''Capítulo 8''

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Holi, bueno estoy bastante inspirada con esta serie, así que les traigo un cap doble y a la vez especial. ¿Se preguntaran que tiene de especial, cierto? Pues este cap lo narra Minhyun. Así que espero lo disfruten y no olviden darle a la estrellita. Ni tampoco olviden comentar. Saranghae :3 

Por Minhyun:

Después de ir a visitar la tumba de mi hermana, me sentía un poco más tranquilo. No podía creer que ya se cumplieran ocho años desde su muerte. Ocho años, en los cuales, eh cuidado de Ren como si fuera mi propio hijo. Por que esa era mi promesa. Antes de enterrar a mi hermana, le prometí que cuidaría de Ren como si fuera mi hijo, que no dejaría que nada malo le sucediese. 

Durante estos ocho años he cuidado de Ren a capa y a espada, alejándole de todo mal camino. Inclusive, Aron y yo, habíamos llegado a la conclusión de esperar a que Ren fuese grande, para así poder tener nuestro primer hijo. De alguna forma quería darle un hermanito u hermanita menor a Ren.

-¿Min, amor, estas bien?—preguntó Aron tomando una de mis manos, estábamos a nada de llegar a casa.

-Sí, gracias por llevarnos—dije entrelazando mi mano con la suya. Amo tanto a Aron, fue y sigue siendo mi primer y único amor. Ese que nació desde nuestra adolescencia, no sé que sería de mí sin Aron a mi lado.

-De nada, mi amor, sabes que lo hago por Su Yeon. Ella también era como una hermana para mí—dijo besando rápida y tiernamente mi mano.

Después de lo que pasó con mi hermana, Aron había sido mi único sustento. Nadie más que él entendía mi dolor, sabía como consolarme y hacerme sentir medianamente bien todos estos años. Pero por algún motivo no estaba tranquilo, un mal presentimiento vivía dentro de mí después del juicio. En donde sentenciaron a ese borracho a solamente diez años de prisión.

Estaba tan molesto, ¿Cómo podían darle solamente diez años? ¿Acaso creen que con diez años de prisión me devolverán a mi única hermana? Pues me niego a creerlo, mi hermana pudo vivir mucho más que solo diez años, de eso estoy seguro.

-¿Tío Min?—llamó la voz preocupada de mi sobrino, sacándome de mis pensamientos.

-¿Que sucede?—pregunté de vuelta.

-¿No piensas bajar?—preguntó Ren sosteniendo la puerta del copiloto y ofreciéndome una mano para ayudarme a bajar.

-Sí, lo siento, estaba algo distraído—dije tomando su mano y bajándome del auto. Cada día me costaba más el movilizarme, mi enorme barriga pesaba mucho.—Dime Ren, ¿No estas emocionado?

-¿Emocionado, por qué debería estar emocionado, tío Min?—preguntó nervioso, como si ocultara algo, no le tome importancia y continué.

-Por el bebé, ya sabes, solo es cuestión de un mes para que este con nosotros—respondí con una sonrisa, acariciando un poco mi vientre.

-Oh, sí, ya quiero conocer a mi hermanito o hermanita—dijo con una amplia sonrisa, una que no dude en corresponder.—Por cierto, tío Min, ¿Ya saben que será el bebé?

-Pues... tú tío Aron quiere esperar hasta que nazca, dice que quiere que sea sorpresa para los tres—respondí algo divertido, intentando imaginar que podrá ser mi futuro bebé. Sin más llegamos a la puerta, donde Aron nos esperaba con un pañuelo en sus manos.—Aron... ¿Para que es ese pañuelo?

-Cierra los ojos Minnie—indicó Aron con una sonrisa un tanto juguetona y divertida. De no ser por que Ren esta junto a nosotros, creería que la sonrisa de Aron es más bien pervertida.

-¿De que se trata todo esto, Aronnie?—pregunté confuso, cerrando mis ojos y permitiéndole que me los vendara con el pañuelo que tenía en manos.

