''Capítulo 3''

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Bueno, me decidí por Culpable, así que espero lo disfruten como siempre. Saranghae ^_^
PD: No olviden comentar y darle a la estrellita. Este es el último cap que publico por este año, así que feliz año nuevo a todas mis pervertidas!!!


Por Ren:

La alarma comenzó a sonar, por lo que era hora de levantarme. Habían pasado ocho años ya, desde la muerte de mi madre. Aún podía sentir ese día tan cercano, como si tan solo hubiese sido ayer. Pero, con el apoyo de mis tíos, podía sobrellevarlo con calma.

Después de salir de la cama, me dirigí al baño, sino me daba prisa llegaría tarde a clases. Al estar listo, baje corriendo las escaleras, olfateando el delicioso aroma del desayuno. Mi tío Aron es el mejor cocinando, de eso no tenía duda alguna. Es por ello que tiene su pequeño restaurante, y de él sustenta nuestra pequeña y humilde familia.

-Ren—saludó mi tío Min, dandome un fuerte abrazo, aunque algo torpe. Su enorme barriga, de ocho meses, nos dificultaba un poco el abrazarnos.

-Buenos días, tío Min, y a ti también pequeño—saludé de vuelta, acariciándole suavemente la barriga.

Después de ocho años, mis tíos al fin, se habían decidido a tener su primer hijo. Esto me ponía realmente feliz, después de todo, ya no sería más hijo único. Tendría a alguien a quien aconsejar y cuidar en el futuro. Así como lo hicieron mis tíos conmigo.  

-¿Y para mi no hay buenos días?—preguntó mi tío Aron celoso y con un puchero. De hecho, el me enseño a hacerlos, solo a mi tío Min no le salen.

-Claro que sí, tío Aronnie—respondí en seguida, corriendo a abrazarle también.

-¿Se puede saber por que tan feliz?—preguntó Mi tío Min sentandose a la mesa, mientras que mi tío Aron comenzaba a servir el desayuno.

-No lo sé, solo desperté así, feliz—respondí sincero, sentandome a desayunar también.

-Ya veo—mencionó mi tío comenzando a desayunar.

-Por cierto, Ren, ¿Cuando son tus examenes?—preguntó curioso de mis estudios. Mi tío Min es muy extricto, aunque también cariñoso, típico de un verdadera madre.

-Pronto pero, no te preocupes, ya estoy estudiando para ellos—respondí tranquilo, los estudios no son un problema para mí, mi tío Aron simpre me ayuda a estudiar y por siempre apruebo con las mejores calificaciones.

-Me alegra escucharlo, sabes que de tus calificaciones depende si vas a la universidad o no—mencionó frunciendo un poco el ceño, ay estaba su lado extricto de nuevo.

-Lo sé y, también sé que debo llegar temprano a clase si no quiero recibir castigo por parte de mi amargado profesor—comenté divertido, levantandome de la mesa para tomar mi mochila.

-¿Ren, no quieres que te lleve?—preguntó mi tío Aron levantandose a toda prisa.

-No, gracias, BaekHo ya me debe estar esperando en la parada—respondí, caminando hasta la puerta.—Nos vemos.

Sin más me fui, caminando algo apresurado hacía la parada, ya era algo tarde. Cuando llegué, pude visualizar a BaekHo sentado, esperando por mí.

-Hola—saludé, sentadome a su lado en espera del autobus.

-Hola—saludó de vulta con su enorme sonrisa, esa que lo caracterizaba como un chico alegre y símpatico. El mejor amigo que podría tener. De pronto, su sonrisa desapreció, lo que me hizo preocupar.

-¿Pasa algo?—pregunté preocupado. BaekHo no es del tipo de chico que suele tener problemas.

-No, no es nada—respondió indiferente, soltando un suspiro de resignación.

-BaekHo...—intenté hablar pero, relamente no sabía que decir. Ni siquiera sabía lo que le pasaba.

-Son mis padres—habló de la nada, dejandome aún más confuso.

-¿Que pasa con ellos?—pregunté extrañado y confuso.

-Al parecer...ellos...se van a divorciar—respondió triste y cabizbajo. Ahora entendía su cambio de actitud, para BaekHo sus padres eran muy importantes, así como mis tíos para mí.

Incluso puedo imaginar su dolor. Si mis tíos se llegaran a divorciar, eso me partiría el corazón, ellos son como mis padres y también son la única familia que tengo. Y si a beakHo le estaba doliendo, no puedo ni imaginar como debía estar su hermano menor.

-¿Y, Dong Hae, como esta?—pregunté tímido, no se si era buena idea seguir hablando de ello.

-Igual, a ambos nos tomo por sorpresa, ni siquiera supimos como reaccionar cuando nos lo dijeron—respondió aún cabizbajo.

-Lo siento mucho, BaekHo—dije antes de abrazarle, creó que lo mejor que puedo hacer por el es consolarle en estos momentos.

Rápidamente sentí los fuertes brazos de BaekHo rodear mi cuerpo. Debía admitir que mi amigo es bastente musculuso, el cuida mucho de su cuerpo, así como yo del mío. Solo que a diferenci de él, yo, prefiero ser delgado.

-Ren...—llamó BaekHo, apartandome lentamente de él, quedando nuestros rostros uno muy cerca del otro. Y sin previo aviso, los labios de BaekHo se posicionaron sobre los míos.

Mis ojos se abrieron por completo, debido a la sorpresa. Nunca imagine que BaekHo hiciera tal cosa, mucho menos que yo le gustara. ¿Por que le gustaba, cierto? Nadie besa a nadie por que sí. Por un momento quise corresponderle pero, pese a ser mi primer beso, no sentía nada por BaekHo. A él, solo podía verlo como mi amigo, nada más.

-BaekHo, yo...—intenté hablar mientras me apartaba de golpe pero, BaekHo, me interrumpió.

-Ren, me gustas, me gustas mucho—confeso sincero, mirandome directamente a los ojos.—Se que tal vez te paresca una locura pero, de verdad me gustas. Hace mucho he querido decirtelo pero, no he tendio el valor de hacerlo, hasta ahora.

-L-lo siento—fue lo único que pude decir antes de hechar a correr, alejándome  lo más posible de mi mejor amigo. Ni siquiera sabía por que lo hacía, solo no supe como reaccionar ante su confesión.

Es mi mejor amigo, jamás creí que él pudiese sentir tal cosa por mí. Corrí sin mirar atrás, cada vez más rápido y, para cuando me di cuenta estaba parado en media calle. Con una moto viniendo hacía a toda velocidad. Lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos con fuerza, esperando el fuerte impacto que me esperaba, inclusive la muerte.

Pasaron algunos segundos y, nada. Lentamente abrí mis ojos, encontrándome con la moto tirada en el suelo al igual que su conductor. Preocupado corrí a él, esperando internamente que estuviese bien.

-¿Señor, se encuentra usted bien?—pregunté preocupado, quitándole el casco con mucho cuidado.

-No me llames señor, aún estoy algo joven para eso—bromeo divertido, haciéndome sonreír también. En verdad me alegraba que estuviese bien, y aún más sabiendo que no había matado aún hombre tan guapo como él.

-En verdad lo lamento, no fije por donde iba—me disculpe en seguida, ofreciéndole una mano para ayudarle a levantarse.

-Sí, estoy bien, ¿Y tú?—preguntó observándome de pies a cabeza.

-Estoy bien, gracias—respondí con un leve sonrojo, por algún motivo aquel hombre me hacía sentir nervioso.

-Un gusto, mi nombre es Kim Jong Hyun—se presento aquel atrativo hombre frente a mí.—¿Y tú, como te llamas, pequeño?

-Ren, Hwang Ren—me prisa en presentarme también.

Pero por algún motivo aquel hombre, al escuchar mi nombre, se quedo estático. Este nuevamente me hizo sentir nervioso. Por extraño que sonase, sentía que aquel hombre, ocultaba algo. Algo muy importante.

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