendida, jamás había visto a Alex tan interesado en una chica y menos si esta se portaba introvertida.
Creo que alguien ya se había robado el corazoncito mujeriego de mi querido amigo.
