''Capítulo 14''

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Me siento extraña actualizando un poco más seguido :$. En fin, no puedo evitarlo, amo escribir. Sin más, a leer mis pervertidas °3°. No se olviden de darle a la estrellita y comentar, dejen de ignorarme pinches lectoras fantasmas, se que están ahí 7u7.


Por Ren:

Una vez que JR se había ido, me di prisa en darme la vuelta y volver a casa. Y no fue hasta ese momento donde me percate de mi situación. Lo más seguro es que mi Tío Min ya me estuviese esperando con la escoba en mano, me había olvidado por completo de avisarle que llegaría tarde. De seguro mi tío Aron ya habría vuelto a casa antes que yo.

Suspire con pesadez hasta llegar a la puerta, colocando mi llave lentamente en la cerradura, temiendo hacer el mínimo ruido. Aunque aquello era tonto, ya que sabía de sobra que ambos me debían estar esperando despiertos. Lentamente abrí la puerta, dándome prisa en entrar y así de paso ver a mis tíos esperándome en el sofá. Ambos se pusieron de pie en cuento me vieron.

-¡Hwang Ren, mocoso irresponsable!—gruño mi tío Min bastante molesto, aunque podía notar su preocupación en su tono de voz.—¿Me puedes explicar que son estas horas de llegar, jovencito?

-Y-yo...—tartamudeé nervioso, pensando en una buena excusa.

-Ren, de verdad nos tenías muy preocupados, ni siquiera contestabas nuestras llamadas—regaño mi tío Aron, mirándome con el ceño fruncido. Cuando hacía eso se veía un poco más viejo de lo que es.

-Lo siento mucho, es solo que mi celular murió y...—intenté explicar pero, no tenía ni idea de que decir. De pronto pensé en BaekHo, aún si continuábamos peleados, mi tíos no parecían enterados de ello.—Y el de BaekHo también.

-¿Estabas con BaekHo?—preguntó mi tío Min un poco más tranquilo, aunque era raro el que no lo hubiesen llamado antes.

-Sí... lo que pasa es que fui a tratar de arreglar las cosas con él pero, al parecer también esta teniendo problemas en casa, por lo que me quede a consolarle—mentí, sintiendo una enorme culpa carcomerme desde adentro.

-Esa no es excusa, jovencito, pudiste pedir el teléfono de casa prestado y avisar—alegó de nuevo. Viéndole agarrarse el vientre, lo que me hizo sentir aún más culpable.—En fin, en lo que pienso en un castigo para ti, ve a cambiarte y lavarte las manos para que bajes a cenar.  

-¿Castigo? Pero...—intenté reprochar pero mi tío Aron levanto la mano, indicándome que guardara silencio.

-Por favor, Ren, hazle caso a tu tío—indicó mi tío Aron sin dejar fruncir el ceño, abrazando y revisando que mi tío Min y el bebé estuviesen bien.

Sin más subí las escaleras, dirigiéndome hasta mi habitación, yendo a cambiarme rápidamente. Una vez con ropa más cómoda, no tarde mucho en lavarme las manos y bajar a cenar, teniendo de castigo que lavar los platos de la cena por el resto de la semana. Odiaba tanto lavar platos, es realmente aburrido.

Una vez de vuelta en mi habitación, sencillamente me desplome sobre la cama, sintiendo a mi cuerpo pedirme una buena noche de sueño. Y me habría quedado pronto dormido de no ser por el toqueteo en mi puerta.

-¿Quién?—pregunté, aunque en verdad era una pregunta muy tonta, ya que solo vivía con mis dos tíos.

-Soy yo—habló la otra persona tras la puerta, reconociendo al instante la voz de mi tío Aron.

-Esta bien, pasa—dije, viéndole abrir la puerta y luego cerrarla tras de él. Caminando hasta mi cama y sentándose al borde de esta.

-Ren, ¿Puedo preguntarte algo? Eso sí, responde con honestidad—indicó mi tío Aron en un tono serio a lo que me di prisa en asentir.—¿Y bien, dónde estabas?

-Yo...estaba con BaekHo, ya se los dije—respondí nervioso, sintiendo la intensa mirada de mi tío sobre mí.

-Ren, no me hagas enojar, sé muy bien que no estabas con BaekHo—protestó algo molesto, volviendo a fruncir el ceño como hace un rato atrás.

-¿Como te diste cuenta?—pregunté, aunque dudando de si aquella pregunta había sido la correcta.

-¿Acaso me vez cara de tonto?—alegó con un tono bastante intimidante, uno que me hizo estremecer por un momento. Y la verdad es que no tenía cara de tonto, en lo absoluto, más bien tenía cara de pato. De ahí el nombre de su restaurante, ''El Pato Feliz''.Es obvio que le llame, él me negó por completo el estar contigo, solo que le dije a tu tío Min que no contestaba para no preocuparlo más.

-Lo siento, de verdad que no quise preocuparlos—mencioné avergonzado, dándome cuenta una vez más del gran amor que me tienen mis tíos. Ellos son lo más importante para mí, no sé que haría sin ellos.

-Pues si tan arrepentido estas, es mejor que me digas en donde estabas—volvió a indicar serio, aunque ahora un poco más tranquilo. Mordí mi labio inferior, pensando en si era buena idea decirle la verdad, dudaba de su reacción.

-Yo...—intenté hablar, sintiendo los nervios volverse a apoderar de mi cuerpo, haciendo que mis dedos comenzarán a jugar entre ellos.—Estaba en una cita...

-¿En una cita?—preguntó ahora en un tono divertido.—No esperaba que crecieras tan rápido, Ren. Supongo que ya no eres más un niño. Dime, ¿Ya diste tu primer beso?

-Sí...—respondí tímido, sintiendo como mi cara se tornaba toda de un leve color rojo.

-¿Y tú primera vez?—preguntó aún más interesado en el tema, podía sentir como mi leve sonrojo se volvía uno más intenso.

-¡Tío Aron!—grité completamente avergonzado, escondiendo mi rostro detrás de una almohada, definitivamente el momento más vergonzoso de mi vida, hasta el momento.

-¿Qué? Soy tu tío, me preocupo por ti—dijo serio, aunque sin dejar de sonreír, revolviendo suavemente mis cabellos con su mano.—En todo caso, me alegra ver que seas feliz.

-Gracias, tío Aron—agradecí con una gran sonrisa, lanzándome encima suyo para abrazarle.—Muchas gracias, no solo por cuidar y preocuparte por mí durante todos estos años, sino por ser el mejor padre de todos. No podría haber deseado mejor padre que tú.

-No digas esas cosas, pequeño, me vas a hacer llorar—dijo con la voz un tanto quebrantada, como si fuese a llorar. Sintiendo como me abrazaba más fuerte.—Tú... siempre has sido como mi hijo, Ren, incluso desde que eras un pequeño recién nacido. Recuerdo a tu madre pedirme que te cambiase los pañales o cuidar de ti por las tarde mientras se iba a trabajar.

-Te quiero mucho, tío Aron—confesé sincero, dispuesto a no soltarlo, quería abrazarlo un poco más.

-Y yo a ti, Rennie—mencionó de vuelta antes de hacerme cosquillas, obligándome a soltarle.—Solo... no vuelvas a salir sin avisar, mira que tu tío Min es muy paranoico cuando se trata de ti. Y en su estado, no es conveniente que tenga ese tipo de sobresaltos.

-Lo sé, lo siento, no volverá a suceder—hablé más tranquilo, viendo a mi tío Aron asentir con una leve sonrisa en los labios.

-Descansa, pequeño—comentó encaminándose a la puerta, lo más seguro es que ya se fuese a dormir.

-Tú también descansa, tío Aron—respondí de vuelta, viéndole salir de la habitación y luego cerrar la puerta.

Sin más apague las luces, coloqué la almohada en su lugar y me dispuse a dormir. Claro no sin antes desearle las buenas noches a mi madre. Poco a poco mis ojos se fueron cerrando hasta quedarme profundamente dormido.

''Culpable''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora