CAPÍTULO. 8

1.5K 155 3
                                    


Pov. Derek.

—Derek, cariño reacciona. –escucho que me llaman, he oído muchas voces pero esta no. Era muy cálida, muy amorosa hasta más que la de mi madre. —Vamos, Der, necesito que vuelvas. –abro mis ojos de golpe y noto que mi cuerpo esta tendido en mi cama, veo el blanco techo sobre mí, noto que mi mano está siendo sujetadas por otras manos que no reconozco.

—¡Despertó! –escucho que alguien grita, peor aún no distingo nada.

—Ya era hora. –alguien suspira.

—Gracias, Derek por fin. –alguien más... ¿Qué estaba pasando?

—Hijo mío, estaba tan asustada. - ¿madre? Trato de moverme pero no puedo, vuelvo mi cabeza para ver quien sostiene mis manos y a quien me encuentro me sonríe ante la impresión de mis ojos.

—Usted... -digo muy bajo, siento la voz rasposa, seca.

—Hola, cariño. –me dice, tan bella, cálida... Si ellos se parecían mucho. — ¿Cómo te sientes? –revuelve un poco mi cabello, miro hacia mi otra mano y veo allí sosteniéndola a mi hermosa madre, con varias lágrimas en sus llorosos ojos.

—¿Qué ocurre? –logro preguntar, pero nadie responde.

—¿No recuerdas nada? –me interroga Claudia, con cierto temor en su mirada.

Esa mirada. La veo por unos cuantos minutos en silencio, noto que me nombra y algo en su aspecto me dice que nada está bien. Pero... ¿Qué?

Una incontrolable molestia se presenta en mi cabeza, el dolor punzante me produce gritar. Siento la mirada de todos en la habitación. Es tan fuerte que no puedo concentrarme en escuchar lo que todos me dicen. Ni siquiera puedo responder que me ocurre. Peter me sujeta con fuerza y siento que el dolor comienza a disminuir una décima pero aún es muy doloroso. Abro un poco mis ojos y noto que está absorbiendo mi dolor, pero es tan fuerte que el mismo no puede soportarlo.

—¿Qué le está ocurriendo? –escucho gritar a Laura, pero nadie le responde todos están sobre mí.

—Duele... -logro decir, ahora el dolor está en mi espalda, arde, arde demasiado. —Mi... espalda... ¡Ahhhh!

—Denle vuelta rápido, rápido. –se apresura Peter, dejando mi pecho contra el colchón y mi espalda ante la vista de todos, mi madre grita al descubrir mi espalda, todos dicen muchas cosas que no logro entender...

Siento que unas manos me tocan con suavidad y el dolor se comienza a disipar, pero no puedo soportarlo más, la oscuridad me está invadiendo, me está rogando que la siga por uno minutos que implora por compañía y yo la sigo. Él se enfadaría por esto, pero es... Eh, ¿él? ¿Quién es él?

 —¡Ahhh! Mierda... -no puedo evitar gritar, el dolor sobre mi espalda aumento de golpe, pero las mismas manos se recargan sobre mi cuerpo atrayendo, alejando el dolor... se sienten tan bien, me recuerdan tanto, tanto... ¿a quién? Siento que mi cabeza va a explotar si no logro recordar tan ansiada persona.

¿Por qué no se quién...?

—Se a calmado. –si eso parece, respondo para mi antes de volverme uno con aquella oscuridad de mis párpados...

Pov. NARRADORA.

Todos se habían paralizado, nadie entendía muy bien lo que ocurría a excepción de Peter y Claudia, si ellos entendían muy bien este tan cruel pasaje. Ambos, se vieron preocupados. Esto solo era el inicio de mucho dolor, si no podían evitar tan cruel destino.

—¿Qué fue eso? –se atrevió a preguntar Laura, junto a su durmiente hermano.

—Es el producto del egoísmo. –dice, furioso Peter, recibiendo el asentimiento de la castaña a su lado.

