Me abracé a mi misma tratando de contener los sollozos, desde la ventana de la habitación me podía dar cuenta de que el sol apenas iba saliendo, ya estaba amaneciendo y yo ni siquiera había conseguido dormir un poco en toda la noche.
Me sentía tan vacía por dentro, sentía una asfixiante presión en el pecho al recordar las crudas palabras de Landon y su expresión de asco al mirarme.
La puerta de mi habitación se abrió y yo me senté en la cama dándole la espalda —Emily...
—Ahora no, déjame descansar.— no quería que se diera cuenta de que aún seguí llorando, a pesar de todo.
—Por favor, Emily.
La preocupación era palpable en voz, me sentía culpable por preocuparlo de esta forma pero no podía evitarlo, no tenía las fuerzas suficientes como para estar bien.
—¡Vete, Chad! Quiero estar sola ¿es tan difícil de entender?
—Sabes que no lo puedo hacer, me preocupo por ti...
Lo interrumpí antes de que continuara —No deberías...
—Claro que sí ¡por dios! Eres mi hermana ¿cómo no lo haría?
—Así como yo no lo hice años.
Se senté a mi lado y me abrazó —Pensé que eso ya había quedado en el olvido.
—Soy una mala persona.
—No lo eres, sólo eres una persona que tomo malas decisiones influenciada por malas personas, eso no te convierte en una mala persona.
Lo abracé aún más fuerte —No sabes cuanto te extrañe.
—Y yo a ti, pequeña. Pero ahora necesitas comer algo, en estas semanas no has salido de tu habitación y lo que comes lo terminas vomitando.
—No puedo.
—Se que es difícil Emily, pero debes de superar lo que paso y continuar con tu vida.
—¡No quiero! No puedo...
No podía imaginarme continuado con mi vida sin Landon a mi lado, yo lo amaba y no quería renunciar a él.
—Ya han pasado dos meses desde lo ocurrido.
Lo sabía, tenía presente cada día que pasaba y él no estaba a mi lado.
—Yo lo amo.
—Lo sé, pasaste todo un mes tratando de explicarle las cosas pero el nunca te quiso ver, echo tus cosas a la calle y te prohibió acercarte a su empresa pero todo sin querer verte.
Me paré de la cama exaltada, me dolía hasta lo más profundo de mi alma recordar eso, empecé a sentir como el aire me empezaba a fallar y cómo todo a mi alrededor se tornaba oscuro.
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Mi Jefe es, Mi Marido | ✓
ChickLitPrimer libro de la Duología: Matrimonio Evans. ¿Qué pasa cuando firmas un contrato sin leerlo para que no te despidan? ¿Y qué ocurre si ese contrato consiste en que te casaste con tu Jefe? ¿Y qué pasa cuando tu jefe se convierte en tu marido? Eso es...