-Es una sorpresa, cariño—susurró románticamente, abriendo la puerta de casa e introduciéndome lentamente en casa.

-Aron...—llamé nervioso, escuchando como alguien, posiblemente Ren, cerraba la puerta tras de mí. 

-Ahora, Min, contare hasta tres y tú te quitaras la venda. ¿De acuerdo?—indicó de nuevo. Simplemente asentí en respuesta.—1...2...3.

Y sin más, me quite la venda.

-¡¡¡Sorpresa!!!—gritaron Aron, algunos de sus empelados y Ren al unísono, tirando algo de confeti a mi alrededor. Era tan lindo, toda la sala de estar estaba decorada con globos de todos los colores. Y ni que decir del hermoso pastel sobre la mesa. 

-Aronnie, ¿Qué significa todo esto?—pregunté aún en shock por la sorpresa.

-Feliz cumpleaños, mi amor, ¿Creíste que lo había olvidado?—dijo acercándose a mí, tomándome por la cintura y abrazándome de una forma muy tierna.—Minhyun... puede que no te lo diga muy seguido pero, te amo. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Y sin decir más, me besó, escuchando de fondo como los demás silbaban. En la pequeña fiesta se encontraban los empleados, los cuales ya eran como parte de la familia. Pero de pronto el timbre sonó.

-Yo abriré—indicó Ren corriendo a la puerta, soltando un chillido al hacerlo.—¡Nana, Lizzy!

Y como era de imaginarse, no podían faltar mis dos mejores amigas de la infancia. Nana y Lizzy, esas dos chicas eran como hermanas para mí, solo que siempre se la pasaban de viaje y era casi imposible verles con frecuencia.

-Hola Rennie—saludaron las chicas al mismo tiempo, abrazándole cariñosamente. Pero, de pronto, sus miradas se enfocaron en mí.

-¡Minhyun!—gritaron ambas corriendo hacía mí, mirándome con sorpresa al instante.

-¡No lo puedo creer, estas embarazado!—chilló Nana acariciando mi vientre junto a Lizzy. Definitivamente esas dos eran la una para la otra.

-Se supone que nosotras íbamos a sorprenderte pero, terminamos siendo nosotras las sorprendidas—bromeó Lizzy sin dejar de acariciar mi enorme barriga.

-Es cierto, Feliz cumpleaños Minhyun—dijo Nana volviendo a abrazarme.

-Muchas gracias chicas—hablé feliz, después de todo había sido una agradable sorpresa.

-Tío Min...—llamó Ren, tirando de mi camisa como si fuese un niño.

-¿Que pasa, Ren?—pregunté volteando a verle.

-Feliz cumpleaños, te quiero mucho, tío Min—dijo un tanto tímido, típico de él cuando hay mucha gente. No esta acostumbrado.

-Min, ven conmigo—volvió a indicar Aron, tirando de mí y llevándome a la cocina.  

-¿Que sucede Aron, por que me trajiste aquí?—pregunté confuso.

-Minhyun, sé que hoy no es un día fácil pero, en verdad quiero que disfrutes de tu cumpleaños. Hace años que no lo haces—habló Aron volviendo a sujetarme de la cintura como antes.—Yo prepare esta fiesta con ayuda de Ren, ambos queremos verte sonreír, ya no te queremos ver más triste. Mi amor, prométeme que cambiaras esas lágrimas por unas bellas sonrisas, ¿Sí?

-Esta bien, Aron, te lo prometo—comenté antes de besarle yo esta vez. Saboreando el dulce sabor de los labios de mi sexy esposo. El besó cada vez se hacía más profundo, hasta que unas fuertes pataditas en mi vientre nos hicieron separar.—Creo que cierta personita también esta muy feliz hoy.

-Ya lo creo—bromeó Aron, haciéndonos reír a ambos. Ya lo había dicho pero, igual lo volveré a decir.

Amo a mi esposo y amo a mi pequeña y humilde familia. Son lo más hermoso que tengo y no los cambiaría por nada en el mundo.

''Culpable''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora