¡Enemigos! [BORRADOR]

CAPÍTULO. 11

Pov. Stiles.

Hace días me encuentro aquí sentado. Mirando el agua cristalina y el arbolar que me rodea sin dejarme escapar. Vuelvo la mirada por todo aquel extenso lugar y no encuentro ninguna grieta. Siempre que intento irme los caminos nunca se terminan siempre vuelvo junto al lago. Allí sentado viendo mi triste reflejo estaba creando una catarsis en mi interior.

No entendía bien porque estaba allí, pero estaba comenzando a resignarme por mi mala suerte. Estaba solo, no había nadie. Ni siquiera Derek estaba allí. Sentía que todo estaba terminando para mi.

Trato de encontrar alguna clave para salir de allí, pero nada venía a mi mente. Solo miles de caminos sin sentido podía crear.

—¿Que hago? -me pregunto sin saber ya que pensar.

¿Como estarán todos? ¿Pensaran en mi? ¿Derek estará bien? ¿Cuanto tiempo llevaba aquí?

Trato de recordar como había llegado y solo podía tener una imagen borrosa de Jordan frente mío. Palabras hirientes y un dolor agudo en lo profundo de mi pecho.

Miro mis manos y luego mi reflejo en el agua tan cristalina. Algo no está bien.

Siempre sentí el hecho de ser diferente a los demás. Mi padre fue siempre más sobre-protector que cualquier padre, mi madre siempre fue mucho más condescendiente conmigo. Como si estuviera en todo momento intentando hacerme feliz. Como si ese fuera el último día de mi vida. Mi mayor tesoro es ella.

Siempre que veo este lago recuerdo la primera vez en que Derek y yo nos hablamos. Siempre tuve curiosidad cuando éramos más pequeños, pero nuestros padres nunca se hablaban eso nos perjudicaba mucho. La primera vez que hablamos yo cumplía 5 años y el 11, en este mismo lugar el huyendo de algún entrenamiento y yo de mi progenitor por romper uno de sus tantos uniformes de lacrosse.

Al principio yo era el único en hablar y hablar, siempre preguntando y obteniendo vagas respuestas. Hasta que aquel día llego. Un fuerte dolor me invadió el pecho, luego fue el quien invadió mis pensamientos. Sin pensarlo corrí hasta aquel claro. Y allí estaba. Cabizbajo, triste y llorando. Un fuerte aroma lo envolvía, eso me mataba de dolor a mi. Por impulso me acerque y procure decir cosas calmas para tu estado. Al principio no decías nada luego solo hiciste caso a mi sugerencia y lloraste, como nunca antes.

La noche llego y fue el momento más triste para mí, pero sabía que al día siguiente nos volveríamos a encontrar en el mismo lugar. Porque siempre creí en aquel niño de ojos esmeraldas, piel canela y cabellos tan oscuros como las sombras del bosque que tanto visitamos, y sus latidos tranquilos diciendo la pura verdad. Como hasta ahora que el único que a terminado mintiendo e sido nadie más que yo.

—Solo quería que todo fuera normal, hasta nuestros últimos momentos... -veo mis manos están más pálidas de lo normal. —No entiendo nada...

Pov. NARRADORA.

—¿Aún nada? -pregunta aquella mujer junto a su hijo. Viendo con gran rencor al hombre frente suyo.

—Nada. -responde cortante y sin miramientos el mayor.

—¿Estas contento? -arremete Claudia. —¿Tu sueño se cumplió? -sonríe la castaña, tomando con cuidado las frías manos de su hijo.

—No es esto lo que yo quería. Lo sabes. -finaliza, escapando, huyendo de aquellos fervientes ojos.

Jhon, moría con cada maldito día que pasaba, sus remordimientos y el pasado lo estaban volviendo loco. Su adorada Claudia lo odiaba, hasta sus propia manada comenzaba a odiarle, la sola idea de que todo mundo pensaba que estaba equivocado le hacia odiar a todos y hasta a el mismo.