— Si vuelve a despertar tal vez recuerde algo de lo ocurrido tendrán que estar preparados. –habla Clau, saca de su pequeño bolso un frasco con una especie de polvo negro.—Esto me dio Deaton, rodeen con esto la cama de Derek, por favor sean ustedes. –les dice a Laura y Cora. —No pueden cortar el círculo hasta que él se calme, intenten tranquilizarlo o se lastimara. –ambas chicas asienten. —Talia, necesito que hablemos. –la preocupada Alfa asiente, dejando la habitación de su hijo yendo hasta el único lugar donde ninguno podía oírles. El gran despacho y recinto privado de la morena era la mejor de las habitaciones de toda la casa. Además, era allí donde guardaba lo poco que el amor de su vida le dejó, además de sus hermosos hijos. Era su cápsula de tiempo, su punto de inicio y partida, todo era para ella allí.

—¿De qué quieres hablar? –Claudia miraba a su alrededor, se notaba el amor que guardaba aquellas cuatro paredes.

—Creo que ya te das a una idea, pero por favor déjame terminar. –la morena asiente y se acomoda con cierto deje de tristeza sobre su amplio sofá. —Sabes que no quería que nada de esto ocurriera, ¿Verdad? Trate de evitarlo, por eso lo llame. –musita Clau, recibiendo más solo una afirmación. —Nose que pueda pasar después de todo esto, pero lo que más quiero es que nuestros hijos puedan ser ellos mismos. Que no todo termine como esa vez, quiero cambiar ese pasado, mejorar este presente y brindarles un nuevo y resuelto futuro para caminar. Sé que mi vida no será muy larga, por ello trataré de dar mi vida en esto. -Talia, se quedó en silencio ante tales palabras. No quiera el sufrimiento de nadie y mucho menos de quien un tiempo atrás fue su mejor amiga, sabía todo lo que estaba pasando y como su estado empeoraba, muy pocos lo notaron pero ella se apagaba día tras día. Talia cerró con fuerza sus ojos tratando de espantar sus lágrimas tan impotentes. No quería nada de esto, hubiera preferido nunca haber pasado por esto y que su hijo no esté pasando por ello, peor así era el destino, no avisa solo juega sus cartas a su antojo.

—Sabes que aunque me digas miles o cero palabras te ayudare en lo que sea, Clau. –dice, logrando una gran sonrisa por parte de su doliente amiga.

—Muchas gracias. Tali... -ambas sonríen, hacía mucho tiempo que no estaban así, y lamentaban reunirse bajo estas circunstancias.

...

—¿Dónde está Claudia? –pregunta Jhon, nadie sabe qué responderle.

Claudia haba salido muy temprano en la madrugada sin dejar rastro de si por ninguna zona. Muchos dijeron que capaz y había salido al pueblo. Pero, también que había entrado en la habitación de su hijo tomado algunas prendas y salió. Aun así a quién le creería. Muchas historias que él no podía creer, su esposa no era así.

Stiles había despertado después de casi 5 días por unos minutos, pero ella no estuvo allí, su hijo se mantuvo con ellos por escasos segundo en el cual mostró un fuerte dolor en su cabeza y espalda. El Druida más solicitado se había presentado y solo dio un es normal, mientras que rodeaba a Stiles con un polvo negro ordenando que por nada rompieran aquel circulo ya que podrían causarle un gran daño.

Jordan caminaba de un lado al otro, por el cálido espacio aromatizado por aquel que yacía día y noche en sus pensamientos. Esperando por el gran despertar, nunca antes se había sentido tan ansioso. Por fin, él solo lo miraría y por fin serian felices. Si eso es lo que más que quería, junto claro a ser el nuevo apoderado del título Alfa.

—¿Parish? –consulta el mayor de los Stilinski, entrado a la habitación. El nombrado le devuelve una falsa pero sonriente mirada.

—¿Cómo está señor?

—Cansado. –se digna a responder, dejándose caer en la silla frente la cama de su durmiente hijo. — ¿Has visto a mi esposa? –el interrogado niega. —Ya veo...

—¿Pasa algo? –interroga el rubio.

—Eso parece. –frunce el ceño, y recarga su cabeza hacia atrás. —Pero, pronto lo averiguaré...

—¡Señor Peter Hale está en la entrada! –grita uno de los tantos protectores del territorio.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

ESPECIAL NAVIDAD Y AÑO NUEVO... 2/5 7w7 JU JU

Wiiiii, sip esto es genial... Aquí nuestro octavo cap. 

VOTEN Y COMENTEN. *-*/

LOS LEO CUANDO ME LEAN. *3*

¡Enemigos! [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora